Metodología del Zen :
1. Observar las actitudes propias: Examinar y conocer lo que hablamos y lo
que hacemos, por ejemplo: Alguien habla por teléfono y a la vez está observando
atentamente la puerta en espera de un amigo que llega. De esta forma no sabe
realmente lo que dice y lo que le dicen.
A veces no sabemos qué hablamos o
hacemos: eso es ser irresponsable.
O por ejemplo alguien conversa y a la vez
está leyendo; presta más atención a una cosa que a otra, entonces así puede
prometer algo que quizás después no recuerde, a la vez que probablemente
almacena.
en su memoria una información errónea.
2. Observar el pensamiento propio: Hay que saber qué se está pensando; al
no hacerlo llegamos a perder el tiempo. Nuestra actividad mental debe ser
estable, segura y tranquila.
3. Convocar la atención de nuestro pensamiento: Lograr que no se focalice
en el mundo externo.
El factor ambiental a veces trae desequilibrios orgánicos. Nos alegramos
ante los elogios y nos enojamos ante las críticas. A veces ni siquiera es
verdadero alguno de los dos.
Al desequilibrar nuestro pensamiento por influencias externas, debemos
llamar su atención.
4. Capacidad de dejar de darle importancia al cuerpo y al medio ambiente:
La vida está llena de altibajos, a los que no hay que prestar demasiada
atención; ni a la felicidad, ni a la tristeza; siempre hay que estar igual sin
afectarse por los altibajos.
En el cáncer, por ejemplo, es muy importante
desviar la atención de quien lo padece. El cáncer no significa muerte, hay que
convencer a quien lo padece de que no debe tener miedo a morir. Mucha gente a la
que se le pronosticaba unos días o semanas de vida, ha vivido y vive muchísimo
más de lo previsto por los médicos.
Namasté!