Adrian Salbuchi ha sido
entrevistado por el Dr. James H. Fetzer, fundador de
Scholars for 9/11 Truth y conductor del programa radial estadounidense "The Real
Deal". El Dr. Fetzer dio el pasado 11 de septiembre de 2009 una magistral
conferencia en la Biblioteca Nacional de Argentina. Es la segunda vez que
el investigador norteamericano visita Buenos Aires para participar a un
evento conmemorativo con los trágicos sucesos del 11 de septiembre del
2001.
- Predio en el que se hallaba la anterior Embajada
de Israel, en la esquina de las calles Arroyo y Suipacha en pleno Buenos
Aires, Argentina.
La entrevista:
James Fetzer:
Mi invitado especial de hoy es Adrian Salbuchi de la Argentina,
conductor del programa radial de Buenos Aires «Bienvenidos a la Jungla», y
fundador del Movimiento por la Segunda República Argentina. Es autor de
varios libros sobre geopolítica que incluyen «El Cerebro del Mundo: la
Cara Oculta de la Globalización» y «Bienvenidos a la Jungla: Dominio y
Supervivencia en el Nuevo Orden Mundial»”. Hoy vamos a hablar sobre los
supuestos atentados terroristas en Buenos Aires en 1992 y 1994.
Bienvenido, Adrian, a «The Real Deal».
Adrian Salbuchi:
Muchas gracias, Jim. Buenas noches a todos y gracias por invitarme a su
programa.
James Fetzer:
Para orientar a nuestros oyentes, ¿porqué no empieza por darnos una
breve reseña de los dos ataques mortales que tuvieron lugar en el centro
de la ciudad de Buenos Aires, uno en la embajada de Israel en 1992, y el
otro en la sede de la mutual judía AMIA, en 1994?
Adrian Salbuchi:
Aquellos fueron dos de los peores ataques terroristas con bombas que
sufriera la República Argentina, y tuvieron como blanco dos edificios
puntuales ubicados en el centro de Buenos Aires. El primero tuvo lugar en
marzo 1992 y demolió completamente la sede de la Embajada de Israel,
matando a 29 personas. El segundo atentado hizo colapsar de manera similar
a la sede de la AMIA en julio de 1994, dejando 86
muertos.
Ambos atentados tomaron a nuestro país
por sorpresa, ya que los argentinos no experimentábamos ataques tan
terribles, desde los tiempos en que nuestro país fuera blanco de los
movimientos guerrilleros internacionales en los años setenta. Los
argentinos somos un verdadero crisol de razas que ha logrado reunir a
inmigrantes y grupos étnicos de los más diversos orígenes, que hoy
conviven pacíficamente y casi sin conflicto alguno.
Ambos ataques tuvieron lugar bajo la
administración del ex-presidente Carlos Menem, quien estaba estrechamente
alineado con las políticas globales de los EEUU (en aquél momento, George
HW Bush, padre, era presidente de EEUU) y, por extensión, con las
políticas del Estado de Israel y las organizaciones sionistas
globales.
Notablemente, en ambos casos, el
gobierno y los medios de difusión inmediatamente echaron las culpas de
manera vehemente sobre supuestos «Grupos Terroristas del Fundamentalismo
Islámico» que se suponía
utilizaron coches bomba para volar ambos edificios.
A medida que
pasaron los años, sin embargo, las supuestas conexiones con algún «Grupo
Terrorista Islámico» se hicieron cada vez más endebles y ambiguas. Hoy,
estos dos casos se han transformado en paradigmas de la interferencia
sistemática por parte de un amplio abanico de grupos de presión que operan
sobre nuestro gobierno, la Justicia y, a través de los medios, sobre la
opinión publica.
Notablemente, tales presiones – extremas
en ciertos momentos – fueron ejercidas por organizaciones sionistas
locales y extranjeras, por los medios de difusión locales e
internacionales, por algunas ONG, por ciertos individuos «notables y
eminentes», cuyas opiniones han tenido gran peso, y – por último, pero no
por ello menos importante –, por las embajadas de ciertas potencias
extranjeras, notablemente las de Estados Unidos y el Estado de
Israel.
James Fetzer:
¿Cuáles son las diferencias entre la explosión de la Embajada y la de
la AMIA, si es que no fueron idénticas?
Adrian Salbuchi:
Bueno, sobre el primer caso relacionado con la Embajada de Israel, la
información va siendo acallada paulatinamente de las noticias, y ello por
«razones comprensibles», al menos, desde el punto de vista sionista. Para
empezar, dado que el objetivo fue la embajada de una potencia extranjera,
es comprensible que Israel ejerciera fuerte influencia sobre las acciones
que se tomaron al respecto y la difusión de toda
información.
Sin embargo, la pretensión de que el
atentado fuera causado por un coche bomba se desvaneció cuando el Fiscal
de Estado y el Juzgado en el caso, invitó a inspectores técnicos
especializados de la Academia Nacional de Ingeniería de Argentina, para
determinar cuáles fueron las causas que hicieron que el edificio de la
Embajada colapsara.
La conclusión fue que la explosión tuvo
lugar en el interior del edificio, y que no fue causada por ningún
supuesto coche bomba. Para colmo de males para los grupos de presión
sionista, un transeúnte pudo filmar desde varias cuadras de distancia la
nube en forma de hongo que se elevó del lugar de la explosión, lo que los
expertos consideran conforma otro efecto característico que apunta a una
explosión interna.
- Ataque con bombas en la embajada de Israel en
Buenos Aires en 1992.
El edificio de la embajada se encontraba
en una zona muy densamente poblada de la Ciudad de Buenos Aires y, aunque
la onda expansiva rompió las ventanas y el yeso de prácticamente todos los
edificios alrededor de la Embajada – incluso volando un vitreau de una
iglesia ubicada enfrente que lamentablemente cayó sobre un sacerdote
ocasionándole la muerte - el único edificio cuya estructura se vio
afectada catastróficamente fue el de la propia Embajada.
Está claro
entonces que, o bien hubo un coche bomba que propagó una onda expansiva
caprichosamente selectiva o sino, efectivamente, la explosión tuvo lugar
en el interior del edificio y no hubo ningún coche bomba.
