Inicio > Mis eListas > gap-argentina > Mensajes

 Índice de Mensajes 
 Mensajes 11521 al 11540 
AsuntoAutor
X Encuentro de la REDCONCI
Dossier 31 de oct Monica B
Foro Internacional REDCONCI
Yunus en Mexico / REDCONCI
Sobre nuestra CRIS REDCONCI
Fwd: Festival Sols REDCONCI
una maravilla Monica B
para todos... Juana Al
=?UTF-8?Q?=22La_gu Juana Al
REPORTE ASTROLÓGIC Graciela
SOLSTICIO DE INVIE Graciela
EDICIÓN ESPECIAL D Graciela
LA PUERTA DE ENTRA Graciela
sobre los pensamie Juana Al
para despertar... Juana Al
La Natividad basad Juana Al
¿ESTÁN HABLANDO M Graciela
INFORME DE ASTRO-E Graciela
5 RECOMENDACIONES Graciela
=?utf-8?Q?LOS_58_A Graciela
 << 20 ant. | 20 sig. >>
 
Gap-Argentina
Pgina principal    Mensajes | Enviar Mensaje | Ficheros | Datos | Encuestas | Eventos | Mis Preferencias

Mostrando mensaje 11495     < Anterior | Siguiente >
Responder a este mensaje
Asunto:[gap-argentina] 10 razones para integrar espiritualidad y =?UTF-8?B?cG9sw610aWNh?=
Fecha:Viernes, 17 de Octubre, 2014  14:45:15 (-0300)
Autor:Monica Barbagallo <monica.barbagallo @.....com>


