En agosto del 2008 el hoy
precandidato del radicalismo Ernesto Sanz les pidió a funcionarios
estadounidenses que aumentasen sus críticas al gobierno de Cristina Kirchner,
señala un cable diplomático filtrado por Wikileaks al que tuvo acceso
Página/12.
Sanz hizo su reclamo ante un funcionario del
Congreso norteamericano y otro del Departamento de Estado que visitaban la
Argentina, además del entonces embajador Earl Anthony Wayne. Al igual que le
ocurriría a Mauricio Macri seis meses más tarde cuando pidió lo mismo en un
almuerzo en la embajada, el pedido de Sanz fue rechazado.
El enviado del Departamento de Estado, Bruce
Friedman, contestó con diplomacia que “a todas las partes” les convenía que
Argentina y Estados Unidos se llevaran bien. El funcionario del Congreso Carl
Meacham fue más claro todavía. Sin demasiada sutileza, le hizo saber al senador
mendocino que su pedido de intervención del gobierno estadounidense en la
política argentina, como si fuera un partido, francamente le parecía un
exceso.
“Sanz presionó por un rol más asertivo, tanto de
la embajada como de influyentes inversores estadounidenses, pidiendo que
mandemos mensajes más duros al gobierno de Kirchner. Los críticos de la
oposición –dijo– se sienten aislados al criticar las políticas peligrosas o
irracionales del Gobierno cuando jugadores internacionales clave están en
silencio”, dice el cable.
Primero llegó la respuesta conciliadora del
funcionario del Departamento de Estado: “(El funcionario) Friedman enfatizó que
el gobierno de Estados Unidos buscaba sostener (la relación) y construir sobre
los aspectos positivos de la relación Argentina-Estados Unidos y que todas las
partes se beneficiarían con más vínculos entre los gobiernos de los dos países”,
dice el cable.
El funcionario del Congreso fue más directo.
Simplemente le explicó al líder radical que su estrategia no iba a
funcionar.
“Meacham también le advirtió a Sanz que un rol de
Estados Unidos demasiado fuerte fácilmente puede provocar una reacción y socavar
las posiciones que apoyamos”, dice el cable.
De la reunión entre Sanz y los enviados
estadounidenses también participó la senadora de la Coalición Cívica María
Eugenia Estenssoro quien, a diferencia del precandidato presidencial, no le
pidió intervención alguna a la embajada. Al contrario, dijo que había que ser
cuidadosos con las críticas.
“A Estenssoro le preocupa que con la frágil
historia de las experiencias de gobierno, críticas abiertas al Ejecutivo muchas
veces llevaban al colapso de un gobierno, algo que la mayoría de los miembros de
la oposición ya no quieren ver”, dice el cable firmado por el embajador Earl
Anthony Wayne.
Si bien Estenssoro criticó el estilo del Gobierno
y celebró el voto no positivo de Cobos como el fin de la “hegemonía”
kirchnerista, la senadora sonó moderada en comparación con su par radical, quien
se despachó así: “Sanz argumentó que el gobierno de Kirchner iba derecho a la
chavización hasta que fue descarrilado por la crisis agrícola”.
También dijo que el voto no positivo de Cobos
sobre las retenciones había sido “un acto racional dentro de un gobierno
irracional”.
El cable incluye dos entrevistas más de la
comitiva con senadores argentinos, una con el presidente provisional del Senado,
José Pampuro, y otra con los senadores oficialistas Miguel Pichetto y Guillermo
Jenefes.
Jenefes y Pichetto defendieron las políticas del
Gobierno.
En cuanto a Pampuro, “criticó la incapacidad del
Gobierno para advertir los intereses comunes del sector agrario contra las
retenciones”. Pampuro agregó, según el cable diplomático, que “el Gobierno no
tuvo en cuenta la necesidad de muchos senadores de responder favorablemente a
provincias con predominio agrícola”. Aludió a que muchos de esos senadores son
ex gobernadores. “También planteó la necesidad de la administración Kirchner de
desarrollar un equipo económico capaz de manejar el gasto público, la inflación,
los subsidios y las obligaciones de la deuda.” En términos internos, recomendó
no subestimar la habilidad del ex presidente Eduardo Duhalde para el armado
político, pero no le adjudicó chance alguna de resurgir con fuerza.
“Una vez más, Pampuro fue sorprendentemente franco
con nosotros al hacer su evaluación privada de la performance de los Kirchner,
lo cual indica el grado de descontento entre los líderes partidarios
tradicionales sobre los pasos que han tomado los Kirchner”, cierra el despacho,
en aquel lejano 2008.
sodonnell@pagina12.com.ar