Hay muchos otros indicios que apuntan a
esta conclusión. Probablemente, esta sea la razón por la que el caso de la
Embajada se mencione cada vez menos en los medios de comunicación,
especialmente después de que surgieron fuertes rumores que indicaban que
lo que realmente explotó fue un arsenal que al parecer los israelíes
almacenaban en el sótano del edificio.
En el momento de la explosión, un grupo
de funcionarios del gobierno laborista israelí se reunían en la sede para
discutir asuntos relacionados con el recientemente iniciado proceso de paz
de la Conferencia de Madrid, pero «afortunadamente» abandonaron el
edificio minutos antes de la explosión. Lo mismo ocurrió con el Embajador
quién, casualmente, también se retiró de las instalaciones minutos antes
de la explosión...
Una situación muy diferente, sin
embargo, fue surgiendo en torno a las circunstancias que rodearon al
segundo y más mortal ataque contra el edificio de la AMIA, que hasta el
día de hoy ha recibido una cobertura de altísimo perfil en los medios de
comunicación locales, e incluso entre algunos medios
internacionales.
En contraste con la Embajada, este
edificio albergaba una organización privada argentina - la AMIA - y su
organización política hermana, la DAIA.
Las personas fallecidas eran
todos ciudadanos argentinos, y la tragedia ocurrió íntegramente bajo
jurisdicción argentina. Sin embargo, en el mismo día en que ocurrió la
explosión, el presidente Carlos Menem solicitó oficialmente la ayuda del
FBI y de la CIA de los Estados Unidos, y del servicio de inteligencia
Mossad y de las fuerzas armadas del Estado de Israel.
- Edificio de la AMIA tras el ataque de
1994.
En el caos que se produjo ese día en el
lugar de la explosión los ánimos se ponían muy caldeados con la policía
local cuando agentes de inteligencia del ejército israelí plantaron una
bandera israelí entre los escombros. Casi inmediatamente, esos mismos
israelíes tuvieron la prodigiosa «suerte» de hallar una pieza del supuesto
coche bomba – una camioneta Renault «Trafic» blanca. «Afortunadamente», se
trataba de un pedazo del block del motor en el que figuraba el número de
serie del fabricante del vehículo.
Este fue un «golpe de suerte» que nos
recuerda de otros «golpes de suerte» igualmente improbables, como el
hallazgo por el FBI del pasaporte intacto del supuesto terrorista suicida
Mohammed Atta entre los escombros del World Trade Center, justo después
del 11 de septiembre de 2001!
Desde el principio, el caso de la AMIA
ha estado plagado de fraude, mentiras, contradicciones flagrantes; y de
delito y corrupción en los máximos sitiales del poder en la Argentina. A
lo largo de más de quince años, el caso AMIA ha pasado por siete
tribunales federales. Se creó el TOF – Tribunal Oral Federal - dentro del
propio Poder Judicial, para reunir cientos de miles de páginas de
declaraciones, pruebas, informes, investigaciones, estudios, acusaciones y
contraacusaciones que se han acumulado hasta el día de hoy . Durante
varios años, el caso estuvo en el Juzgado Federal entonces presidido por
el juez Juan Galeano, un funcionario débil (sino tonto) que permitió que
las organizaciones sionistas locales -la propia AMIA y la DAIA– lo
presionaran para que autorizara se le pague un soborno por 400.000 dólares
al revendedor de autos usados, en ese momento preso, Carlos Telleldín,
quien habría vendido el presunto coche bomba a supuestos agentes de la
organización Hezboláh.
Esa coima se la darían a Telleldín para
que acusara a tres oficiales de la Policía de la Provincia de Buenos
Aires, con el fin de que aparecieran como una «conexión local» que
conduciría primero a Siria, a continuación a Hezboláh, y por último a
Irán…
Esos 400.000 dólares para pagar el
soborno fueron proporcionados por el entonces presidente de la DAIA, Rubén
Beraja, a través de su (hoy quebrado) Banco Mayo. Beraja luego pasaría
varios años en la cárcel a causa de la quiebra fraudulenta del Banco Mayo.
Para comprender mejor la trama de cómo operan estas redes de poder global,
quisiera señalar que un tiempo antes, en 1996 cuando el ex-gobernador del
Banco de la Reserva Federal de EEUU Paul Volcker fue nombrado para crear y
presidir una así-llamada «Comisión de Personas Eminentes» para
«investigar» las cuentas inactivas de judíos en los principales bancos
suizos – operativo que logrò extraer de aquellos bancos más de 1.250
millones de dólares para las organizaciones sionistas pro-Israel-, Volker
eligió entre esas «personas eminentes» para integrar su Comisión, a este
oscuro personaje que es Rubén Beraja.
La corrupción, y los turbios tejes y
manejes llegaron al colmo bajo el actual co-gobierno del Matrimonio
Kirchner – Néstor y Cristina -, que un par de años atrás decidió
desechar todo lo realizado en la Causa AMIA y volver a empezar desde foja
cero. Pronto descubriríamos, sin embargo, que ello significó darle un
cheque en blanco a la CIA estadounidense y al Mossad israelí para fabricar
acusaciones falsas contra Irán, por cuánto ello se alinea a la perfección
con las políticas de ataque de ambos países contra Irán. Esta es la
situación en la que nos encontramos hoy.
James Fetzer:
Usted nos indica que las versiones oficiales mantienen que ambos
ataques fueron realizados con coches-bomba. Sin embargo, mi impresión es
que las explosiones fueron lo contrario – o sea, que ambas tuvieron lugar
desde dentro de los edificios. ¿Es eso correcto?
Adrian Salbuchi:
Eso es lo que dicen los expertos técnicos. Y, si aplicamos un poco de
sentido común, todos sabemos que cada vez que se produce algún ataque real
con coche-bomba, siempre se encuentran los restos de buena parte del
vehículo utilizado por los terroristas entre los escombros en el lugar de
los hechos. En estos dos ataques, sin embargo, no se halló ningún resto de
los supuestos coches-bomba, a excepción de pruebas falsas obviamente
plantadas por agentes israelíes, que mencioné
anteriormente.
En el caso de la AMIA, el Tribunal
reclutó a un perito de la Gendarmería Nacional argentina para que diera
una «opinión oficial» sobre el supuesto coche-bomba – la ya famosa
camioneta Renault «Trafic» blanca.
