AUTOMAESTRIA

Por Roberto Cabrera Olea
Chileno en Buenos
Aires, Argentina
www.automaestria.ning.com / magomirdin@gmail.com
LA VERDAD
ES
LA VERDAD…, Y
NO HAY MÁS!
Queridos amigos.
El verdadero amor es la más bella
locura, y muchas veces, aparenta una enorme incoherencia. Bendita incoherencia
la que nos mueve hacia la verdad más sentida y menos comprendida, como lo puede
ser entregar nuestra propia vida a un camino superior, antes que al camino de lo
establecido como lo permitido o lo lógico.
***
Cuántas veces me he preguntado qué
estoy haciendo, a dónde voy o qué quiero de la vida, y la única respuesta que
puedo darme, una que valga, no es ni una palabra ni un concepto, sólo es un
sentir al que me entrego a veces en llanto y otras en tranquilidad…, sólo sé que
es una respuesta sentida que debo seguir, un sentir al que no me puedo negar, un
amor más allá de lo explicable, una fuerza que es capaz de mover todo. Es la
fuerza de un amor que me dice que debo buscar mi vida, imaginarla y crearla,
antes que dejar que sólo suceda. Es algo a lo que si me niego me mata por
dentro, asfixiándome. Es un amor que trasciende toda razón y toda forma
conocida, y que incluso me mueve a la renuncia, y al permanente cambio de mi
mismo porque los pasos que quiero dar, los que el corazón me señala, así lo
requieren para trazar un destino mágico y espléndido para todos. Así lo quise,
es lo que quiso escuchar mi alma.
A
veces en el camino de recordar la verdad se siente dolor.
Oh dolor!
cómo nos enseñas a descubrirnos poetas, magos y guerreros, dispuestos al amor y
a la verdad, a la fuerza y a la voluntad, a la creación, a la valentía y a la
libertad.
***
Les hablo de la verdad que habita en
el corazón, aquella que no encontraremos a menos que nos entreguemos sin miedo a
nuestro sentir más vital, más puro…, ese sentir que nos dio vida y que nos
invitó a venir a transitar esta ruta nunca antes transitada en la Tierra. La ruta del amor
fuerte y empoderado, certero, y sin un referente más que la paz que nos conecta
con el palpitar de la tierra y nos comunica el siguiente paso a dar, que
insisto, nunca antes se ha dado.
La verdad, esta verdad a reconocer,
ni siquiera se refiere a la que nuestro hermano Jesús pudo predicar. No son sus
palabras ni lo que escrito está sobre su vida y su obra. Sino que se trata de la
verdad que siente nuestro corazón al recordar su nombre y recordar su entrega.
Nada más! Nada más que eso se requiere para caminar
libres. Porque precisamente ese era el mensaje de nuestro hermano, la libertad
de espíritu, de corazón y de mente. Pero la propia libertad, no la que pretenden
hacernos creer todavía los espíritus miedosos que gobiernan la espiritualidad y
los corazones de la mayoría en este planeta. La libertad que reside en la verdad
es más que un rezo o un dogma, es mucho más que la conexión que nos ofrecen las
religiones absurdas que aún creen en el poder de unos sobre otros y en el
sometimiento a un Dios que pretenden conocer más nadie. Ya sabemos que no es esa
la verdad, entonces rompamos esas cadenas, que aunque las podamos entender aún
nos gobiernan en nuestros actos cotidianos; desde cómo debemos comportarnos ante
la sociedad hasta cómo nos visualizamos a nosotros mismos en nuestra intimidad.
Aún creemos que nos falta algo, y en este punto, no vale nada más que nuestra
propia honestidad. Reconocernos en esta miseria de espíritu para renacer en
nuestra Luz, que no es otra que la propia verdad más grande y única que vibra en
Todo lo que Es.
