La
Dieta de Los Grupos Sanguíneos del
Dr. D'Adamo y Catherine Whitney
Alimentación y
grupos
sanguíneos
Sobre la
Dieta del Dr. D'Adamo, en su libro titulado "Su comida, ¿veneno o salud?"
(1980), describe el autor "una alimentación natural" basada en los grupos
sanguíneos. Así, los sujetos pertenecientes al grupo A deben convertirse al
vegetarianismo, los del grupo B pueden comer proteínas tanto animales como
vegetales, los del grupo O sólo proteínas animales y a los del grupo AB se les
sacrifica a no comer carnes, productos lácteos o
integrales.
Vivimos una
época en que todo se define por estándares: desde lo que medimos hasta nuestro
coeficiente intelectual. La alimentación no podía ser una excepción y en un
intento por definir la forma de alimentación ideal, hemos acabado con un montón
de dietas, para todos los gustos y colores. Seguramente todas ellas funcionan a
algunas personas en determinados casos, pero aún no se ha diseñado la dieta que
nos funcione a todos durante toda nuestra vida. Ni se diseñará. Cada uno de
nosotros somos seres únicos que compartimos algunas señas de identidad
colectivas. Así que se trata de aprender sobre esos signos compartidos, ver si
se verifican en nosotros, y construir a partir de ahí, nuestra propia dieta,
adaptada a nuestras necesidades en cada momento. Esto es lo que nos propone la
alimentación según los tipos sanguíneos, un interesante enfoque de los alimentos
y su relación con nuestra sangre.
Dieta
vegetariana: ¿le va bien a todo el mundo?
Hace
ya varios años el médico naturópata James D'Adamo convencido de que no existía
un sistema de alimentación universalmente válido, observó que aunque muchos de
sus pacientes respondían bien a dietas vegetarianas, otros no sólo no lo hacían,
sino que incluso parecían empeorar con este tipo de dietas. Buscando un patrón
que le ayudara a acertar con el mejor tipo de alimentación posible para sus
pacientes, pensó que siendo la sangre el principio nutritivo fundamental del
organismo, allí podría encontrar, tal vez, alguna clave.
Después
de muchos pacientes y mucha experimentación las pautas empezaron a aparecer y en
1980 este médico publicó sus primeras conclusiones empíricas en un libro llamado
"El alimento de un hombre". Sin embargo, no sería hasta 1996 cuando su hijo,
Peter D'Adamo, también médico naturópata, profundizara en las observaciones de
su padre y publicara el libro que ha dado verdaderamente a conocer a nivel
internacional, la teoría sobre la alimentación y su relación con los tipos
sanguíneos: "Los grupos sanguíneos y la Alimentación".
Alimentación y
tipos sanguíneos: explicando la teoría
La
teoría de los tipos sanguíneos explica que el tipo de sangre de cada persona es
la clave de su sistema inmunológico porque controla la influencia que los virus,
bacterias, infecciones, sustancias químicas, exceso de stress, y cualquier
situación que sea capaz de comprometer el sistema inmune, cuya función, reducida
a términos muy simples, es la de reconocer lo propio y eliminar lo extraño, lo
ajeno.
El
sistema inmunológico cuenta con métodos muy sofisticados para poder reconocer a
una sustancia como propia o como ajena, entre ellos están los antígenos que son
unos indicadores químicos que se encuentran en las células de toda forma de
vida. Y uno de los antígenos más poderosos, es precisamente, el que determina el
tipo de sangre. Cuando el antígeno del tipo de sangre detecta que un antígeno
extraño ha entrado en el organismo, lo primero que hace es crear anticuerpos
contra ese antígeno "invasor". Un anticuerpo es como un artilugio inteligente
destinado a identificar y atacar a un determinado tipo de antígenos.
A
nivel físico cuando un anticuerpo localiza un antígeno extraño, se produce una
reacción llamada aglutinación, que hace que el antígeno extraño se vuelva
pegajoso. Esta aglutinación de antígenos extraños hace que se adhieran unos con
otros, y así son más fáciles de tener bajo control y eliminar.
La clave está
en la aglutinación
Las
observaciones sobre el proceso de aglutinación mostraron que ciertos alimentos
aglutinan las células de ciertos tipos de sangre, pero no de otros, lo que
permite entender que ciertos alimentos sean beneficios para algunos tipos de
sangre y "aglutinantes" (perjudiciales) para otros. Fundamentalmente, permitió
establecer un nexo entre los alimentos y los tipos sanguíneos porque al comer se
produce una reacción química entre la sangre y los alimentos, reacción que,
aunque parezca increíble, viene determinada por la herencia genética, -la
histórica además de la familiar-. Y se sabe que esta reacción se debe a la
presencia de lectinas (proteínas con propiedades aglutinantes que afectan la
sangre) en los alimentos.