Dicho perito, el comandante Osvaldo
Laborda, dijo oficialmente que no se hallaron los restos de dicho
coche-bomba debido a que «la explosión enterró sus restos debajo la
entrada del ex edificio de la AMIA», si usted puede creer semejante
cosa...
Ahora, yo soy estrecho colaborador del
abogado Dr. Juan Gabriel Labaké, quién representa a dos ciudadanos
argentinos de origen sirio que han sido falsamente acusados de participar
en el tema de la Trafic blanca. (Digo «falsa acusación» porque luego de 15
años, no se ha interpuesto ni una pizca de evidencia contra ellos). Dado
que el caso contra sus clientes y las acusaciones formales contra Irán
dependen del hallazgo del supuesto coche bomba, el Dr. Labaké
recientemente solicitó al Fiscal del Estado Alberto Nisman que ordene
excavar hasta cuatro metros debajo la entrada del ex edificio de la AMIA a
fin de determinar, de una vez por todas, si los restos del vehículo
existen realmente.
El Fiscal Nisman se negó terminantemente
a hacerlo, lo que no sorprende si se tiene en cuenta que Nisman recorre el
mundo difundiendo una versión apasionadamente pro-Israel con un mensaje
claramente anti-musulmán respecto del ataque a la AMIA.
A fines de 2007, por ejemplo, el
Sr. Nisman fue un invitado especial a la Reunión Anual del
Congreso Judío Norteamericano.
En marzo de 2009, hizo una exposición sobre el Caso AMIA en la Biblioteca
del Holocausto de Nueva York.
A fines del 2008, Nisman presentó
personalmente un amplio informe sobre el estado del Caso AMIA ante la
Corte Suprema de Justicia – pero no de la Argentina, como sería de
esperar, sino del Estado de Israel en Tel Aviv.
Claramente, el señor
Nisman opera como Fiscal Especial, ya no en nombre de la Argentina sino
del Estado de Israel!
James Fetzer:
Posteriormente al ataque a la Embajada, usted mencionó que una sociedad
profesional de ingeniería realizó una investigación, determinando que la
explosión se produjo desde adentro de los edificios. ¿Es
correcto?
Adrian Salbuchi:
Sí, la Academia Nacional de Ingenieros de la Argentina llegó a esta
conclusión y, cuando el entonces juez de la Corte Suprema Dr. Adolfo
Vázquez, muy razonablemente aceptó ese peritaje, fue reprendido
públicamente, e incluso insultado por Ram Aviram, entonces embajador de
Israel en la Argentina.
James Fetzer:
Adrian, usted también mencionó que el Mossad participó en reunir
información sobre uno o ambos de estos ataques. Para mi eso resulta
simplemente increíble. ¿Cómo fue que ocurrió?
Adrian Salbuchi:
Bueno, el verdadero culpable fue el ex presidente Carlos Menem quién cedió
ante las presiones de Israel, las organizaciones sionistas, y de EE.UU.,
haciendo «un llamamiento a los EE.UU. e Israel» para que ayudaran con la
investigación, lo que ambas naciones gustosamente
aceptaron.
James Fetzer:
Usted explicó que el Mossad incluso produjo una parte del vehículo que
casualmente incluía el número de serie identificatorio del
vehículo?
Adrian Salbuchi:
Sí, a pesar de lo improbable que ello suena. Esta «prueba» fue finalmente
rechazada por el Tribunal, cuando se tornó tan obviamente evidente que
había sido plantada en la escena del crimen. Luego, se presentaron varias
piezas más del supuesto coche bomba, que al ser enviadas a la planta
automotriz Renault para su verificación, resultaron pertenecer a dos
vehículos diferentes, uno de los cuales al parecer no tenía instalada la
bomba de nafta, por lo que difícilmente hubiera podido trasladarse a
ninguna parte…
James Fetzer:
¡Qué vergüenza! ¿Cómo manejaron esto los tribunales? ¿O es que hasta
los tribunales se estaban subordinados a la interferencia de los EEUU e
Israel?
Adrian Salbuchi:
Efectivamente, fue muy vergonzoso. Los tribunales se alinearon pasivamente
ante la interferencia de Israel y EE.UU. Los medios de comunicación
generaron grandes operativos de prensa en torno a este caso. Las
organizaciones sionistas organizaron una manifestación pública tras otra,
para rasgarse las vestiduras pidiendo «justicia» y «memoria», como si
fuera posible en la Argentina olvidar estos dos
ataques…!
Incluso, acusaron a la justicia
argentina de ser «inoperante, ineficiente y lenta» cuando no actuaba en
consonancia inmediata e irrestricta según las exigencias de los objetivos
e intereses sionistas, es decir, cuando se resistía a aceptar todas las
falsificaciones y mentiras impuestas.
El mejor ejemplo de lo que digo es lo ya
referido acerca del juez pro-sionista Galeano. ¿Se imagina usted a un juez
federal que autoriza que se le pague un soborno a un delincuente procesado
y encarcelado, para que como contrapartida haga una acusación falsa contra
la policía local, para así poder falsificar las pistas del caso? Para
colmo, el dinero para esa coima fue proporcionado por el hoy también
procesado presidente de la DAIA, organización hermana de la
AMIA!
James Fetzer:
En la Argentina, muchos ciudadanos creen que el caso de la AMIA está
inmerso en actos de corrupción, irregularidades de todo tipo e información
falsa. Por lo que usted ha dicho, entiendo que esto efectivamente fue
así.
Adrian Salbuchi:
Por desgracia, sí! Pero esto fue a causa de una combinación muy triste de
gobernantes cobardes, instituciones republicanas débiles - especialmente
el poder judicial argentino – aunado a una prensa cómplice que de
forma sistemática apoya el mensaje sionista y les ayuda a difundir sus
problemas al mejor “estilo del Holocausto”, a fin de generar simpatía a su
favor entre la opinión pública. Esto es tan cierto en la Argentina, como
en la mayoría de los países occidentales.
