Juliá fue acusado en 2003 por la Auditoría General de la Nación
por violar la ética pública que prohíbe trabajar en empresas estatales y al
mismo tiempo ser socio de empresas prestadoras.
También, trascendió que
aportó económicamente a la campaña de Luis Barrionuevo cuando se presentó como
candidato a gobernador de Catamarca. El gastronómico viajaba en los aviones de
Medical Jet.
En el informe se lo acusó de violar la ley de ética pública
que prohíbe trabajar en entidades estatales y ser al mismo tiempo socio de
empresas prestadoras. Gustavo Juliá era gerente económico-financiero del
instituto, y al mismo tiempo presidente de Federal Aviation S.A. y accionista de
Medical Jet (propiedad de su padre, el brigadier José Juliá), empresas que el
PAMI contrataba para vuelos sanitarios.
Al asumir Néstor Kirchner la
presidencia, el nuevo interventor del instituto, Juan González Gaviola, lo
removió de su cargo y la Oficina Anticorrupción lo denunció por la presunta
comisión de los delitos de administración fraudulenta en perjuicio de la
administración pública, cohecho y negociaciones incompatibles con el ejercicio
de la función pública.
En tanto, su padre, el brigadier José Juliá prestó
servicios en diferentes dependencias de la Fuerza Aérea. Fue agregado
aeronáutico en países limítrofes y durante la Guerra de las Malvinas, fue jefe
de Operaciones de la Fuerza Aérea Sud, por lo que cumplió la tarea de asesorar
en todas las operaciones aéreas de combate.
Al asumir Carlos Menem la
presidencia de la Nación, el militar fue nombrado como jefe de la Fuerza Aérea.
En el desempeño de sus funciones fue denunciado ante la Justicia por haber
firmado un contrato por 18 millones de dólares con la empresa Cesel S.A., para
la compra de material destinado a la reconversión de aviones Mirage, pero
después de una investigación fue sobreseído de los cargos.
En 1991 el ex
diputado nacional Franco Caviglia lo denunció, como así también a su antecesor
en el cargo, el brigadier Ernesto Crespo, ante la jueza federal María Romilda
Servini de Cubría, por su presunta relación con los negocios aeroportuarios de
Alfredo Yabrán.
Cuando Juliá se retiró de la Fuerza Aérea, se lo vinculó
a Lanolec (la empresa de aviones reconocida por Yabrán como de su propiedad), y
más tarde formó, según fuentes de la fuerza, con ayuda del empresario telepostal
su propia firma de servicios aéreos: Medical Jet S.A.
Sin embargo, Juliá
negó conocer al empresario cuando declaró ante la comisión antimafia de la
Cámara de Diputados en 1998.
Por medio del ex ministro de Defensa y de
Trabajo, el fallecido Antonio Erman González, Juliá logró una férrea relación
con el presidente Menem y fue considerado por años un
"intocable".
Gracias a esos contactos, su empresa pudo prestar servicios
médicos sanitarios al PAMI y al SAME.
Otro detenido es el copiloto,
Gastón Miret, hijo del brigadier José Miret, quien fue secretario de
Planeamiento durante la dictadura de Jorge Videla. Además, había participado en
la negociación por Malvinas.
Miret, además, fue quien le alquiló al
dirigente paraguayo Lino Oviedo la casaquinta donde permaneció durante su
estadía en Argentina.