Muerte y Resurrección del
Dólar
Escribe
Adrian
Salbuchi
Hemos
ingresado en el quinto año del nuevo siglo y milenio. El mundo transita por dolorosas convulsiones,
cambios y trastocamientos como jamás se han visto en toda la historia.
El
inicio en los Estados Unidos del segundo mandato de George W. Bush, al frente de
un gabinete aún más neoconservador, halcón y fundamentalista que el de su primer
presidencia, casi nos permite intuir vastos desastres planetarios por delante.
En recientes semanas, se agudizaron sus enfrentamientos desafiantes con Irán,
Siria y China, mientras que la flamante secretaria de Estado Condoleeza Rice
sigue agregando nuevos países a la nómina de integrantes del“eje del mal”.
El
Leviatán que señorea sobre el Mundo exige controlarlo todo; sus tentáculos
llegan hasta los rincones más recónditos para recordarnos que de este Nuevo
Orden Mundial - cataclísmico y genocida – no hay escapatoria. Pareciera que el tiempo se acelera y los
acontecimientos se suceden vertiginosamente en distintos planos. Uno de ellos -
el monetario y financiero - afecta, nada más y nada menos, que a la moneda de la
única superpotencia imperial planetaria y, por extensión, al mundo entero.
Cuanto más lejos,
mejor…
Demos los argentinos las
gracias a Dios por el hecho de que, dentro de todo, estamos ubicados en un
rincón relativamente alejado en la geografía planetaria, por más que ello no nos
garantice protección o aislamiento.
Sin embargo, en los embates por venir, la lejanía de los grandes centros
de conflicto representará una clara ventaja, aun sabiendo que las tecnologías de
las comunicaciones, el comercio y la guerra hacen que ningún país, por más
distante que se encuentre, jamás estará lo suficientemente
lejos.
Este ensayo es el primero de
una serie que abordará un conjunto de temas clave para tratar de entrever y
describir algunos posibles futuros escenarios que afectarán al mundo entero, la
Argentina incluída. El Planeamiento Estratégico – función esencial de todo
Estado-Nación Soberano, hoy totalmente ausente en la Argentina – presupone
identificar y evaluar probables escenarios futuros, externos e internos que
presentarán amenazas y oportunidades para nuestro Pueblo y Nación.
Los factores globales que
inciden sobre el futuro de la humanidad son tantos y tan vastos y complejos, que
sería ocioso pretender armar un Modelo que los contemple todos. No sólo resulta imposible, sino que su
propia complejidad no nos permitiría sacarle un uso práctico al mismo. Cualquier
Modelo semejante deberá ser altamente dinámico atento los vertiginosos cambios
que se suceden a diario. En lugar de tan ambicioso objetivo, proponemos
centrarnos en unos pocos escenarios mundiales y locales que visualizamos como
probables en el corto y mediano plazo.
Creemos que los mismos reflejan de manera plausible la manera en que
operan las estructuras de poder del Nuevo Orden Mundial
- su “lógica interna”, por así decirlo -
y, si efectivamente trascurriesen, tendrán enorme gravitación en el mundo
entero.
Tsunamis
venideras
Notablemente, hoy la realidad
mundial en lo político, económico, financiero y social tiene gran semejanza con
la terrible tsunami que azotó las costas del Océano
Índico en Diciembre 2004: desde un único foco submarino – invisible a nuestros
ojos – se desató sigilosamente una gigantesca catástrofe que tomó a ciudades,
comunidades, países y continentes enteros por sorpresa. La tsunami ofrece una analogía, terrible y
elocuente, con algunos procesos geopolíticos y geoeconómicos
del mundo actual: una ola que, en sí, es “virtual” se propaga a enorme velocidad
(900 kilómetros por hora en mar abierto), aunque el agua por la que atraviesa,
¡apenas si se desplaza! Eso es,
hasta llegar a las costas, en cuyo momento la gran energía de la tsunami que se propagó silenciosamente a
través de miles de kilómetros de océano se transforma en cataclísmico muro de
agua de 10, 30 o más metros de altura, que se abalanza sobre poblados con la
consiguiente devastación. Esa
ola tsunami transmite la tremenda
energía de un sismo submarino ocurrido en un punto del planeta hasta otros
puntos ubicados a miles de kilómetros de distancia.
En cierta medida – en este
mundo “globalizado” e “interdependiente” - la geopolítica, la economía y las
finanzas nos transforma a todos en potenciales victimas de tsunamis virtuales que no lanzan ya olas
de agua, sino catástrofes civiles, colapsos financieros, y “crisis” (a menudo
artificiales), que derivan en guerras sociales, invasiones externas, genocidios
y sufrimientos colectivos de todo tipo que nada tienen de
virtual.
En sucesivos escritos,
evaluaremos cuatro escenarios clave como sigue:
1)
Mundial: Desestabilización y colapso controlado
del dólar estadounidense y su reemplazo por un “Nuevo Dólar” con
respaldo en oro homologado;
Instigador
primario: será el actual gobierno estadounidense. De este tema trata el presente
ensayo.
2)
Mundial / Medio
Oriente: Creación artificial de una “crisis” en torno a Irán y Siria
instigada por Estados Unidos e Israel, con la consiguiente invasión a esos
países soberanos y la agudización y propagación del estado bélico a otros
países. Se prevé el probable uso de armas nucleares tácticas;
Instigador
primario: el
gobierno del Estado de Israel con el irrestricto apoyo de Estados
Unidos.
3)
Regional: Agudización de una artificial
“crisis” en torno a Venezuela y posteriores acciones militares, que podrán ir
desde un golpe militar con apoyo anglo-estadounidense, hasta la invasión militar
por Estados Unidos y “aliados” regionales (Colombia, Panamá y otros).
Instigador
primario: Estados Unidos y gobiernos adictos en la
región, notablemente el gobierno Uribe en Colombia.
4)
Argentina: Creciente desorientación,
descontrol y posible colapso del Gobierno Nacional.