Hoy, bajo el gobierno del Matrimonio
Kirchner, las presiones sionistas han logrado deformar la política
exterior de la Argentina. Tan es así que los Kirchner han acusado formal y
falsamente al ex-presidente iraní Alí Rafsanjani y a siete miembros clave
de su gabinete - que incluye a Ahmad Vahidi, actual ministro de defensa
del presidente Ahmadinejad - de haber financiado y planificado el ataque a
la AMIA a través de Hezboláh.
Todas estas acusaciones se basan
exclusivamente en inteligencia descaradamente falsa proporcionada por la
CIA y el Mossad. ¿Alguien puede creer realmente que estos dos servicios de
inteligencia extranjeros sean imparciales y objetivos en este tema que
involucra a Israel e Irán? Toda esta situación es una burda
farsa.
James Fetzer:
Adrian, ¿por qué razón se generaron «historias oficiales» tan
improbables en absoluto? Mi impresión es que se permitió a la política
influir sobre la imparcialidad de investigaciones – en verdad las estaba
dominando.
Adrian Salbuchi:
Hace más de quince años que los tribunales argentinos vienen buscando
pruebas de una supuesta "conexión Irán - Siria - Hezboláh", que nunca han
sido halladas, por la sencilla pero poderosa razón de que tal coche bomba
nunca existió.
Sin embargo, ambos ataques terroristas
cobran una dimensión mucho más clara y lógica cuando se los inserta dentro
de la lógica, ya no de una inexistente y burda "conexión iraní", sino más
bien de una mucho más concreta "conexión israelí".
¿Por qué digo esto? Bueno, echemos un
vistazo a lo que estaba ocurriendo en Israel en los años 90, cuando estos
ataques tuvieron lugar. En 1991, comenzó la Conferencia de Paz de Madrid.
En Israel, el Partido Laborista tenía claramente mayor popularidad y
poder, especialmente cuando el general Yitzhak Rabin ganó las elecciones a
primer ministro en junio de 1992. Rabin parecía estar intentando
honestamente llegar a algún acuerdo mutuo con los palestinos, lo que
habría requerido la detención y el desmantelamiento de buena parte de los
asentamientos ilegales establecidos por la ultra-derecha fundamentalista
fanática de sionistas nazis que sostienen que cualquier persona que ceda
siquiera un centímetro de "sagrada tierra de Israel", es un
traidor.
Rabin y su grupo de trabajo trató de
seguir adelante con el proceso de paz y, en septiembre de 1993, lo vimos a
Rabin, aunque a regañadientes, estrecharle la mano a Yasser Arafat bajo la
mirada atenta de Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca.
Seguidamente, Rabín llegó a principios de acuerdo con Siria para lograr la
paz definitiva sobre las Alturas del Golán, y también con Jordania. Rabin
permitió que Arafat regresara a Palestina tras 27 años de exilio, lo cual
tuvo lugar a principios de julio de 1994.
- Baruch Goldstein.
Lo más moderado que puede decirse es que
los ultra-sionistas de derecha se volvieron locos. En febrero de ese año,
un judío neoyorquino de nombre Baruch Goldstein, miembro del grupo
fanático Kach, irrumpió en una mezquita en Hebrón y abrió fuego con su
ametralladora asesinando a más de 40 musulmanes que se encontraban orando
en el lugar.
Resulta muy sospechoso que Goldstein lograra atravesar la
seguridad israelí portando una ametralladora, sin dificultad alguna.
Goldstein fue muerto en ese acto y desde entonces su tumba en Israel se ha
convertido en un lugar de peregrinaje y culto para la ultra-derecha
sionista.
Observe, Jim, la secuencia en la que
ocurrieron estos eventos, ya que pocos días después, el 14 de julio de
1994, en un momento álgido en el desarrollo de esta lucha interna
insidiosa entre los sionistas y dentro del propio Estado de Israel, se
produce la voladura del edificio de la AMIA. La conducción de la AMIA de
entonces era pro-partido laborista, por lo que ese atentado parece haber
sido un claro «disparo de advertencia» de la extrema derecha nazi-sionista
contra Rabin y su gobierno laborista, orientado a detener las
negociaciones de «paz por territorio» con los palestinos.
Sin embargo, pareciera que el primer
ministro Rabin, que era un tipo duro, no «entendió el mensaje». Así que,
¿cuándo llega a su punto culminante toda esta secuencia de luchas
internas? Pues, un 4 de noviembre de 1995 - sólo 16 meses después del
ataque a la AMIA – cuando el primer ministro Rabin es asesinado al mejor
estilo John Kennedy, en las calles de Tel-Aviv, ya no por un neonazi, ni
por un fundamentalista islámico, sino por un tal Ygal Amir, un joven
estudiante ultra-derechista miembro del movimiento de colonos fanáticos
relacionado con el servicio de seguridad interior Shin Beth, que estaba
siendo vigorosamente redimensionado por Rabin.
Tras la muerte de Rabin, Shimon Peres
quedó como primer ministro durante un tiempo, pero en las siguientes
elecciones los laboristas fueron barridos cediendo el poder a la ultra
derecha sionista que pudo así instalarlo a Benjamin Netanyahu como primer
ministro en 1997. Desde entonces, la ultraderecha ha estado en el poder
con Ariel Sharon, Ehud Olmert, y hoy una vez más, Netanyahu.
Estas luchas intestinas entre sionistas,
tuvo como uno de sus episodios más sangrientos los bombardeos de la
Embajada de Israel y, más tarde, del edificio de la AMIA en la República
Argentina, que en aquél momento seguramente era percibida por los
sionistas ultra-derechistas como un reducto del laborismo. ¿Por qué Buenos
Aires, usted podrá preguntar? Simplemente porque la seguridad pública
argentina ha sido desde siempre, y lo sigue siendo hoy, muy débil. Por lo
que las operaciones de terror son relativamente más fáciles de llevar a
cabo contra objetivos en la Argentina.
Sin embargo, y en forma similar a los
atentados del 11 de septiembre, a pesar de que han demostrado una gran
capacidad técnica para llevar a cabo este tipo de ataque de “bandera
falsa” (casi a la perfección, diría, utilizando bombas, demoliciones
controladas, y otros métodos), son sin embargo muy desprolijos al dejar
sus huellas en los lugares de los ataques, que luego quedan al descubierto
debido a las grandes incoherencias y contradicciones que han resultado
imposibles de explicar.
