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Asunto: | [gap-argentina] Enfermos de terror | Fecha: | Viernes, 8 de Enero, 2010 15:42:16 (-0300) | Autor: | Monica Barbagallo <monica.barbagallo @.....com>
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----- Original Message -----
From: Ana
Enfermos de
terror
Democracy Now
En los
últimos días, los medios de comunicación se han visto inundados con informes
acerca del frustrado atentado al vuelo 253 de Nothwest Airlines el día de
Navidad. Cuando Umar Farouk Abdulmutallab, ahora conocido como “el hombre del
explosivo en la ropa interior”, falló en su presunto ataque, casi 300 personas
se salvaron de lo que muy posiblemente habría sido un horrible y violento final.
A partir de este incidente aéreo, se ha reiniciado el debate en torno al
terrorismo y la mejor manera de proteger al pueblo estadounidense.
Al
mismo tiempo, otro asesino acecha a los estadounidenses. Según cifras
estimativas recientes este asesino se cobra la vida de 45.000 estadounidenses al
año (uno cada 10 minutos) pero aún así pasa desapercibido. Esto significa que
3.750 personas que mueren cada mes —más de las que murieron en los atentados del
11S— podrían salvarse con una simple firma.
Este asesino es la falta de
una adecuada cobertura médica en Estados Unidos. A finales de 2009,
investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard llegaron a la conclusión de
que 45.000 personas mueren innecesariamente cada año a causa de la falta de
seguro de salud. Los investigadores revelaron además otro hecho sorprendente: en
2008 murieron cuatro veces más veteranos del ejército estadounidense porque no
tenían seguro de salud que el número total de soldados caídos en Iraq y
Afganistán en el mismo período. El dato es correcto: 2.266 veteranos de menos de
65 años murieron porque no tenían seguro médico.
El martes, el Presidente
Barak Obama se mostró vehemente en su declaración pública tras la reunión que
mantuvo con el equipo de seguridad nacional para tratar el tema del atentado.
Obama afirmó: “No fue un error al recabar información de inteligencia, fue un
error al integrar y entender la información que ya poseíamos. La información
existía. Las agencias y analistas que la necesitaban tenían acceso a ella y
nuestros profesionales estaban entrenados para buscar y compilar ese tipo de
información. Voy a aceptar que por su naturaleza, la información de inteligencia
es imperfecta, pero está cada vez más claro que en este caso, la información de
inteligencia no fue analizada por completo ni aprovechada al máximo. Esto no es
aceptable y no voy a tolerarlo. Una y otra vez hemos visto que es crucial
compilar información y actuar en forma inmediata para permanecer un paso por
delante de hábiles adversarios. Como consecuencia, debemos actuar mejor y
actuaremos mejor. Es imperativo que lo hagamos rápidamente. Están en riesgo
vidas estadounidenses.”
Todo lo cual es realmente admirable. Imagínense
si se tratara con la misma urgencia el tema del resquebrajado sistema de salud
que innecesariamente causa la muerte de 45.000 personas por año. Y ya que ahora
se destinarán fondos de estímulo para proveer a los aeropuertos con más equipos
de escaneo, ¿por qué no destinar dinero a garantizar que en todos los centros de
salud comunitarios se puedan realizar mamografías y exámenes de
próstata?
Está también el tema de la investigación acerca de quién es
responsable por el atentado fallido de Navidad y el intento de obtener del
presunto atacante “información de inteligencia procesable” a fin de prevenir
futuros ataques. Todo eso está muy bien.
Sin embargo, tenemos
“información procesable” acerca de por qué la gente muere por falta de seguro
médico y de cómo las compañías de seguros de salud privan sistemáticamente de
cobertura a sus afiliados para aumentar sus ganancias, y ¿qué se ha hecho acerca
de este tema?
El día anterior al incidente de la bomba escondida debajo
de la ropa interior, en vísperas de Navidad, el Senado de Estados Unidos aprobó
el Proyecto de ley de Reforma del Sistema de Salud con 60 votos a favor y 39 en
contra. Obama describió el proyecto como “la legislación social más importante
desde la Ley de Seguridad Social aprobada en la década de 1930”. Sin embargo,
para llegar a ese mágico número de 60 votos en el Senado, el ya debilitado
proyecto de esa cámara tuvo que ponerse de rodillas ante los gustos del Senador
Joe Lieberman de Connecticut, el Estado conocido como la meca de las empresas de
los seguros de salud, y del demócrata conservador Ben Nelson de Nebraska. Las
versiones de la reforma del sistema de salud del Senado y de la Cámara de
Representes deben ahora ser conciliadas en un Comité bicameral
especial.
En Estados Unidos, el proceso de los comités bicamerales
especiales es poco conocido. Es frecuente que durante este proceso los proyectos
de ley sufran cambios importantes que pasan casi o totalmente desapercibidos. Es
por este motivo que Brian Lamb, Director General de C-SPAN envió una carta a los
líderes del Congreso el 30 de diciembre solicitando autorización para televisar
el proceso. En ella escribió: “Respetuosamente solicitamos a ustedes permitan
que el público tenga acceso total, a través de la televisión, al proceso de
definición de esta legislación, que afectará la vida de cada uno de los
estadounidenses.” Pero en lugar de simplemente permitir el acceso, la Presidenta
de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, afirmó que “nunca ha habido un
proceso más abierto que este”.
Además, Pelosi y los demócratas dicen
ahora que el proyecto ni siquiera pasará por un comité bicameral formal, sino
que más bien se negociará en sesiones informales a puertas cerradas entre los
presidentes de los comité claves. De esta manera los republicanos no tendrían
oportunidades de obstruir el proceso, pero al mismo tiempo esto daría a unos
pocos individuos un enorme poder para hacer tratos, tal como hicieron los
senadores Nelson y Lieberman. Dado que las industrias de seguros, de equipos
médicos y las farmacéuticas gastaron cerca de 1,4 millones de dólares por día
para ejercer influencia en el debate acerca de la reforma de la salud, debemos
preguntarnos: ¿quién tendrá acceso a los pocos legisladores detrás de esas
puertas cerradas?
Wendell Potter, el ex portavoz de la aseguradora CIGNA
y quien se ha convertido en denunciante de la industria de los seguros de salud
dice saber “dónde se sepulta a los muertos”. Seamos consistentes. Si nos
preocupamos por salvar vidas estadounidenses, pongámonos en acción
ahora.
. Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2010/1/7/enfermos_de_terror |
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