Instigador
primario: la
falta de idoneidad, creciente ineptitud y tradicional corrupción de la clase
dirigencial argentina, tanto en el Gobierno como en la “oposición” (más alguna
ayudita de “La Embajada…”).
Desestabilización
y colapso controlado del dólar estadounidense.
“El Rey ha
muerto; ¡Viva el Rey!”
“The King
is Dead; Long live the King!” Así se anuncia desde hace siglos la muerte del
soberano inglés y la inmediata entronización de su sucesor previamente
ungido. Si hoy el dólar
estadounidense es el rey de las divisas mundiales, este “rey” sin embargo es un
soberano viejo, decrépito, cansado y achacoso. Como el Imperio jamás permitirá que el
trono quede vacío y a la merced de fuerzas no predecibles, este viejo rey
achacoso de la usura mundial ya tiene nombrado un digno sucesor de sangre azul,
rozagantes mejillas, dorados rizos y robusta salud.
En poco tiempo más, resonará
una suerte de “The Dollar is dead; Long live the New Dollar” y así el Trono
de la Usura en el Templo de la Logia de Mamón tendrá nuevo soberano y podrán
perpetuar su Credo centenario: business as
usual...
Nos explicamos. Resulta que en los últimos años, Estados
Unidos ha impulsado y hoy mantiene una gigantesca sobre-emisión – encubierta,
por cierto – de su moneda. Se
estima que el factor de esa sobre-emisión se ubica entre 4 y 8 veces el
circulante que se corresponde con una economía como la estadounidense (PBI 2004;
casi u$s 13.000.000.000.000 anuales), pero nadie sabe a ciencia cierta. Usted se preguntará, ¿cómo es que no se
conoce el monto de esa emisión? Es
que ese dato es altamente confidencial y casi imposible de develar por cuanto,
contrariamente a lo que la mayoría de la gente cree, el Banco de la Reserva
Federal – el banco central estadounidense – es una institución privada aun cuando
el Gobierno Federal tenga cierta incidencia. De manera que las instituciones públicas
no pueden exigirle este dato; más cuando el propio gobernador (presidente) del
la Reserva Federal, Alan Greenspan, solo tiene obligación de concurrir a una
sesión por trimestre con la Comisión de Finanzas del Congreso para informarle
sobre sus políticas monetarias.
Enfatizamos, para informar,
no para solicitar instrucciones o consenso y acuerdo. Si a esto le agregamos el gigantesco
cúmulo de instrumentos bancarios y bursátiles dolarizados desparramados por los
mercados mundiales, entonces esta cifra se torna totalmente incalculable. Sin embargo, queda claro que la
sumatoria de moneda dólar, bonos de deuda del Tesoro de Estados Unidos, más los
demás instrumentos financieros públicos y privados equivalen a una cifra que ha
de exceder en varias veces la sumatoria de todos los bienes y servicios
disponibles en el planeta entero.
En 2004, el Déficit Fiscal
estadounidense fue de más de u$s 450.000.000.000, mientras que el Déficit en
Cuenta Corriente (sector externo) fue del orden de los u$s 617.700.000.000 (O
sea, un crecimiento de 24,5% sobre el año anterior). Para tener una idea del tamaño de estos
montos anuales, se trata de dos veces, y más de tres veces la deuda externa
argentina, respectivamente). A su vez, el Gobierno anunció que ambos Déficit
aumentarán notablemente en 2005 y no existen indicios de mejoras en el 2006,
2007 o 2008. Es más, el 19 de
noviembre de 2004 Bush firmó una ley aprobada por el Congreso de su país que le
autoriza incrementar el límite de Deuda Pública total de u$s 7.600.000.000.000 a
casi u$s 8.200.000.000.000 (cifras prácticamente incomprensibles), lo que se
realizará a través de la emisión de Bonos del Tesoro de Estados Unidos contra
los cuales el Reserva Federal privada emite billetes dólar.
Se estima que la guerra y
ocupación de Irák cuesta más de u$s 120.000.000.000 anuales, a lo que hay que
agregar los gastos de la ocupación de Afganistán, el financiamiento directo de
la maquinaria de guerra israelí y los gastos de los preparativos de guerra
contra Irán, Siria, Venezuela y otros países del “eje del mal”. Y mejor ni pensar en aquél gran enemigo
a mediano/largo plazo de los Estados Unidos que es China….
Hace pocas semanas, Bush
anunció que pediría al Congreso una partida adicional de u$s 80.000.000.000 para
los gastos militares en Afganistán e Irak y todo indica que los contingentes
militares deberán aumentarse substancialmente en ambos teatros bélicos. Estas cifras nos muestran que sobre un
Presupuesto Anual de u$s 2.400.000.000.000 (2004), al Gobierno Federal
estadounidense le están faltando más de u$s 450.000 millones. Sin embargo, no se observa que a raíz de
este rojo en sus cuentas, Estados Unidos limite sus acciones en Irak,
Afganistán, o dentro de sus fronteras, ni sus planes armamentistas. Todo lo
contrario. La pregunta obvia,
entonces, se impone: ¿de donde saca Estados Unidos los
recursos financieros que le faltan?
La respuesta es, básicamente,
a través de la emisión monetaria, tanto en billetes dólar como en Bonos del
Tesoro a 5 y 30 años (US Treasury Bills y Bonds, respectivamente), aprovechando el
alto nivel de “exportación” de su moneda que permite que la misma salga de su
circuito económico nacional (interno) e internacional (primario en los países
industrializados), evitando así el consecuente efecto inflacionario. Incluso, si evaluamos estas gigantescas
cifras, ya hoy podríamos hablar de un potencial efecto hiper-inflacionario encubierto....por
ahora.
El propio gobernador
(presidente) de la Reserva Federal, Alan Greenspan, advirtió que el aumento en
el rojo presupuestario podría conducir a una crisis económica. Según dijo, ese creciente Deficit “va
por un camino insostenible”…advirtiendo que esto “podría generar una economía
estancada o peor”. Solo en el
pasado mes de Febrero el Déficit alcanzó la cifra récord mensual de u$s 113.940
millones.
El dólar:
esa moneda sin respaldo
“¿Quién
vio un dólar?”