James Fetzer:
Me preocupa lo que usted dice respecto de los tribunales y los medios.
No solo los tribunales no han sido imparciales, sino que la cobertura
brindada por la prensa ha sido cualquier cosa menos “justa y
equilibrada”.
Adrian Salbuchi:
El problema con la Argentina es que en los últimos cuarenta años nuestro
Estado Nacional ha quedado tan erosionado, que ha dejado de ser una
institución soberana, para convertirse en una entelequia que se asemeja
más y más a una mera Administración Colonial. Ahora, ¿cómo se puede
esperar de una nación totalmente dependiente como la Argentina, pueda
tener un "poder judicial independiente"? ¡De ninguna
manera!
Nuestro poder judicial está al servicio
de aquellas personas que realmente controlan y dirigen a nuestro país,
donde una red de poder global de think tanks (bancos de cerebro), ONG’s, y
grupos de presión siempre tienen la última palabra.
Esta red no sólo incluye a entidades
como el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR – Council on Foreign
Relations de EEUU), la Comisión Trilateral, la Conferencia Bilderberg, y
Chatham House, sino que también la integran el Consejo Judío Mundial,
AIPAC, la logia masónica B’nai B’rith, la Organización Mundial Sionista,
la ADL, y el Congreso Judío Nortemericano, entre muchas otras. ¡Es esta
red de poder la que realmente manda y le tuerce el brazo a nuestro
gobierno!
Hace un par de años, el profesor de la
Universidad de Harvard Stephen Walt y profesor de la Universidad de
Chicago John Mearsheimer publicaron un libro fundamental titulado "El
lobby Israelí y la política exterior de EE.UU.", en el que demuestran de
manera sólida y consistente la manera en que las organizaciones sionistas
controlan la política exterior de EEUU en Oriente Medio. Su trabajo ha
sido ampliamente admirado en el extranjero, pero ha recibido escasa
atención en los propios Estados Unidos.
Si esta red de poder ha logrado tanta
influencia sobre los EE.UU., ¿se puede imaginar lo que podrá hacer e un
país débil como la República Argentina? Naturalmente, los planes y
propuestas emanados de esta red mundial de los bancos de cerebros
son convenientemente avalados, apoyados y divulgados de la
manera más conveniente por los medios de comunicación
globales. Ellos son los que
deciden quienes aparecerán como "buenos" y quienes como "malos" en las
pantallas y páginas de CNN, Fox News, The New York Times, Washington Post,
Financial Times, y así sucesivamente. Más aún, ellos son quienes deciden
qué es y qué no es noticia!
James Fetzer:
Estos dos casos ocurrieron bajo el gobierno del presidente Carlos
Menem. Desde entonces varios presidentes vinieron y se fueron. En los
últimos seis años y medio, su país ha sido gobernado por el matrimonio
Kirchner (Nestor y Cristina). ¿Cómo han estado manejando este
caso?
Adrian Salbuchi:
De una manera espantosa! Antes de dejar de ser formalmente presidente,
Néstor Kirchner prácticamente impuso al país a su esposa, Cristina, como
su sucesora en el cargo de presidente. Previamente, Cristina había sido
legisladora e integró la comisión en el Congreso que investigó el ataque a
la AMIA. Parece ser que en aquellos tiempos la senadora Kirchner forjó una
relación muy estrecha con las organizaciones sionistas.
- La presidenta Cristina Kirchner en una reunión con
grupos sionistas.
Un año antes que cambiaran de lugar
entre ellos, el entonces presidente Néstor Kirchner, su esposa Cristina y
el ministro de Relaciones Exteriores (entonces y ahora), Jorge Taiana,
participaron de una reunión secreta en el Hotel Waldorf-Astoria de Nueva
York el 21 de septiembre de 2006, junto a ocho de las más importantes
organizaciones prosionistas y pro-Israel, que incluyó al Congreso Judío
Norteamericano, la B’nai B’rith, ADL y otros.
Nadie sabe de qué hablaron porque, como
digo, fue una reunión secreta. Sin embargo, un mes después, los Kirchner
despacharon al fiscal especial Alberto Nisman a los EE.UU., quien se
reunió con agentes de la CIA y del Mossad y, a su regreso, Nisman lanzó
una acusación formal contra el ex-gobierno iraní de Ali Rafsanjani. El
actual juez en este caso, Dr. Rodolfo Canicoba Corral, inmediatamente
avaló y apoyó las acusaciones.
Esta fue noticia de primera plana en
los diarios e inspiró al rabino Israel Singer, director político del
Congreso Judío Mundial, a «felicitar al gobierno argentino», por
formalizar «la denuncia contra Irán», ya que ello «confirmó el compromiso
asumido por los Kirchner en aquella reunión secreta».
¿Compromiso? ¿Para hacer qué? ¿Por qué?
¿A cambio de qué? [1] Yo, personalmente escribí cartas abiertas a los Kirchner
pidiendo una respuesta a estos interrogantes. Por supuesto, los Kirchner
ni siquiera acusan recibo a cartas enviadas por ciudadanos "comunes” como
yo. Así es "la Argentina democrática" que hoy tenemos… Un país dónde un
presidente puede cometer toda clase de irregularidades y hacer pactos
espurios con agentes de potencias extranjeras a plena luz del día, y no
hay nada que el "ciudadano común" puede hacer para detenerlos…
James Fetzer:
¿Han estado ejerciendo presiones masivas los grupos de lobbyistas
sionistas en la Argentina?
Adrian Salbuchi:
Desde luego que sí. Tienen un poder decisivo, no sólo sobre la política
exterior como vemos en el caso de la AMIA, sino también sobre nuestros
medios de comunicación, banca, gobierno, universidades, ONG’s, y la vida
cultural y social. Sin embargo, fuentes oficiales indican que la cantidad
de judíos que viven en Argentina sería de apenas 200.000 – o sea, sólo el
0,5% de nuestra población de 40 millones de personas.
Ello obliga a concluir que o bien los
judíos conforman un grupo étnico cualitativamente superior, lo que
explicaría que estén tan sobre-representados en la vida social de la
Argentina, o tal vez - sólo tal vez - estén abusando de su bien conocida
riqueza económica y el poderoso apoyo internacional que reciben de las
organizaciones sionistas y del poder global de la red a la que me he
referido, que siempre se ajusta a los objetivos y los intereses
sionistas.