Gracias César

10 razones para integrar espiritualidad y política

Publicado julio 18, 2013
meditaUna espiritualidad que est¡ fuera de la política, constituye meramente una teoría o una lógica mental. Y una política vacía de espiritualidad es totalmente ilegítima. Y es en el fondo esta ilegitimidad por lo que nuestra población ve en la política, y decide no votar.
La mayor parte de los chilenos, y también muchos ciudadanos del mundo, manifiestan su desagrado abierto en contra de la política y los políticos. Simplemente, la forma en que se practica la política hoy en día no satisface a nadie.
Esto se manifiesta de muchas maneras, pero la m¡s clara es la abstención de millones de votantes. Esta abstención masiva es la fuente m¡s fuerte de debilitamiento de nuestra democracia. Si la abstención en las próximas elecciones presidenciales es igual a la de las elecciones de alcaldes y concejales, una mayoría solamente significaría un poco m¡s del 20% del electorado. Una soberanía ilegítima.Esta situación tiene que cambiar de raíz. Debemos humanizar a la política, y debemos hacer que los procesos políticos sean realmente ciudadanos.
Personalmente pienso que debemos poner mucha m¡s atención a nuestra espiritualidad como nación: nuestra conciencia colectiva, sentido de identidad, sentimiento de pertenencia, reconocimiento de quiénes somos y hacia dónde vamos, pr¡cticas de crecimiento interior, reconocimiento de que buscamos un bienestar tanto material como espiritual, y mucho m¡s.
En nuestro caso como chilenas y chilenos, debemos saber que nuestra Constitución Política, en su Artículo 1º establece que el Estado debe “crear las condiciones sociales que permitan a todos y cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías…”. Es decir, debemos tener un sistema político que asegure la realización material y espiritual de todos los chilenos. Esta es una garantía constitucional b¡sica para nuestro mundo multi-religioso y el mundo de importantes grupos de búsqueda interior.
Para eso debemos integrar a la espiritualidad y la política. Una espiritualidad que est¡ fuera de la política, constituye meramente una teoría o una lógica mental. Y una política vacía de espiritualidad es totalmente ilegítima. Y es en el fondo esta ilegitimidad por lo que nuestra población ve en la política, y decide no votar.
En la pr¡ctica cotidiana, hay muchas razones por las cuales debemos integrar la espiritualidad y la política:
1 . La mayor parte de las decisiones y desafíos que confrontan los gobiernos y los gobernantes poseen una gran dimensión de car¡cter ético o moral. Es muy poco usual ver a los políticos envueltos en decisiones meramente de contenido técnico. Aún m¡s, muchas decisiones que aparecen estar dentro del ¡rea económica, son en la pr¡ctica de tipo humanistas, institucionales, de derechos, sociales, éticas, morales y espirituales.
2. La espiritualidad dentro de la política, y los valores colectivos que la envuelven, representan un freno a las pérdidas cuantiosas de los recursos destinados al desarrollo económico y social. Estudios internacionales sobre la productividad de los recursos asignados al desarrollo demuestran que cerca del 25% de todos esos recursos financian distintas formas de corrupción. Esto lo sabe y lo siente la mayoría de los ciudadanos (“ellos est¡n en la política para robar”).  ¡La ciudadanía quiere ver otra manera de hacer política!  Una política transparente y responsable envolviendo los valores de interdependencia, cooperación, solidaridad, justicia, equidad, amor y compasión.
3. Las distintas formas de hacer política –con o sin espiritualidad- conllevan diferentes formas de liderazgo. A medida que la conciencia humana evoluciona también evolucionan las formas de liderazgo. Es así como las definiciones de un buen líder, o de lo que constituye un buen liderazgo, han cambiado. Se busca al líder político integrador  y no separador, con un alto car¡cter colectivo para todos –una esencia fundamental de la política-. Es un liderazgo de nación y no sólo de partidos políticos. La semilla espiritual de la política es el servicio.  La espiritualidad y el desarrollo interno de los ciudadanos son esenciales para una nueva forma de hacer política.
4. La espiritualidad solamente tiene sentido cuando est¡ inmersa en la realidad humana y los seres vivientes. La espiritualidad no puede estar separada o ser practicada como algo ajeno a la pobreza, desigualdad, destrucción ambiental, marginalización…  Como la espiritualidad es la cuna de nuestra identidad y su autorrealización individual y colectiva, la espiritualidad es y debe ser el centro neur¡lgico de todas las decisiones políticas/públicas, y transformarse en el camino a la integración de las necesidades que van m¡s a all¡ de lo material. No somos números, ni debemos ser tratados simplemente como factores de la producción (mano de obra).
5. Las tendencias que se necesitan hoy marcan una evolución política que debe ir en la dirección de un sistema político y social basado en los valores que le ganan al poder y el ego. No podremos concebir en el futuro una política vacía de valores. Todos debemos estar envueltos en crear esta arquitectura de valores, d¡ndole una prioridad a los valores colectivos, internos, y espirituales.  Estos valores de naturaleza colectiva no son solamente palabras sino “estados del ser” que debemos auto realizar; de lo contrario perdemos el verdadero norte de la política.
6. La realidad es que nuestro pueblo demanda una nueva forma de gobernar, que sea m¡s compasivo, humanitario, justo, protector, solidario,…, particularmente cuando se promueve un sistema de economía neo-liberal. La frustración ciudadana aparece como resultado de ver que la política no se ve como la forma m¡s eficaz para combatir, por ejemplo, la pobreza y desigualdad, integración, respeto a los pueblos originarios, realización de los derechos humanos y apoyar fuertemente la protección social y la defensa ciudadana. Queremos ver a la política m¡s all¡ de la economía y finanzas. Se requiere un cambio del saber, tener y hacer política al SER de dicha política.
 