–
Juan
Perón
En 1971, el presidente Richard
Nixon retiró la base legal de convertibilidad del dólar en metálico, sea oro o
plata. A partir de entonces, el
dólar – como moneda - dejó de ser convertible en nada que tenga valor intrínseco
alguno. Hoy, el sustento del dólar
es la fuerza económico-industrial de Estados Unidos, que a su vez se basa sobre
su poderío militar consolidado luego de la Segunda Guerra Mundial, tras la
devastación de Europa y Japón, y el robo de centenares de miles de secretos
tecnológicos y militares que le permitieron consolidar su Poder y prestigio
mundial.
Gracias a que el dólar se ha
convertido en virtual divisa mundial - impuesta por la acción conjunta del Banco
de la Reserva Federal (BRF), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la estructura
bancaria privada supranacional – Estados Unidos ha podido financiar sus Déficit
presupuestarios exportando dólares a través de mecanismos que garantizan un
refluir ordenado y equilibrado en favor de sus intereses. Esto pudo controlarse más o menos
ordenadamente hasta que en 2001 aparece el Euro como poderosa moneda más sólida
que el Dólar, emitida por una creciente Unión Europea decidida a disputarle al
Dólar su primacía planetaria.
A su vez, en los últimos dos
años, el Depto. del Tesoro de Estados Unidos y el FMI han logrado
sugerir/imponer a más de una treintena de bancos centrales nacionales – el Banco
Central de la República Argentina incluido – que “absorban” dólares de sus
mercados y atesoren sus reservas en Bonos del Tesoro estadounidense. En pocas palabras, que inviertan en la
moneda norteamericana, lo que implica un financiamiento gratuito de sus
necesidades de gasto público. Estos
bancos centrales foráneos, al absorber gigantescas cantidades de instrumentos
financieros dolarizados (bonos del tesoro y billetes dólar), permiten al
gobierno estadounidense financiar sus necesidades con emisión monetaria. A la cabeza de este proceso se encuentra
Japón que hoy acumula tenencias dolarizadas por más de u$s 670.000 millones;
insólitamente le sigue la formalmente marxista República Popular China con más
de u$s 470.000 millones, luego Corea del Sur con u$s 220.000 millones y una
larga lista de países que “absorben dólares” de sus mercados locales contra
emisión monetaria en sus monedas locales.
En el caso de la Argentina,
esto explica la primavera económica que hoy vivimos gracias a una mayor
monetización de la economía nacional con la excusa del “aumento de reservas”….
hasta que venga la contra-orden de afuera de cambiar de política. Actualmente,
el BCRA atesora más de u$s 21.000 millones, de lo cual se enorgullece el
presidente Kirchner,
pues con esos dólares Argentina le puede pagar religiosamente al…..FMI, BM, BID
y otros acreedores internacionales.
¿Necesita
plata?
Pues...¡imprímala!
Damos un simple ejemplo
gráfico de cómo funciona este sistema: el Banco de la Reserva Federal emite un
billete de u$s 100, se lo entrega al Depto. de Defensa que se lo da al Ejército
para que compre una caja de balas para los fusiles de sus soldados en Irak para
que maten a iraquíes. Ahora bien:
lo último que desea el gobierno es que ese billete de u$s 100 se reintegre
dentro al circuito financiero estadounidense, pues el proceso arriba descripto
se repite innumerables veces para comprar petróleo, tanques, cazabombarderos,
portaviones, bombas, etc. Se están
emitiendo tantos que su reflujo o reingreso dentro de la economía norteamericana
tendría graves efectos inflacionarios.
Lo que a Estados Unidos le
conviene - y logra - es que una vez que el billete de u$s 100 de nuestro ejemplo
haya servido para adquirir pertrechos de guerra (o lo que sea), el mismo quede
fuera de sus
circuitos financieros durante el mayor tiempo posible: que lo guarde alguien en
alguna parte: no importa que sea en Japón, Malasia, China, India, Alemania o
Arabia Saudita. Que lo retengan
indonesios, rusos o argentinos en sus colchones. Cualquier cosa, con tal de que no regrese (en lo inmediato, al menos) a
los circuitos financieros estadounidenses e internacionales de la propia
estructura bancaria supranacional.
De ahí que se pueda comprender
la gran presión que ejerce Estados Unidos para que los bancos centrales de la
mayor cantidad de países del mundo salgan a “absorber” dólares, lo que equivale a retirarlos de
circulación. Eso le da
un respiro a Estados Unidos. ¿Por
qué, usted pregunta? Simple: porque
así podrán entonces emitir todos los billetes de u$s 100 que necesiten para dárselos al Ejército
para que compre municiones….y el ciclo se repite una y otra vez ad
infinitum…
Así cualquiera puede ser
“superpotencia”, usted estará pensando.
Efectivamente. Si a George
W. Bush le falta dinero para consumar sus apetencia imperiales (y como hemos
visto ese apetito voraz le ha generado un Déficit patológico y potencialmente
catastrófico a su país), entonces, no problem: solo tiene que pedirle a Alan
Greenspan que le emita toda la plata que necesite…y chau. Lo importante es mantener la rueda
girando. El peligro es si esta
rueda llegase a detenerse... Pues,
más que una rueda, se trata de un espiral
centrífugo que retira,
absorbe, y refluye los dólares emitidos en los volúmenes que más conviene a los
intereses del Imperio, haciéndolo a la velocidad que conviene al Imperio, hacia
los destinos que convienen al Imperio y por los complejísimos canales
económico-financieros que más le convienen al Imperio. Toda una vasta, compleja y nutrida
ingeniería financiera planetaria que marcha a distintas velocidades, según las
necesidades del caso.
De manera que hoy, la clave para que Estados Unidos mantenga su status
imperial es que alguien le saque de encima las enormes cantidades de
dólares que emite, ni bien los haya volcado a la economía – su
economía de guerra – y los retenga. Que alguien los haga “desaparecer”
...durante algún tiempo, al menos: no importa que los guarden en las bóvedas de
algún banco central extranjero o en los colchones de pequeños ahorristas
mejicanos, brasileros o argentinos.