James Fetzer:
¿Cuáles son los intereses políticos locales e internacionales que
vienen chocando respecto de estos dos casos desde que tuvieran
lugar?
Adrian Salbuchi:
Creo que hay que ver todo esto como parte de la prédica de los halcones
israelíes y estadounidenses que en los últimos años han tomado
descaradamente a Irán como blanco de ataque, donde todos los días oímos
nuevas amenazas de ataque militar unilateral contra esa nación pacífica,
que, por cierto, jamás ha atacado ni invadido a ningún otro país en
tiempos modernos. Algo que apenas pueda decirse de EE.UU. e Israel - a
pesar de que John Kennedy alguna vez afirmara que EE.UU. jamás atacaría a
otro país. [2]
Irán no sólo no ha atacado a ninguna
otra nación, sino que todo lo contrario ha sido atacada reiteradamente por
“Occidente”. Por ejemplo, en 1941, Churchill y Stalin invadieron lo que
entonces era Persia para tomar su petróleo, necesario para librar su
guerra contra Hitler.
En 1953, el presidente iraní democráticamente
elegido, Mahmoud Mossadegh, fue derrocado por un golpe de Estado
orquestado por la CIA, luego que nacionalizara las empresas petroleras
extranjeras. Y, cuando en 1979 Irán finalmente se deshace del régimen
pro-empresas petroleras de EEUUJ y Gran Bretaña bajo el Shah Pahlevi, los
EE.UU. arman inmediatamente al "bueno" de entonces - que era Saddam
Hussein - con armas de destrucción masiva químicas, para que Irak pudiera
lanzar una guerra brutal y genocida contra Irán durante 8 largos años, en
la década de los 80. Es todo un récord!
James Fetzer:
¿Cuál ha sido la reacción de la comunidad judía en la Argentina a estos
dos supuestos ataques, que han sido atribuidos a Irán?
Adrian Salbuchi:
Los judíos sionistas locales - y muchos sionistas no-judíos también – se
vienen manifestando histéricamente a favor de Israel, en contra de Irán y
anti-musulmanes. Lamentablemente, aunque hay una parte sustancial de
judíos anti-sionistas o no-sionistas en la Argentina, pareciera que no se
atreven a abrir la boca puesto que saben que, si lo hacen, los grupos de
presión sionista locales - con la AMIA y la DAIA a la cabeza -
inmediatamente los marcarán como «malos judíos».
Hemos estado pidiéndole a la parte sana
de la comunidad judía local, que se ponga de pie y asuma una posición
contraria a la prédica de la AMIA, la DAIA y la Embajada de Israel. Que
les espeten a estas entidades que no tienen derecho legítimo a decir que
"hablan en nombre de todos los judíos en la Argentina". Insistimos en que
deben hablar, y hacerlo por sí mismos, como una forma de
auto-preservación. Sin embargo pareciera que las cadenas mentales y sus
miedos resultan demasiado fuertes de romper. Consecuentemente, no mucho
puede esperarse de este segmento de la comunidad.
- Manifestación contra la visita de Avigdor Lieberman a la
Argentina (Buenos Aires, 23 de julio de 2009).
James Fetzer:
Cuando nos preguntan: «¿Quién se beneficia?», No es Irán, sino otra
nación en el Oriente Medio que tiene un importante arsenal nuclear, pero
que nunca ha sido cuestionada por la ONU. ¿Por qué es
eso?
Adrian Salbuchi:
Efectivamente, es así. Todos estos acontecimientos con sus mentiras,
distracciones, confusiones adrede, orientaciones equívocas y giros errados
parecieran tener un único beneficiario: el Estado de Israel. Siempre ha
sido así, y ello es totalmente injusto hacia la Argentina donde todos los
grupos étnicos y las razas que vinieron a nuestras costas conviven
pacíficamente. Es evidente que necesitamos identificar con mejor precisión
a las manzanas podridas entre nosotros.
James Fetzer:
Estos eventos me parece que han sido organizados con el objeto de
socavar la cooperación técnica y científica entre la Argentina e Irán en
relación con el desarrollo de la energía atómica pacífica. Irán nunca
podría haber cometido estos ataques en Argentina, ya que ello habría sido
contrario a sus propios intereses. Israel me parece sería culpable. ¿Estoy
en lo cierto en ello?
Adrian Salbuchi:
Entiendo que sí. De hecho, la Argentina siempre estuvo a la vanguardia en
nuestra región en la investigación y desarrollo de tecnologías nucleares.
Todo esto se remonta a las acertadas políticas impulsadas por el
ex-presidente Juan Domingo Perón quien, más allá de circunstanciales
errores, siempre abogó a favor del Interés Nacional Argentino. Tan pronto
como Carlos Menem llegó al poder en 1989, se inclinó ante la presión de
George Bush padre y detuvo el acuerdo de cooperación nuclear que Argentina
mantenía en materia de tecnología nuclear con la República Islámica de
Irán.
Mientras tanto, los iraníes parecen
haber sido capaces de sustituir esto con tecnología china, rusa y hasta
alemana, de modo que el verdadero perdedor fue la Argentina, que perdió a
un socio comercial leal y a un aliado estratégico que tenía en Irán. El
encubrimiento inventado por la CIA, el Mossad israelí, la AMIA, la DAIA,
los Kirchner y otros, pretende que creamos que el presidente Rafsanjani
planeó el ataque a la AMIA en venganza porque la Argentina interrumpió el
acuerdo de cooperación nuclear. Todo lo que puedo decirle es que eso es un
montón de basura!
James Fetzer:
¿Qué similitudes encuentra usted con otros ataques en los EE.UU. del 11
de septiembre 2001, en Londres el 7 de julio de 2005 y en Madrid el 11 de
marzo de 2006?
Adrian Salbuchi:
Bueno, todos parecen tener la misma "huella digital", por así decirlo.