La
presencia de estas lectinas hace que si tomas un alimento cuyas lectinas son
incompatibles con tu antígeno de la sangre, éstas ataquen tu organismo y
comiencen a aglutinar las células de la zona donde se asienten, intentando
destruirlas como si se tratara de elementos extraños. Según Peter D'Adamo, esta
aglutinación provoca enfermedades graves como el síndrome de intestino irritable
o la cirrosis hepática, por citar algunas.
Las
investigaciones y observaciones realizadas por los D'Adamo y otros
investigadores, permitieron establecer dos cuestiones especialmente útiles:
- Que la evolución
histórica de los tipos sanguíneos desde la aparición del primer humano sobre
el planeta hasta nuestros días, permite establecer un perfil por tipo
sanguíneo que ayuda a comprender qué tipo de alimentación se adapta mejor a
cada tipo y por qué.
- Clasificar los alimentos
según su acción para cada tipo sanguíneo como positivo, neutro o
desaconsejable. Un alimento positivo actúa como una medicina porque se adapta
a las necesidades del organismo completamente y lo refuerza (por ejemplo, un
plato de lentejas refuerza a un tipo A). Un alimento neutro actúa como un
alimento: no refuerza ni perjudica (por ejemplo, un plato de lentejas rojas es
un alimento neutro para el tipo AB). Un alimento desaconsejable actúa como una
sustancia perjudicial para el organismo: provoca aglutinación, y por lo tanto,
a la larga, enfermedad (por ejemplo, un plato de lentejas es perjudicial para
un tipo O y un tipo B).
La evolucion histórica de
los tipos sanguíneos
La
evolución histórica de los tipos determinó la adaptación de sus sistemas
digestivos a las nuevas circunstancias imperantes a medida que estas se
sucedían, desde el carnivorismo feroz del tipo O, primer habitante del planeta
hasta el flexible tipo AB surgido hace diez o doce siglos.
Del
análisis de esta evolución, estos observadores han podido determinar los
siguientes perfiles:
- Tipo O - El
Cazador: es un gran consumidor de carne en gran parte gracias a que cuenta
con un aparato digestivo realmente resistente. Tiene un sistema inmunológico
muy activo, pero no se adapta bien a los cambios ambientales y dietéticos. Una
actividad física intensa le ayuda a controlar el distress.
- Tipo A - El
Agricultor: es el primer vegetariano y se alimenta principalmente de los
productos de la tierra. No es muy aficionado a la carne seguramente porque su
sistema digestivo es delicado. Tiene un sistema inmune tolerante lo que le
permite adaptarse bien a las condiciones alimenticias y ambientales. Controla
mejor el exceso de stress con actividades relajantes y ejercicios físicos de
baja intensidad. La dieta vegetariana ayuda al tipo A a mantenerse en forma.
- Tipo B - El
Nómada: es la síntesis de la evolución de los dos grupos anteriores, por
lo tanto su dieta es más equilibrada. Dueño de un sistema inmune poderoso y de
un sistema digestivo tolerante, opta por elecciones dietéticas más flexibles.
Es un gran consumidor de productos lácteos. Controla mejor el exceso de stress
con actividades de tipo creativo y necesita encontrar un equilibrio entre
actividad física y actividad intelectual para sentirse en forma.
- Tipo AB - El
Enigma: es la fusión moderna de los grupos A y B. Poseer antígenos
múltiples, los vuelve camaleónicos, y de esta forma responden a los cambios
dietéticos o ambientales. Su sistema inmune es el más tolerante de los cuatro
tipos sanguíneos y al igual que el Tipo A, tiene un tubo digestivo sensible y
controla mejor el exceso de stress con actividades relajantes y ejercicios
físicos de baja intensidad.
Aprendiendo a descubrir tu
individualidad
Con
la información recopilada por su padre, y ampliada por su propia experiencia,
Peter D'Adamo clasificó distintos alimentos de uso habitual, según sean
beneficiosos, neutros o perjudiciales para cada tipo sanguíneo. Sin embargo,
clasificar los alimentos por su efecto en los distintos tipos sanguíneos no es
de ninguna manera una forma de simplicar las cosas. Está claro que algunas de
nuestras características particulares van mucho más allá de nuestra vida o la de
nuestros progenitores: se entierran en el principio de los tiempos. Pero son
nuestros problemas, insatisfacciones y reacciones de ahora las que están
alimentando la enfermedad.
La
alimentación y el exceso de stress son dos causas de primer orden en el
desencadenamiento de la enfermedad, por lo tanto, todo lo que ayude a mejorar
estos dos aspectos y a neutralizar sus efectos negativos, será bienvenido: si
conoces qué perjudica tu tipo sanguíneo y lo reduces o eliminas, estarás
plantándole cara a tus dolencias desde una posición privilegiada.
Mi
recomendación es, como siempre, que uses lo que vas aprendiendo con sentido
común y objetividad.
Son
simplemente herramientas: todas sirven para determinada cosa en un determinado
momento. Es tu sabiduría la que determina cuándo usarlas. Y cómo usarlas.
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