Poco importa.
En buen romance, cada vez que
“compramos dólares” para ahorrar o que el BCRA “absorbe dólares” del mercado
local para mantener la paridad cambiaria del peso al nivel exigido por el FMI
para que podamos pagar los intereses de la deuda externa dolarizada según los
guarismos “acordados” con el gobierno local, lo que estamos haciendo en realidad
es ayudando a financiar el Déficit de los Estados
Unidos. O sea, le estamos ayudando
a matar iraquíes y afganos, a preparar sus invasiones contra Irán, Siria o
Venezuela, y a torturar a prisioneros de guerra en Guantanamo y Abu Ghraib. Quizás incluso les estemos
financiando los planes para un “bombardeo e invasión de la Triple Frontera”,
según propuso Douglas Feith, número 3 del Pentágono, en septiembre
2001.
No debe sorprendernos,
entonces, la manera en que los sucesivos gobiernos de Menem, De la Rúa, Duhalde
y Kirchner se han subordinado disciplinadamente a prestarle esta asistencia a
los Estados Unidos a través de los respectivos presidentes del BCRA:
notablemente en los últimos años, los señores Mario Blejer, Alfonso Prat-Gay y,
hoy, Hernán Martín Pérez Redrado,
quienes desde hace tres años se dedican a comprar – perdón, “absorber” – dólares
del mercado “para mantener la paridad cambiaria”. Ahí sí que ni el FMI, ni el BM, ni el
Depto del Tesoro ni los opinólogos neoliberales locales dicen ni ¡ay!
Pareciera que emitir pesos
argentinos para financiar viviendas, construir caminos y levantar fábricas – lo
que sí dinamizaría en forma directa y controlada la economía nacional – “es
inflacionario”; pero emitir pesos argentinos para acumular dólares en el Banco
Central parece que “está OK”.
Insistimos, el verdadero
respaldo del dólar lo hallamos ya hoy en la gigantesca maquinaria económica
norteamericana, en el prestigio histórico del dólar en sí y, por sobre todo, en
la poderosa y aparentemente
invencible y siempre amenazante maquinaria militar estadounidense. Como esquema de “convertibilidad” no
está nada mal: hoy, un dólar es convertible en balas, tanques, bombas,
cazabombarderos, napalm, operaciones encubiertas de la CIA e, incluso, en algún
costoso auto-atentado como algunas malas lenguas dentro de Estados Unidos
insisten, con creciente voz, que es la “pista” que hay que seguir para entender
lo que realmente ocurrió aquella soleada mañana del 11 de septiembre de
2001…
En síntesis y a modo de
ejemplo rudimentario: cuando el pueblo argentino necesita comprar un barril de
petróleo debemos trabajar para
ganarnos los u$s 57,60 que hoy cuesta; sin embargo, cuando Estados Unidos
necesita comprar un barril de petróleo, no tiene más que imprimir esos u$s 57,60. Claramente, existe una diferencia muy
grande. Insistimos: así, es fácil ser Imperio...
Mafia + Usura =
“Economía de Mercado”
Pero como dice un refrán
estadounidense: “all good things must come to an
end”. Todo lo bueno,
algún día ha de terminarse, y pareciera que con George W. la era de emitir
dólares a cuatro manos (y…¡si sabremos los argentinos algo sobre esto! ¿Quién no
recuerda la magnífica política monetaria de Alfonsin-Sourrouille de 1989?).
En verdad, ya desde mucho
antes de George W., se había iniciado este fantástico proceso mediante el cual
las finanzas y la moneda, tradicionalmente subordinadas a la Economía Real del
Trabajo y la Producción, se escaparon de cause y – cual tsunami virtual – crecieron como un
monstruo que terminará ahogando a la Economía Real, destruyendo el Trabajo y
desarticulando la Producción.
Y los indicios del crecimiento de esta tsunami los tenemos por todas partes, por
más que nuestros sesudos “analistas” y “opinólogos” del CEMA, de la Fundación
Fiel, de la Fundación Mediterránea, de Infobae, Ámbito Financiero, Clarín y La
Nación, no quieran verlo.
Un indicador de lo que decimos
lo ofrece la evolución del mercado bursátil estadounidense: cuando tras el
colapso del bloque soviético, George HW Bush (padre) pierde las elecciones
presidenciales y le cede el puesto al joven William Clinton,
el índice bursátil Dow Jones (Dow Jones
Industrial Index), se hallaba en los 3.700 puntos; ocho años después,
al finalizar su mandato, ese índice estaba en los 10.900 puntos, no sin poco
tiempo antes haber trepado hasta los 11.700 puntos. La pregunta obvia se impone: ¿Creció la
economía norteamericana más del 300% entre 1993 y 2001? La respuesta es decididamente no. El crecimiento económico de los años
noventa fue un moderado 3 a 4 por ciento, con lo que el crecimiento económico
acumulado durante los dos gobiernos Clinton fue del orden de no más del
40%.
Si la Economía Real creció 40%
en ocho años, ¿cómo se explica que las Finanzas y la especulación bursátil
crecieran 300%? La clave la
hallamos en la usura, en la especulación, en la creación de dinero de la nada
(sea por el Gobierno que lo imprime o por los bancos privados que, a través del
Factor Multiplicador Bancario,
lo crean de la nada en sus computadores igual que la diosa Venus que nace de la
espuma del mar…).
La fuerza real detrás de la
economía estadounidense ha sido una avaricia sin limites, un egoísmo desalmado y
un afán de lucro homicida. En los últimos años, la podredumbre ya no puede
contenerse y los crímenes y fraudes de sus corporaciones multinacionales y
bancos transnacionales son tapa de los diarios: Enron, WorldCom, Tyco, Marsh & McLennan, American
Internacional Group, Wal-Mart, K-Mart, Condado de Orange (California), Arthur
Andersen; multas por cientos de millones de dólares por lavado de
dinero impuestas a CitiGroup, JP Morgan,
Morgan Stanley, Merrill Lynch, Goldman Sachs, Brown Brothers Harriman….
