Asunto: | [GAP] Más sobre numerología sagrada y sus implicaciones | Fecha: | Sabado, 22 de Marzo, 2003 02:33:26 (+0100) | Autor: | Antonio Llorente <antoniokriya @.......com>
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(Contestación a mi
amiga Paula)
Mi querida amiga: creo que perderás la
apuesta.
Porque yo he estado hablando de numerología sagrada, y tú has
empleado los números para hablar de cosas sagradas, que no es lo mismo. Yo dije
que a los números les faltaba “alma”, y les añadí la conciencia, pero tú se la
has quitado de nuevo. Te dije que no quería hablar más de números, pero tú me
has provocado... otra vez. ¡Pues mira qué bien!
Dije que la conciencia se
representa por un círculo, y que la Trinidad se representa por un triángulo con
un círculo inscrito (la conciencia), que los católicos lo cambian por un ojo
(“la lámpara del cuerpo es tu ojo...”).
Ahora añado: las tres personas de
la Trinidad NO son el Padre, el Hijo (Cristo) y el Espíritu Santo, sino el
Espíritu Santo, el Padre y la Madre. ¡Que no es lo mismo! Éstas son la auténtica
Trinidad (el Dios manifestado) que engendran posteriormente al Hijo, que
representa a toda la Creación (naturalmente Dios engendra infinidad de
criaturas, no un único Hijo, aunque él nos represente).
Y la Trinidad
(Dios), que es el generador, es 3. ¿Dónde está el 1? Porque la conciencia
debe ser contenida en (al menos) un triángulo, entre tres líneas que se cortan
entre ellas. Si existiera Dios como 1, que es una línea, ¿dónde contendría a
la conciencia, que es un círculo? No puede. Si existiera Dios como 2, que
sigue siendo una línea, tampoco podría contener al círculo de la conciencia, y
esa energía se derramaría, y no podría crear a los seres conteniendo vida o
conciencia. Solo puede ser Dios creador si tiene a su conciencia contenida,
si es 3, y eso lo multiplica entre los seres creados “guardando la misma
estructura del 3”. Para que te hagas una idea, ese triángulo que contiene a
la conciencia equivale a la membrana celular, que encierra toda la materia viva,
pues de otro modo ésta se derramaría, y el ser no podría vivir.
Entonces-
me dirás- si el número generador es el 3, ¿es que no hay números más pequeños
que el 3? ¿Dónde quedan el 1 y el 2?
Evidentemente, la Trinidad existe
tal cual, pues no puede existir una Persona sola, por ejemplo el Padre; ni
siquiera dos. ¡Tienen que existir las tres a la vez! Pero es que la Trinidad
es Dios manifestado, como te dije, es el Dios creador. Pues bien, Dios
podría existir sin manifestar, antes de la creación. Esto sería antes de la
Trinidad, sin personalizar. En ese caso NO tendría conciencia, porque el círculo
no tiene dimensión alguna, sería 0, ¡ya hemos llegado al 0! Y estaría contenido
en un triángulo de lados con valor 0 también, antes de existir las Personas.
Pero una vez que Dios “toma conciencia” y se propone crear, automáticamente
aparece el esquema de la Trinidad con su círculo incluido.
0 = Dios sin
manifestar, antes de la Creación. Tiene 0 conciencia. 3 = Dios Trino
manifestado, Dios creador. Tiene 1 conciencia 1 y 2 = “partes de Dios”.
Números incompletos (el 0 y el 3 son completos). 1 conciencia, es un círculo
inscrito en 3 personas. Así que la Trinidad- el triángulo con su círculo
inscrito- es el “sello” que llevan todos los seres creados. Cualquier partícula
infinitesimal lleva en su estructura un 3 (3 personas) y 1 conciencia como
herencia divina.
2222222.... = seres en la primera creación. 2
(personas) = 1 (Espíritu divino) + 1 (cuerpo). Esto sería un ser creado,
pero separado de los demás. La proporción sería de 1 a 2 (1 conciencia y 2
personas). Pero se necesitan 3 personas (un triángulo) para contener una
conciencia. Dos personas solo forman una línea, que no puede contener un
círculo. Luego esta partícula no puede tener conciencia, salvo la divina que
lleva. Por tanto sería una partícula virtual, no real.
3333333.... =
seres en la segunda creación. 3 (personas) = 1 (Espíritu divino) + 1 (una
pareja) + 1 (la otra pareja). Esto es cuando se combinan en parejas para
formar estructuras. La proporción es ahora de 1 a 3 (una conciencia y tres
personas).
Pero para que exista una estructura debe haber una especie de
membrana que la contenga. En los átomos y moléculas, es una membrana
electrónica. En los seres vivos es la membrana celular. Pero esta membrana no es
solo una envoltura, como un saco para que la estructura no se derrame, sino que
es una auténtica protección energética que lo defiende del exterior, y al mismo
tiempo ofrece la comunicación con el exterior, dando entrada y salida a la
información, debidamente “filtrada” o “codificada” por dicha membrana.
Es tan importante la energía de esta membrana, y tan inteligente, que se
puede afirmar que dicha membrana es previa a la generación del contenido, puesto
que ella induce su formación, como una especie de útero, ya que tendrá que
permitir en todo caso y en todo momento el trasiego de información del exterior,
debidamente codificada por ella.
Ahora, si hemos considerado que cada ser
vivo (el 3) está formado a la imagen de Dios, el Dios Trino, entonces tendrá un
espíritu, una parte masculina, y una parte femenina. Estas dos últimas partes
forman el cuerpo. Pero uno se pregunta: ¿Y dónde está representado el espíritu?
Pues aquí lo tenemos: ¡En la membrana! ¡Por fin le hemos descubierto! ¡Creíamos
que era una entelequia y ahora vemos que es el que genera, permite y organiza
todo! ¡Es energía inteligente pura!
La cubierta, la piel, con sus
múltiples “sentidos” y puertas de entrada y salida, conecta el interior con el
exterior y establece sus códigos; por tanto es el lenguaje de comunicación y al
mismo tiempo el famoso velo. Porque, cuanto más transparente y luminosa sea esa
piel, mejor se apreciará su contenido, y también desde el interior mejor se verá
el exterior. Por tanto, gracias a esa piel energizada al máximo, convertida en
luz pura (espíritu puro o espíritu santo), es como los seres elevados pueden ver
también a Dios y a su cielo, que se extienden por doquier, tanto dentro como
fuera de nosotros.
Ahora bien, no creáis que solo hay una cubierta en los
organismos vivos, la más exterior, la piel. Cada microscópica célula tiene su
cubierta, incluso dentro de las células hay microestructuras, cada una con su
cubierta, por ejemplo el núcleo, con su membrana celular. Todas esas membranas
son superenergéticas y forman parte de esta estructura global que yo me he
permitido identificarla con nuestra parte espíritu, que puede actuar como un
velo denso o al contrario permitir la visión casi total del cielo interno y el
externo.
Por tanto, si la piel (y las mucosas, como el pulmón y el tubo
digestivo, y además todas las membranas celulares) son casi energía pura, ¿no
estará ahí situada nuestra conciencia? Sería imposible que no coincidieran
conciencia, espíritu y energía. ¡Pues aquí les tenemos a los tres ingredientes
juntos!
Y todo... gracias a estos escarceos e inicios en la numerología
sagrada.
Antonio
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