En éstos
momentos en que la Verdad y la Justicia no coincide con las mentes viejas
que han quedado en tercera dimensión - ya entramos a cuarta y esto es
irreversible - cuando el mensaje no es lo conveniente o lo que coincide
con los cuarenta mil años de reinado de la oscuridad, es más fácil agredir
al mensajero que aceptar la Verdad que nos hace
libres.
Pero la Verdad es
un corcho atascado debajo del agua... siempre surge y salta para hacerse
notar.
Nada quedará
oculto - dijo el Jefe de todos los hijos de la luz, el Señor Cristo Jesús
de Nazareth y hoy comprobamos por diferentes medios que así
es.
Por lo tanto el
mensajero es solo uno de los muchos que pululan, siendo cada vez mas, en
todos los medios de comunicación. Y la oscuridad queda al
descubierto - cuando siempre actuaron en las sombras o escondidos detrás
de muy bonitas mentiras - por lo que agreden gratuitamente y sin
fundamentos veraces a quienes dicen aquello que les es inconveniente, o
actúan basados en la Ética y el Respeto, con algo que no conocen que es la
solidaridad, desde lugares gubernamentales.
Hay guerreros de
la luz en todas las religiones, razas y continentes... pero también hay
guerreros de la oscuridad en todos lados, que se han acostumbrado por
siglos a que todo sea dividido para reinar. (Divide y
reinarás) ... pero todo es UNO y todo de Dios - incluyendo - por
supuesto - el campo de la política, de la economía, de las religiones,
etc.
porque la
separatividad y la dominación no son de Dios,
simplemente.
La Verdad nos
hace libres, las energías actuales entrantes se quedarán y no las
pueden manejar ya que el cambio de era incluye la caída de lo viejo y
la llegada del hombre espiritualizado deja atrás al hombre animalizado por
razones de evolución.
Y no es la
edad cronológica, ni el color de la piel, ni nada aparente lo
importante ya que las mentes viejas o nuevas nada tienen que ver con
lo físico y el estado evolutivo de las personas, tampoco.
Esta vida es la
suma de todas las vidas anteriores, por eso se dijo que vendría a juzgar a
los vivos y a los muertos en el Juicio Final que estamos presenciando
desde 1998.
Relean el mensaje
3 del Arcángel Miguel - todo está claramente explicado por el Señor
Cristo.
Solo quedará el
Reino de Dios en la Tierra, el resto irá al Hades de donde no se vuelve
nunca mas.
Con
amor
Mónica
DEJE DE MATAR AL
MENSAJERO. de JULIO ANDRES
PAGANO
Preste atención. Infinitos mensajes llegan a su vida para
ayudar a que cambie, pero así como vienen se van. La rutina, la seguridad,
la indiferencia y la costumbre los echan a patadas. La mente social alerta
sobre el peligro de escuchar a los desconocidos, teme perder el control.
Perpetuar una realidad apática y desequilibrada es el propósito de los que
pretenden que el hombre permanezca de rodillas y en las sombras. Deje de
matar al mensajero. Escuche. La vida quiere verlo disfrutar. Rompa sus
cadenas. Vibre. Cristo, Buda, Krishna, Mahavira, Lao Tse, Chuang Tzu, un
perro, una abeja, un pájaro, una flor, un vagabundo... Qué importa quién
transmite el mensaje. Lo que vale es lo que se nos quiere decir. Sólo
cuenta lo que la existencia, a través de sus infinitas formas, nos hace
llegar para que evolucionemos. Pero si en este momento su mente está
horrorizada preguntándose "¿cómo se le ocurre igualar a Cristo con un
perro?", me temo que usted no está comprendiendo lo que intento decir, y
quizás sea de los que piensan que sólo los que van a misa están cercanos a
Dios. Las diferencias están en nuestra cabeza. En nuestras particulares
formas de percibir y entender el mundo. La existencia no discrimina.
Utiliza todo lo que nos rodea para acercarnos aquello que nos quiere
decir. Somos nosotros quienes hacemos las distinciones, quien
distorsionamos según nuestros miedos, condicionamientos o
conveniencias. Las fronteras y las separaciones son inventos del hombre
que muy pronto sucumbirán. Esas divisiones son las que conducen a las
guerras, al aislamiento y a la destrucción. Son las que nos hacen creer
diferentes. Las que impiden que nos reconozcamos como hermanos y que nos
sintamos uno con el Todo. La realidad es inmensamente rica. Nuestras
miradas mezquinas son las que la muestran descolorida y pobre. El pájaro,
con su vuelo, nos enseña la libertad. La nube, con sus transformaciones,
nos enseña a fluir. La flor, expandiendo su aroma, nos enseña a ser
generosos. Todo enseña. A su modo, todo comunica. Varía el lenguaje,
cambia la forma de expresión que adopta lo que se nos pretende transmitir,
eso implica que debemos estar más atentos, más despiertos, cada día más
conscientes. Si cambiamos nuestra percepción, si ampliamos la mirada y
conectamos con la existencia, por medio del corazón, podemos trascender
nuestras limitaciones. Y cuando lo hagamos, no importará quien nos acercó
el mensaje, porque habremos comprendido que las categorizaciones
corresponden a una función de la mente, y que todo, absolutamente todo,
forma parte del Creador. Lo que marca la diferencia no es quién lo
dice, sino qué se nos dice. El valor del mensaje está en su poder de
transmutación, en su fuerza para impulsar los cambios. Si lo que recibimos
nos ayuda a convertirnos en personas más positivas, sensibles y
equilibradas, éso es lo que verdaderamente cuenta. El mensajero es como la
baranda de una escalera, cumple una función, constituye un medio para
ayudar a elevarnos. No se olvide que la mejor manera de que alguien
continúe preso es haciéndole creer que está en libertad. Tenemos que abrir
los ojos. Pensamos que somos libres, sin embargo estamos cautivos por
nuestras estructuras mentales. Permanecemos inmovilizados por las cadenas
de las creencias. Así no hay posibilidades de remontar vuelo. Si
continuamos con el corazón cerrado, sin darnos el permiso de humanizar
nuestros días, el sufrimiento, la violencia y la desesperanza serán el
aire que respiremos. Aduéñese de su vida. ¿Por qué restar pudiendo sumar?
¿Por qué elegir quedarnos estancados, rumiando penas, pudiendo ser
felices? El exterior sólo nos muestra un reflejo de nuestro interior. Si
lo que vemos fuera no nos gusta, cambiemos entonces lo que está dentro y
mágicamente nuestra vida será otra. Se volverá luminosa. Aprendamos a
conocernos. Descubramos quiénes somos. Recuperemos el vínculo con nuestro
niño interior. Sólo cuando demos este primer paso podremos confiar. Recién
ahí conectaremos con la esencia de los mensajes. Ese día no importará si
fue Cristo, Buda, la naturaleza, una mariposa o una flor quien nos acercó
la enseñanza. Habremos comprendido que la existencia, fiel a su naturaleza
creativa, se disfraza de millones de maneras para acercarnos a aquello que
necesitamos saber.... Que caigan nuestras barreras. Demos paso al
mensajero. Porque… lo que importa es el
mensaje.
|