La lista es larguisima y
el espíritu usurero e inmoral abarca a todo el mundo: A-Hold en Holand, Parmalat en Italia, Grupo Maxwell en el Reino Unido, Yukos en Rusia… Sus altos directivos son
procesados y arrestados a diario: Kenneth
Lay (Enron), Bernhard
Ebbers (WorldCom), Jeffrey
Greenberg (Marsh & McLennan), Dennis
Kozlowski (Tyco)… ¡Si lo
sabremos los argentinos con los escandalosos casos de Yabrán, Yoma, IBM, Banco
Citi, Moneta, ENTEL, YPF, Southern Winds, Fondos de Santa Cruz fugados por
Kirchner…
Lo que ocurre es que si se
tira demasiado de la cuerda, en algún momento se corta. En el sistema de timba planetario
gerenciado desde los directorios poblados por los Shylock en Wall Street,
Londres, París y Suiza, se están empezando a dar cuenta de que en cualquier
momento la racha de “la buena suerte” se quiebra. Este alocado baile en torno al Dorado
Dios Mamón, los está dejando mareados y exhaustos, mientras en el mundo asesinan
a cientos de millones de personas con hambre, guerra, violencia social y
enfermedad.
Es que todo el actual sistema
financiero-monetario usurero supranacional es fundamentalmente inmoral e
absurdo. Cuando a Greenspan le
preguntaron en 1996 cómo explicaba ese crecimiento vertiginoso de la Bolsas de
Nueva York que llegaba a los 11.700 puntos en el índice Dow Jones arriba
mencionados, mientras que las acciones tecnológicas del índice NASDAQ llegaban a
los 6.000 puntos (hoy, colapsó a apenas 1.600 puntos), la respuesta, por demás
elocuente, de Greenspan no se hizo esperar: atribuyó todo este complejo fenómeno
a la irracional exuberence –
“exuberancia irracional”....
Está clarito, ¿no?
Dale, no
más...¡dale que va!
Estados Unidos permanecerá en
Irak y en Afganistán todo el tiempo que quiera, seguirá financiando
ilimitadamente a Israel para que mantenga su costosa represión y persecución de
los palestinos, seguirá preparando ataques contra el hoy ampliado “eje del mal”,
según lo describiera Condoleeza Rice:
Irán, Corea del norte, Siria, Myanmar, Zimbabwe, Venezuela…). Bush acaba de declarar que promoverá –
impondrá – “la libertad y la democracia” en todo el mundo, haciendo así honor a
la recomendación de un antiguo escrito que, como una suerte de breviario para el
dominio del mundo, recomendaba a los poderosos siempre utilizar la “Fuerza e
Hipocresía”. La fuerza
bruta la vemos por doquier. La
hipocresía la vomitan a diario presidentes, primeros ministros, secretarios,
voceros oficiales y los monopolios mediáticos planetarios. Y toda esta gigantesca maquinaria
necesita “aceite” para funcionar – mucho aceite... Hoy, ese “aceite” se llama
“Dólar”
Ahora bien: no se podrá seguir
emitiendo enormes cantidades de dólares indefinidamente. El sistema financiero mundial cruje por
todos los costados y hace agua.
Esto lo ve claramente Alan Greenspan quien ya manifiesta abiertamente su
gran preocupación. ¿Cuánto tiempo queda hasta el crac final? ¿un año? ¿dos? Nadie lo puede saber con certeza. El dólar podría colapsar en cualquier
momento. Esta fue una de las
razones por las que se apresuró la marcha para barrerlo a Saddam Hussein quien
desde 2001 vendía petróleo a la Unión Europea en Euros, implícitamente invitando
a la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) a hacer lo
mismo. Si, como consecuencia de
ello, el comercio mundial del petróleo se hubiera desplazado repentinamente del
Dólar al Euro, esto hubiera generado un gigantesco reflujo de dólares de todo el
mundo (o sea, la masa de dólares fuera de EEUU), hacia la Unión Norteamericana
generando un inmediato efecto inflacionario que probablemente se hubiera
descontrolado transformándose en hiperinflacionario. La invasión de Irak terminó con ese
peligro y mandó un mensaje claro a todo país que contemple abandonar el “Área
Dólar”.
Pero también se creía que la
invasión de Irak sería fácil y que los iraquíes recibirían a los Marines como
libertadores, y que eso le daría a Estados Unidos petróleo a no más de u$s 15 el
barril. Pero algo salió mal y el
objetivo del “cheap oil” - petróleo barato – fracasó gracias a la heroica
resistencia iraquí, con lo que hoy el barril de petróleo en lugar de costar los
anhelados u$s 15, se está comercializando a u$s 57,50 el barril. Ello obliga al gobierno estadounidense a
tomar medidas de emergencia tales como abrir grandes reservas naturales de vida
silvestre en Alaska a la contaminante explotación petrolífera. La voraz adicción norteamericana al
petróleo está descontrolada.
Hoy, la sobre-emisión del
dólar ha pasado el punto de no retorno. Ya no pueden evitar el colapso de su
moneda en las condiciones actuales.
Desde luego que el Establishment no va a ser tan torpe como
para dejarse arrastrar por una crisis hiperinflacionaria que barrería a Estados
Unidos. En material monetaria
existen diversas formas de frenar – incluso desviar – estas catástrofes
monetarias de propia autoría para golpeen a otros. Y eso es precisamente lo que se estaría
planeando en estos momentos.
Es más: pareciera que el plan consiste en llevar al
actual dólar al límite del colapso y aprovechar esta emisión alocada y
exportación de Déficit, sacándole todo el jugo posible durante el mayor tiempo
posible, por cuanto eso les viene como anillo al dedo considerando los
escenarios bélicos, actuales y futuros.
Creemos que una función primaria de este segundo mandato presidencial
de George W. Bush consiste en aprovechar, promover y gerenciar la compleja
ingeniería monetaria y financiera que significa dejar caer el Dólar para
reemplazarlo por un Nuevo Dólar.
Veamos un posible escenario de este
proceso.