La libertad que reside en la verdad,
aquella que el mismo Jesús vivió en carne propia, no es el espejo del débil,
sino de la fortaleza de un Dios; esta verdad no refleja la duda sino la
sabiduría de un alma que comienza a recordar quien en verdad es; no es la imagen
de la lástima por uno mismo o por los demás, sino del amor incondicional que nos
dice que todo ser que pisa esta tierra tiene el derecho a ser feliz y digno en
su condición divina; esta verdad no representa la fealdad ni la maldad que
creemos tener en nuestro interior –honestidad, mi amigo-, sino que representa
aquel bello ojo que ve más allá de la ilusión y comprende la belleza de todo
acto humano, donde el error no es más que experiencia de un alma libre y
apasionada, y no el camino equivocado de un alma descarriada…
La verdad que reside en nuestros
poros, pero que aún debe ser recordada, es de quienes se atreven a amarse tan
profundamente como si abrazaran a un ángel…, como si abrazaran a un demonio.
Mis amigos queridos, no hay más que
la verdad, no hay más que tu reencuentro, no hay más que el viento que sopla en
tu cara, no hay más que el agua que moja tus pies, no hay más que el sabor de un
alimento, no hay más que la sal de tu sudor, no hay más que el llanto en tus
mejillas, no hay más que el honor de ser quien eres, tranquilo, con certezas y
feliz. No hay más que el camino de encuentro de la libertad que reside en la
verdad, no hay más que el ejemplo de una vida ofrecida al amor universal. Y no
te quedes en las palabras que estás viendo, cómetelas como sensaciones de
pureza. No hay más que la ruta de desaciertos y caídas para encontrar la verdad.
No hay más que el grito de dolor antes de ver la luz que brilla en tu interior…,
qué maravillosa experiencia es esta vida de altos y bajos, de luces y sombras,
porque en ella podremos entender que morir en el amor es la vida completa, y que
la vida concertada es la muerte inconsciente. No más!
Desde mi corazón te digo mi amigo que
este es mi sueño despierto:
Que la libertad que reside en la
verdad será un total salto al vacío, sin temor a que suene tu caída, sin miedo a
molestar a quien duerme todavía.
Que tus pasos sonarán firmes en la
tierra y serán escuchados en todas partes. De eso se trata, de APARECER A
LA VIDA, de que
tu existencia resuene en los oídos y corazones de todos los demás que aún no
escuchan.
Que tus pisadas remecerán el suelo de
quienes no se atreven aún a caminar, para que comiencen a dar sus propios
pasos.
Que el sudor que brotará de tu
movimiento en libertad, mojará los rostros y los cuerpos de toda la humanidad
para despertarla.
Que tu
camino será único y soberano, en automaestría, porque tu corazón es libre…,
tendrás el valor de escucharlo, esa es tu única misión. Y gritarás, gritarás
como nunca tu libertad que es tu derecho divino a algo más sublime. No más miedo
a vivir, ya morirás a ese temor.
Mi buen amigo, la verdad es la
verdad…, y no hay más! Y es toda
tuya.
Con amor.
Yo Soy Roberto.
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Nota
en amor y respeto a todos :
Deseo dejar plasmado en cada mensaje cuán
importante es que cada uno aplique
su DISCERNIMIENTO en todos los mensajes
que reciben día a día, aún los
que yo misma distribuyo, puesto que cada
quien debe tomar lo que sea
necesario para el momento que viva, y algunos
mensajes simplemente se irán
a la papelera de su computadora, pero otros, les
darán una buena GUIA
en este tiempo de tantos cambios y movimientos.
Tomen lo que les resuene y sirva, lo que no, deséchenlo, y ante todo
recuerden que el Poder se encuentra dentro de cada uno.
En el Nuevo
Paradigma ya no somos seguidores de Gurúes, Maestros Espirituales,
etc., lo
único que debemos seguir es nuestro corazón, nuestro DIOS interno,
nosotros
mismos somos nuestros guías, nuestros maestros,
TODO ABSOLUTAMENTE TODO ESTA
DENTRO NUESTRO.
Siempre disciernan sin juicio, sin crítica.
El
Manantial del Caduceo -
Difusión
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