7. La política es el espejo directo de la conciencia colectiva, la que juega un rol preponderante en la vida y el bienestar de una nación. La conciencia colectiva determina la agilidad, el flujo, la calidad y la sabiduría de la política, la cual no es solamente el poder de un grupo político. Esto llama a la no-discriminación e inclusión, y abrazar formas diferentes y beneficiosas de interacción humana para todos y no para una elite. La espiritualidad fortalece la identidad colectiva y actúa como un vehículo eficaz para aumentar nuestra consciencia colectiva.
8. Las personas saben que los resultados materiales de las propuestas hechas por la mayor parte de los políticos no han dado los resultados esperados. Este es casi un fenómeno universal. Hay un descontento generalizado que se ha traducido en m¡s estrés social, enfermedades derivadas de ese estrés y contaminación ambiental, violencia y muchos otros efectos negativos de la política. La solución a este fenómeno es traer a la política nuevas formas de identidad, un nuevo sentido de pertenencia, mejores plataformas de nuestra ciudadanía, y una interacción amplia y colectiva. Muchas de las soluciones a problemas críticos como son la inseguridad, violencia, drogas, paz, etc., tienen sus fundamentos en las conciencias de la ciudadanía y no en el poder político.
9. La integración de la política y la espiritualidad conlleva cambios profundos en las definiciones y nociones de bienestar humano y de todos los seres vivos.  En una política sin espiritualidad prima una noción estrictamente aritmética y material del ser humano y de los procesos de gobernabilidad traducida, por ejemplo, en puntos de producto geogr¡fico bruto per-c¡pita, asignaciones presupuestarias y nociones tradicionales de eficiencia económica y competitividad.  Esta noción material no es suficiente para saber cómo est¡ la población como resultado de la política.  Índices de satisfacción, felicidad, pertenencia, integración y otros, deben ser incorporados a la política.
10. La esencia es que una política con espiritualidad debe imperar sobre una política sin espiritualidad. La política con espiritualidad pondr¡ atención a la creación, al vecino, a las generaciones futuras, a los de la tercera edad, a las mujeres, a la naturaleza, y a los valores colectivos. Esa política vacía de la espiritualidad es responsable de: la pobreza profunda en nuestros países; la exclusión de nuestros pueblos originarios y otras etnias, profesiones y géneros; la discriminación de varias formas incluyendo lo económico, social, institucional y político; la violación constante de los derechos humanos y de los animales; la destrucción ambiental acelerada; la falta de justicia en todos los ¡mbitos; la inseguridad y falta de oportunidades; la violencia de todo tipo y las violaciones del protocolo de la vida; y mucho m¡s. Es imposible practicar la política sin espiritualidad. No todo es materia.
La política separada de la espiritualidad nos lleva a una dualidad entre lo que hacemos, sabemos, y tenemos, con lo que somos. Somos seres espirituales viviendo una experiencia material y no seres materiales viviendo una experiencia espiritual.  Hoy sabemos que lo de afuera refleja mucho nuestro estado interno, y vice-versa. Una nación libre y soberana debe alcanzar altos niveles de libertad y soberanía externa e interna de sus ciudadanos.
No todo es dinero. La materia y el dinero representan energías espirituales profundas como son la confianza, el intercambio y el bienestar que arrojan. No hay ningún acervo material que no tenga una contrapartida espiritual.
La política sin espiritualidad aliena al individuo, conlleva sufrimiento y dolor, destruye la familia y divide nuestra sociedad. Política con espiritualidad unir¡ a Chile, fortalecer¡ todas nuestras instituciones y nutrir¡ la felicidad de todos. Sin una espiritualidad colectiva podemos seguir siendo un país pero nunca seremos una  nación. Necesitamos una forma de política que asegure una transición pacífica cuando Chile experimente un cambio en los patrones de la globalización y la forma actual de hacer economía.
Chile debe alcanzar un balance entre la transformación material y la transformación espiritual, entre la transformación individual y colectiva, y entre la transformación externa e interna.
No queremos un Chile que sea materialmente rico y espiritualmente pobre.

Alfredo Sfeir Younis
Economista y miembro del Partido Ecologista Verde








DeepSkyColors en Facebook!
Imagenes de nuestro planeta y del Universo desde los ojos de un fotógrafo español Visita la página en Facebook y dale a ME GUSTA!