New Dollar! - un Nuevo Dólar
En algún momento en los
próximos 12 a 24 meses, bien podría ocurrir que desde las pantallas de CNN nos
enteremos de un repentino “Breaking News” - ¡última noticia! – que en nuestras
latitudes canales como Crónica TV repetirán en pantalla colorada y a título
catástrofe. La urgente noticia vendrá un
viernes; después de las 4 o 5 de la tarde, hora de Nueva York cuando ya hayan
cerrado los bancos y la Bolsa neoyorquina. Nos enteraremos que Alan Greenspan –
probablemente acompañado por el secretario del tesoro John Show - hará un
“importante anuncio” a los estadounidenses y al mundo. Tal anuncio será breve y bastante
críptico.
Greenspan dirá algo así como
que “en un esfuerzo por apuntalar la economía de los EEUU y sus aliados;
proteger a los consumidores y a las mega-corporaciones; preservar el sistema
financiero internacional y conjurar potenciales crisis financieras; equilibrar
el Déficit presupuestario; y evitar el colapso bursátil, Estados Unidos
implementará una importante Reforma Monetaria que obliga a declarar un feriado
bancario y cambiario para la siguiente semana (Argentino: ¿le suena familiar esto?).
A renglón seguido se informará
que el presidente George W. Bush, contando con el apoyo bi-partidario en ambas
cámaras del Congreso, firmará un decreto mediante el cual el dólar
estadounidense vuelve al patrón oro.
Correspondientemente, será necesario introducir un Nuevo Dólar, convertible en oro metálico en
reemplazo del actual “viejo” dólar solo convertible en papel. ¿Y qué pasará con esos “viejos”
dólares? Habrá que canjearlos por
Nuevos Dólares, por supuesto. Quienes sean ciudadanos estadounidenses,
tengan domicilio en Estados Unidos o sean empresas estadounidenses; o se hallen
radicados en plazas de los principales aliados (Reino Unido e Israel, por
ejemplo), podrán canjearlos a la paridad de 1-a- 1, tras presentar la
documentación probatoria del caso.
En todo otro lugar – Asia,
Centro y Sur América, África, Rusia, los países islámicos – “el mercado” local
dictará la paridad que habrá de regir entre el “viejo” dólar y los codiciados
New Dollars: ¿También, 1 a 1? Lo dudamos, pues la Reforma Monetaria
habrá desprestigiado absolutamente a esos viejos dólares. ¿2 a 1, entonces? ...quizás. ¿3 a
1?, ¿5 a 1?, ¿8 a 1? Qué las leyes del mercado lo determinen
pues no será asunto de los Estados Unidos.
Veremos a desesperados
individuos, empresas, bancos y operadores en todo el planeta salir corriendo al
mismo tiempo a cambiar sus viejos dólares por New Dollars. En la Argentina, la empresa
“Piero” podrá vender cientos de miles de colchones pues habrá multitudes de
histéricos argentinos despanzurrando sus colchones para sacar sus dólares e ir
corriendo a cambiarlos por New Dollars. Regirá la “oferta y demanda”: mucha,
mucha, mucha Oferta de viejos dólares y mucha, mucha demanda por New
Dollars.
(Argentino: ¿le suena familiar
esto?).
Greenspan sería el
hombre para llevar a cabo este proceso con el apoyo político de Bush, por cuanto
ha sido partidario de poner al dólar sobre un patrón oro desde hace mucho
tiempo. Es más, uno de sus primeros
ensayos publicado en 1966 propone precisamente eso: colocar al dólar
estadounidense sobre el patrón oro.
Otro factor clave que ayudó a
disparar y acelerar esta crisis fue la aparición en el año 2001 de un desafío al
Dólar sin precedentes: el Euro.
El Euro es la moneda de un incipiente Estado Supranacional – la Unión
Europea (UE) – cuya población es mayor a la de EEUU y su economía es
prácticamente equivalente, en términos del Producto Bruto Interno combinado de
los países que la conforman.
Si se proyecta el crecimiento
de ambas economías en los próximos veinte años, la de la Unión Europea tiene un
potencial mayor que la de Estados Unidos, por la simple razón de que las
naciones periféricas de la UE piden ansiosas ingresar a su sistema económico y
monetario, que a la larga terminará integrando la propia Rusia. Cada uno de aquellos países que aún
están afuera – Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Estonia, Hungría, entre otros –
tienen enorme valor agregado a aportar a la UE y un potencial económico y
geopolítico inmenso.
Estados Unidos, sin embargo,
solo puede expandir su economía hacia Centro y Sud América cuyos países resisten
la agresiva penetración norteamericana y resienten más de un siglo de
intervenciones, arbitrariedades, humillaciones y atropellos. ¡Vaya Diferencia! Mientras que los países a incorporarse a
la UE lo desean hacer voluntariamente y la UE puede darse el lujo de generar un
cronograma estructural consistente, Estados Unidos tendrá que imponer el ALCA a
las trompadas sobre un continente que se le resistirá permanentemente. Existen, a su vez, entre el Dólar y
el Euro un conjunto de simetrías y asimetrías que consideramos oportuno
destacar:
Tabla Comparativa entre el Dólar y
Euro
Factor |
Dólar
Estadounidense |
Euro |
Estabilidad y Confiabi-lidad
(Política)
|
Alta
(hasta ahora)
·
El
dólar ha superado diversas crisis financieras desde hace más de un siglo;
·
Ha
financiado los grandes emprendi-mientos bélicos estadounidenses que lo
condujeron a la preeminencia mundial.
·
Su
control se encuentra altamente centralizado en el Banco de la Reserva
Federal y una red de instituciones públicas y privadas (los propios
mega-bancos privados, el FMI, BM y el BIS).