Como he dicho anteriormente:
Estos eventos de bandera falsa todos tenían una casi
perfecta realización técnica. O sea, los edificios que se quería destruir
y colapsar, lo hicieron, lo que refleja una capacidad tecnológica y
planificadora enorme;
Pero todos dejaron "cabos sueltos" que resultaron
imposibles de explicar de manera convincente, con lo que sus mentiras
terminaron quedando burdamente develadas;
Todos tuvieron episodios de pruebas plantadas
artificialmente;
Siempre murió “gente común” – o sea, trabajadores y
empleados - mientras que los “altos mandos” - embajadores, directores
generales, gobernadores, y multimillonarios – siempre parecen tener la
“suerte” de estar fuera de los edificios en el momento oportuno,
y,
Por último, todos ellos servían para apoyar la
"guerra global contra el terrorismo islámico".
En síntesis, todos ellos se alinearon a
la perfección con las necesidades circunstanciales de Israel y sus
objetivos: todos tuvieron la cobertura mediática «correcta» y las
explicaciones y justificaciones "políticamente correcta" que luego son
repetidas hasta la saciedad. Yo considero que los atentados a la AMIA y la
Embajada de Israel pertenecen a la misma liga que los atentados de bandera
falsa del 11 de septiembre, 7 de julio y 11 de marzo en Nueva
York/Washington, Londres y Madrid, respectivamente [3]
James Fetzer:
¿Cómo se insertan estos dos ataques en una más amplia estrategia global
por parte del poder sionista?
Adrian Salbuchi:
Como ya lo he mencionado, los grupos de presión sionistas, otros grupos de
poder y ciertas ONG forman parte de una red sumamente compleja e
intrincada de una Red Global de Poder Privado que es discreta – mas no
secreta - que parece haber estado dirigiendo el mundo en las últimas 6 o 7
décadas.
Me estoy refiriendo a quienes integran
el CFR (Council on Foreign Relations), la Comisión Trilateral, el grupo
Bilderberg, AIPAC, y el Congreso Mundial Judío, entre muchos otros, que
incluye también a la AMIA y la DAIA en la Argentina. Es esta red de poder
la que lleva a cabo la planificación a largo plazo para la elite del Nuevo
Orden Mundial.
Vea usted el caso del CFR, por ejemplo:
se trata de unos 4500 miembros de gente muy inteligente, especializada en
una amplia gama de profesiones, todos dirigidos por un grupo compacto de
la personalidades verdaderamente poderosas - los Rockefeller, Bush,
Harriman, Schiff, Clinton, Warburg, Greenspan, Goldman Sachs, Forbes,
Rothschild, Wolfowitz, y muchos, muchos otros.
La función del CFR consiste en ser un
semillero que proporciona operadores clave y jóvenes prometedores para que
integran los directorios y las gerencias como ejecutivos en las
principales corporaciones estadounidenses (las S&P 1000) como
directores generales y otros puestos clave. Pero también dirigen los
principales bancos, y siempre dirigen los organismos multilaterales como
el FMI, el Banco Mundial y la OMC, como así también el Banco de la Reserva
Federal.
Cuando digo que ellos dirigen estas
organizaciones, quiero decir que siempre hay algún miembro del CFR o la
Trilateral a la cabeza de la organización y a cargo de sus áreas clave. Lo
mismo ocurre en el ámbito de los medios de comunicación. Y también
determinan los paradigmas «políticamente correctos» en la vida académica
(a través de planes de estudio y en los trabajos de sus principales
académicos en las más influyentes universidades).
Y, quizás, lo más
importante de todo, miembros del CFR/Trilateral se encuentran
sistemáticamente a cargo de los principales puestos del gobierno
estadounidense en el ejecutivo, los Departamentos de Estado, Tesoro,
Defensa, en la CIA, el FBI, la NSA, las embajadas clave, la justicia y en
los puestos relevantes en el Congreso – independientemente de si son
formalmente republicanos o demócratas. Por encima de todo, claramente rige
la Red de Poder Global Privada.
James Fetzer: Esa es una acusación
de gran alcance. ¿Podría explicar el razonamiento que la
sustenta?
Adrian Salbuchi: Permítame explicarle
esto de otra manera con una metáfora. A mi me gusta la música clásica, y
cuando uno, por ejemplo, concurre al teatro para oír la Novena Sinfonía
«Coral» de Beethoven, ¿qué vemos? Más de 100 músicos, 4 cantantes
solistas, y otros 100 cantantes del coro sobre el escenario. Todos están
listos para producir los sonidos correctos y la música compuesta por
Beethoven. Sin embargo, antes de poder empezar, aparece un hombre en
escena quién saluda brevemente, luego se pone de espalda a la audiencia y,
con su batuta, hace que la magia de Beethoven pueda comenzar
(...).
Este señor que se para en medio de la fosa de la
orquesta es el director y él es quien puede oír exactamente cómo suenan
todos y cada uno de los instrumentos y cantantes. Él es quién debe
asegurarse que todo suene bien – de la manera cómo Beethoven quería que
sonara. Y, ocurre a veces que los bronces tocan demasiado fuertes o los
violines demasiado bajo, o algún cantante se pierde. Es entonces que el
director de orquesta – pues de él se trata – debe asegurarse que los
primeros violines, segundos violines, violas, violon-cellos, contrabajos,
maderas, bronces, percusión, solistas y coro, hagan cada uno "lo suyo" en
el momento justo, con el volumen adecuado, y todo en perfecta
armonía.
Pero el director no hace las cosas a su antojo - ¡no,
señor!. Él lleva todo a cabo según instrucciones precisas anotadas en un
trozo de papel que contiene la partitura de la sinfonía de Beethoven, con
instrucciones muy precisas en cuanto a ritmo, volumen, sentimiento, etc.
En otras palabras, el conductor dirige exactamente lo que un hombre que
murió en 1827 – Ludwig van Beethoven - quería que dirigiera
(...).
Creo que esta metáfora ayuda a comprender mejor cómo
funciona realmente el actual orden mundial: la contrapartida de cada grupo
de instrumentos y cantantes son las corporaciones, los bancos, las
agencias multilaterales, las organizaciones, los medios de comunicación,
los puestos de gobierno, jefes militares, y así sucesivamente, que son
quienes realmente manejan el mundo. El director de la orquesta sería aquí
la compacta red de poder global de los think tanks, lobbies y grupos de
presión. La partitura musical sería el plan a largo plazo que vienen
impulsando los verdaderamente poderosos que dirigen este mundo desde hace
largo tiempo.