·
Hoy
es la principal Divisa de uso mundial, utilizada por gobiernos y empresas;
y en los mercados del petróleo, armas y
narcotráfico. |
Media:
·
Se
inserta dentro del Proyecto de creación gradual de un Estado Europeo
supranacional iniciado hace medio siglo;
·
El
Euro apenas cumplió tres años de vida efectiva; su centro de equilibrio lo
conforman Alemania y Francia;
·
El
Reino Unido mantiene una postura ambigua. En la crisis venidera, la Libra
Esterlina probablemente retenga Poder propio y se alinee con el New
Dollar;
·
Hoy,
algunos países de la UE integrados al Euro lo están más bien por razones
históricas y geopolíticas, que por una justificación económico-monetaria
|
Solidez
Estructural (Técnica) |
Baja
·
Está sobre-emitido,
probablemente en un factor de entre 4 y 8 veces (no existen datos
fidedignos independien-tes),
por cuanto en los últimos años los gobiernos de EE.UU abusaron del alto prestigio
del dólar, sobre-emitiéndolo de manera descontrolada;
·
La
creciente evidencia de esta debilidad estructural genera riesgos
inflaciona-rios e, incluso, hiperinflacionarios, si fueran disparados por
alguna crisis política o financiera externa o
interna. |
Alta
·
Recién
introducido (2001). El Banco Central Europeo en Frankfurt Alemania hace
pública la información precisa de la cantidad exacta de Euros emitidos
desde 2001, no dejando duda alguna de que el Euro no se halla
sobre-emitido y no se ve amenazado por ningún riesgo inflacionario (al
menos hasta el momento). |
Poder Cultural |
Muy Alto
·
Inteligentemente,
EEUU ha mantenido el mismo formato (sus mismos próceres, monumentos
nacionales y declaraciones de fe) en su moneda desde hace más de un
siglo.
·
Ello
le da al dólar una sensación de estabilidad inconmovible: las figuras de
Washington, Lincoln, Hamilton, Jackson, Grant y Franklin aparecen en los
billetes de 1, 5, 10, 20, 50 y 100 dólares, junto a sus símbolos de poder
y prestigio: la Casa Blanca, la Secretaría del Tesoro, el Monumento a
Lincoln, y el Gran Sello de los EEUU con su simbología esotérica, masónica
y mesiánica: pirámide con el Ojo del Gran Arquitecto del Universo
anunciando un “nuevo orden secular”.
·
Cada
dólar, incluso, porta una declaración de fe: “In God We Trust” – “Confiamos en
Dios” – aunque muchos nos preguntamos de cuál “dios” estarán hablando.
|
Bajo
(aún)
·
El
diseño elegido por las autoridades monetarias europeas para el Euro ha
sido, creemos, muy desatinado.
Seguramente el consenso entre quince países dispares no debe haber
sido fácil pues no aparece ningún texto fuera del de la palabra “Euro”, y
los portales y puentes que figuran en sus billetes son abstractos y no se corresponden con ningún
monumento real europeo, sino que reflejan meros estilos
arquitectónicos.
·
Claramente,
fueron diseñados por alguna comisión, lo que trae a la memoria las
palabras de Juan Perón quien
decía que “un camello es un caballo
diseñado por una comisión”.
·
Claramente,
la comisión que diseñó el Euro le dio a los europeos un lindo camello…. El
Euro es una moneda insípida, sin simbología potente; casi olvidable. Ello resulta increíble en un
Continente que cuenta con edificios públicos y monumentos de potente valor
psicológico: el Coliseo Romano, las espléndidas Catedrales de Rheims en
Francia o Colonia sobre el Rhin, el Alcázar de
Toledo.... |
En síntesis, el Dólar es una moneda estructuralmente débil pero con
enorme fuerza política y prestigio, mientras que el Euro es una moneda
estructuralmente fuerte pero por ahora culturalmente débil. El dólar es como aquellas
familias de alcurnia que todo lo han perdido pero que siguen manteniendo las
apariencias y el orgullo, y las gentes los sigue respetando como si aún fueran
poderosos señores. Cuando la
realidad los alcance, el colapso podría ser repentino y violento. Mientras que el Euro podrá madurar
rápidamente en la medida en que se consoliden las estructuras monetarias,
financieras y geopolíticas de la UE, lo que viene ocurriendo a pasos agigantados
desde el colapso de la ex-Unión Soviética.
Claramente, en asuntos monetarios el tiempo corre en contra de Estados
Unidos y a favor de la UE.
Otro actor clave: China.
Dentro de poco tendrá la economía más poderosa del planeta...y
es potencia nuclear. Con su experimento bi-monetario ha logrado implementar
algunos conceptos fundamentales en la utilización de Moneda Soberana – el Yuan – para promover un exitoso desarrollo
interno, cuyo análisis abordaremos en otro estudio. Sólo digamos que es el país que, a largo
plazo, realmente le quita el sueño al imperio
anglo-norteamericano-israelí.
Una última observación para
esta sección: en la Tabla arriba descripta hemos resaltado la gran fuerza
cultural del Dólar cuyo diseño se mantuvo casi inalterado durante un siglo, lo
que le ha aportado un prestigio de inmutable solidez. Obsérvese, sin embargo, que en los
últimos años - y por razones no del todo claras -, el Banco de la Reserva
Federal decidió sutilmente cambiar la imagen del dólar. Un poquito, no más. Se desplazó levemente hacia la izquierda
la imagen del prócer que ahora es de mayor tamaño, al tiempo que se incorporaron
nuevos elementos de seguridad. Al mismo tiempo, se decidió experimentar con un
cambio de color: aparecieron los billetes de veinte dólares con el anverso de
color azulado, rompiendo así la tradición “verde”. Otras denominaciones seguirán camino en
breve.
¿Será una manera de preparar a
la psíquis colectiva para el “gran cambio” que significará la introducción del
New Dollar y el necesario retiro del los actuales dólares? Recordemos que la aceptación universal
del papel moneda conforma una convención social y, por ende, tiene un enorme y
determinante factor de psicología colectiva. Todo Estado bien sabe que la aceptación
de su moneda – dentro y fuera de sus fronteras – depende de factores de
psicología colectiva relacionados con la confianza en la autoridad emisora, que
no se centra tanto en un determinado gobierno (por cuanto los gobiernos van y
vienen), sino en un determinado Estado Nacional Soberano (que se supone está
para quedarse, consolidarse y acrecentarse). Posiblemente, el New Dollar sea de
diseño totalmente distinto al actual y de diferente(s)
color(es).
(Argentino: ¿Todo esto le suena
familiar?)
Las
bases para el New Dollar.
Las bases del New Dollar serán
relativamente simples y las esbozamos como sigue:
·
Moneda convertible en oro a una paridad
artificial y obligatoria determinada por el Banco de la Reserva Federal de
Estados Unidos.
·
El Oro de Reserva para la Convertibilidad no
será cualquier oro. Solo valdrá como “Oro de Reserva del New
Dollar” el metal debidamente homologado por su pureza, procedencia y acuñamiento
(¿incorporarán sus lingotes algún chip electrónico? ¿o algún holograma? ¿o un sofisticado código de
barras?).
·
El oro “común”, no homologado u “oficializado”
valdrá tres, cinco o diez veces menos que el Oro Homologado que sirve de
reserva del New Dollar. Ese “oro
bueno” ya está siendo acumulado, atesorado y procesado en las bóvedas del Banco
de la Reserva Federal de Nueva York, en el Bank of England en la City londinense
y en bóvedas en las montañas de Zürich…
Todo a muy, muy buen resguardo.
·
China, Japón, India con sus vastas reservas en
dólares sentirán un enorme cimbronazo.
Perderán enormes cantidades.
Japón verá su recuperación demorada; China, su crecimiento frenado; los
efectos cumulativos del colapso financiero planetario causarán estragos a las
exportaciones de India, Taiwán, Corea del Sur, Brasil…
·
China pareciera haber percibido este fenómeno y
ya está transformando sus reservas dolarizadas de más de u$s 470.000 millones -
dolares “·viejos”, se entiende – en activos físicos (inversiones en el sudeste
asiático y en nuestro continente sudamericano, y en Euros). Japón, que tiene acumulados más de u$s
620.000 millones y Corea del Sur con más de u$s 220.000 millones no pueden
moverse con la misma facilidad por ser naciones militar y políticamente
dominadas por Estados Unidos. En
cierta medida, su suerte ya está echada, salvo que.... Salvo que, como sugiere Samuel
Huntington en su clásico de 1997 “El choque de civilizaciones...”, Japón forje
una alianza con China parecida a la que desde hace medio siglo tienen Alemania y
Francia. Corea del Sur podría entonces avanzar hacia la reunificación coreana
bajo tutela china. Esto último
sí que
le quita el sueño al Imperio anglo-estadounidense-israelí.
·
¿Que esto generará una crisis financiera y
monetaria gigantesca? Por supuesto.
¿Que se trastocará todo el sistema financiero planetario? Desde luego. ¿Que habrá hambre violencia social,
colapsos económicos y sufrimientos? Obviamente. ¿Que vendrán guerras, epidemias,
catástrofes? También… Pero, quienes estén “en la pomada” de
antemano – o sea quienes sean aliados confiables (tanto países como grupos
económicos y financieros, las mafias incluidas) en los Estados Unidos, el Reino
Unido e Israel – podrán mitigar el golpe, minimizar sus efectos, prepararse y
prevenirse. ¿Recuerdan el colapso
argentino de Diciembre 2001? Los
bancos y los “bien informados” sacaron todo su dinero a tiempo y cuando vino el
“Corralito”, la mayoría se había hecho perdiz...
Insistimos: este “colapso
controlado del sistema financiero internacional” es la próxima “Gran Crisis” –
el Gran Trastocamiento – que las estructuras de Poder Real del Nuevo Orden
Mundial le han encomendado a George W. Bush y su equipo, sabiendo que tienen el
perfil psicológico adecuado y necesario para imponer semejante proceso que
conformará un virtual robo a nivel planetario. El mundo ya ha comprobada la insólita
capacidad de George W. Bush como operador y vocero de este Sistema, de mirar a
las cámaras, mentir alevosamente sin inmutarse.
Lo que acabamos de describir es tan sólo un escenario
posible, que surge del análisis
de aspectos técnicos (la sobre-emisión del dólar), intereses económicos
(principalmente, el acceso casi gratuito por el Imperio a nuevas fuentes de
petróleo); y objetivos geopolíticos del Imperio anglo-estadounidense-israelí (en
el Medio Oriente en el corto/inmediato plazo; en nuestro Continente en el
mediano plazo; y en el Lejano Oriente en el largo plazo). Si a ello le agregamos la vocación de
conquista y agresión del Imperio, disparada y “justificada” por los extraños
eventos del 11 de septiembre 2001, creemos que este escenario no sólo resulta
posible sino también probable.
Las implicancias para la Argentina son enormes. Incluyen grandes amenazas de toda índole
pero también inesperadas oportunidades (por ej., en lugar de dedicarse a
promover “Mega Canjes” que no hacen más que empeorar la situación de Deuda
Externa de Argentina como lo acaba de hacer el equipo
Kirchner-Lavagna-Nielsen-(Cavallo?)-(Marx?), más le valdría a nuestro país
especular con esta venidera Crisis Mundial del Dólar, uno de cuyos efectos
inmediatos sería la virtual licuación de buena parte de esa “deuda externa” en
dólares....”viejos”, desde ya...).
Estos y otros temas los iremos abordando en otros
trabajos, principalmente el Manual de Supervivencia Argentino
ante el Nuevo Orden Mundial
que actualmente estamos terminando de elaborar y que se publicará en
breve.
Eso sí: si usted, por fortuna, tiene alguna parte
importante de su patrimonio en dólares billete…. piense bien lo qué va a
hacer. En el venidero colapso
controlado del sistema financiero planetario, lo más seguro será invertir en la
Economía Real y tangible - propiedades, empresas, maquinarias… - y no en la
Economía Virtual de las finanzas, la timba y la especulación.
Ah, y no
deje de considerar el oro...
_________________________________________
·
©
Adrian
Salbuchi, Buenos Aires, 2005 –
·
Permitida
su reproducción parcial y/o total si se cita la
fuente.
·
En Buenos
Aires: 15-5339-7481 – www.eltraductorradial.com.ar -
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