Es una verdadera vergüenza, sin embargo, que en lugar
de producir la belleza como lo hacen los músicos en mi metáfora
beethoveniana, hayan creado un mundo monstruoso basado sobre la violencia,
la injusticia, la codicia, la guerra, sangre, sudor y lágrimas!
James Fetzer: ¿Qué piensa la
opinión pública argentina en la actualidad acerca de todo
esto?
Adrian Salbuchi: ¡Poco o nada! Casi nadie entiende cómo funciona
realmente el mundo! Y no sólo aquí. Lo mismo ocurre en los EE.UU., Europa
y en casi todas partes. Por eso es tan importante despertar a la gente a
esta realidad, incluso si tenemos que hacerlo uno por
uno.
James Fetzer: ¿Cuál sería el lugar
que le toca a la Argentina en el esquema del «Nuevo Orden
Mundial»?
Adrian Salbuchi: Ah, se nos ha
asignado un rol de proveedores de materias primas baratas - energía,
minería, alimentos y agua – con algunos roles gerenciales locales para
quienes deban administrar esta Argentina proveedora de materias primas y
riquezas a favor del modelo de Nuevo Orden Mundial. O sea, siempre habrá
lugar para una compacta y bien paga clase local gerenciadora.
Por ello, la Argentina ha sido mantenida
artificialmente despoblada desde siempre. Hoy, tenemos el octavo mayor
territorio del mundo, y sin embargo, nuestra población es de tan sólo 40
millones de personas. Deberíamos ser 140 a 240 millones!
Peor aún, el 80% de la población se encuentra hacinada
en un puñado de mega-ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Tucumán.
Especialmente la parte sur de la Argentina – la Patagonia con sus casi
infinito recursos petrolíferos, de minería y de agua potable – se
encuentra casi deshabitada.
- Las riquezas acuíferas de la Patagonia.
Los sionistas han puesto los ojos sobre la Patagonia -
tanto en la parte argentina, chilena - desde hace ya muchos años, ya que
probablemente sigan manteniendo el viejo plan de crear allí un segundo
Estado judío. El fundador del sionismo, el Dr. Theodor Herzl, menciona
esto en su libro "Un Estado judío", publicado en 1896, que dio inicio al
movimiento sionista. El título de uno de sus capítulos lo dice todo: se
llama "¿Palestina o Argentina?" Dejo el resto librado a su
imaginación.
James Fetzer: Usted ha esbozado un
plan para la dominación global económica y militar. Estoy en lo cierto? y,
en caso afirmativo, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿A dónde vamos desde
aquí?
Adrian Salbuchi: Si. Están decididos
a crear formalmente un Gobierno Mundial que sustituirá a la actual
Globalización. La globalización tiene todas las apariencias de un gobierno
mundial, sin embargo, es aún informal.
«Los eventos por venir nos
proyectan sus sombras hacia delante», decía el dramaturgo alemán Johann
Goethe alguna vez. Hacerse una idea de lo que se viene, es en cierta
manera como cuando tratamos de armar un rompecabezas, donde a medida que
vamos uniendo las piezas, empieza a aparecer una imagen
determinada.
Ahora bien, si cuando estamos haciendo esto se nos
aparece una parte del cuadro que muestra la proa de un barco, no hay que
ser ningún genio para darse cuenta que lo que nos falta es hallar las
piezas que forman la proa de ese mismo barco. No buscaremos armar un tren
o un caballo. Y toda pieza de color azul las moveremos hacia arriba pues
probablemente formen partes del cielo y toda pieza de color verde la
moveremos hacia abajo pues probablemente formen el pasto del
suelo.
A medida que vamos haciendo esto, la imagen se hará
cada vez más claro. Usted no necesita armar mas que el 60% de las piezas
para tener una idea de toda la imagen. Se trata del arte de usar el
sentido común y la intuición para deducir las partes de la imagen que aún
falta completar. Pues lo mismo ocurre cuando pretendemos desentrañar y
comprender cómo funciona este Nuevo Orden Mundial: no es necesario tener
todas las piezas colocadas en su lugar para entender cómo es toda la
imagen. Basado en esto, yo digo que lo que se viene será un Gobierno
Mundial FORMAL público, dependiente de instancias superiores
privadas.
Me imagino que tendrá varios centros especializados
clave: Nueva York (como Capital Financiera del Mundo), Washington DC (como
capital administrativa militar de una fuerza armada mundial), Londres
(como la capital política, el «cerebro del mundo» lo llamo yo, y Londres
siempre lo ha sido), Roma (o más bien, el Vaticano, como la «Centro
Ecuménico Religioso Global», lo que explicaría por qué muchos clérigos
decadentes seguidores de Joseph Ratzinger se muestran tan ansiosos de
integrarse de manera «políticamente correcta» dentro del Nuevo Orden
Mundial), y finalmente Jerusalén será la «Capital Espiritual» del mundo,
donde los sionistas pretenden que el Globierno Mundial realice su sueño
milenario de entronizar al «Rey del Mundo».
Hay muchos fanáticos fundamentalistas que quisieran
que esta “profecía” se torne en «realidad», y hace que muchos cristianos
sionistas en los EE.UU. lo enlacen con la «Segunda Venida». «La prueba» de
ello, dicen, es el retorno de los judíos a Israel. Ahora, les falta
(re)construir el Tercer Templo de Salomón. El problema es que la Mezquita
de la Roca, uno de los santuarios más importante del Islam, se encuentra
sobre ese sitio.
¿Me pregunto si no habrá otra oportuna bomba en camino
hacia esos lugares?
James Fetzer: Adrian, no puedo agradecerle lo suficiente por venir al show
para hablar de estos acontecimientos, que, en mi opinión, arrojan luz
sobre una serie de eventos relacionados en los Estados Unidos y otros
países. Debemos entender que debemos mantenernos libres de la manipulación
por parte de fuerzas que pretenden controlarnos.
Para más datos sobre las investigaciones de Adrian
Salbuchi, visite sus sitios web en www.asalbuchi.com.ar y www.eltraductorradial.com.ar. Para
aquellos que quieran ponerse en contacto directo, su correo electrónico es
salbuchi@fibertel.com.ar.