Asunto: | [GAP] No siempre la ley de causa y efecto se cumple | Fecha: | Martes, 25 de Marzo, 2003 23:43:29 (+0100) | Autor: | Antonio Llorente <antoniokriya @.......com>
|
(Respuesta a un
amigo sobre el karma y la ley de causa y efecto).
Desde hace un tiempo yo rechacé el karma y la
ley de causa y efecto. Me negué a ellas, de la misma forma que me negué a
aceptar que tuviera un destino prefijado o guiado por las estrellas. ¿Tú me
entiendes, verdad? Eso iba en contra de mi sentimiento interior del libre
albedrío. Es lo mismo que la frase de "genio y figura hasta la sepultura". No
estoy dispuesto a aceptarlo, y seguro que acabaré cambiándolo.
Ahora, con
las enseñanzas de Kryon, que son para mí afirmaciones de todo esto, ya estoy
seguro de que es así. Y creo que siempre tuve esa constancia desde pequeño, pues
mis ángeles me ayudaban.
Un ejemplo curioso: Esto ocurrió en la escuela,
a los 6 años. Mi padre, médico, había recibido de propaganda o de regalo una
pequeña carterita de cartón, como la palma de la mano ¡eran los tiempos de la
postguerra, y no había nada de nada! Yo me apropié de ella, y la portaba como un
tesoro, poniendo alguno de mis dibujos infantiles dentro. Pero un día me
desapareció. Y resultó que en la escuela, otro niño, el hijo del Sargento de la
Guardia civil del pueblo, ¡ahí es nada! apareció con otra carterita similar. Por
un sentimiento particular de justicia de mi parte, me dije: "pues ahora, esta
carterita para mí", y aprovechando el momento de la pausa del recreo, me
introduje en el aula, cogí la carterita de su pupitre y me la guardé en el mío.
Cuando el niño la echó en falta puso el grito en el cielo, y la maestra nos
preguntó que quién la había cogido, y todas esas cosas. Como nadie sabía nada de
nada, todos lo negaban. Ante la insistencia del niño, la maestra nos amenazó con
registrarnos uno por uno... ¡y que si quieres! Así que, dicho y hecho, se puso a
registrarnos. Yo estaba convencido que "no tenía pecado", y permanecí
ininmutable cuando llegó a mí... solo que la maestra me saltó el turno, y fue al
siguiente niño. Y la carterita jamás fue encontrada. Y a nadie se le ocurrió
protestar, ni tampoco al niño perjudicado, porque nadie vio la
animalía.
Más pequeño aun, siendo un niño muy agil, me encaramé a un
poste de teléfonos que tenía unas asas salientes, dobladas en ángulo hacia
arriba, por donde el "celador" subía a arreglar las averías de los cables. Ese
día, al igual que otras veces, me puse a trepar por el poste, agarrándome a los
ganchos superiores, mientras apoyaba mis pies en los inferiores, emulando al
hombre aquél. Pero en un momento dado tuve un fallo humano, y los ganchos se me
resbalaron. ¿Ley de causa- efecto? Caída violenta contra el suelo, de mal
pronóstico (varios metros de altura). ¿Pero qué pasó en realidad? Pues que mi
ángel de la guarda me ayudó, y según pasaba por uno de los ganchos al iniciarse
la caída libre, me enganchó el cinturón de tela que llevaba yo, al gancho,
frenando mi caída, con lo cual pude con toda seguridad iniciar mi descenso, sin
comunicar por supuesto a nadie mi aventura. Muchas veces recordé este hecho,
pensando en la "puntería" de haberse enganchado el frágil cinturón allí, que
resistió mi peso, en vez de haberse enganchado el saliente vertical del gancho
en mi garganta, al paso de la cabeza, lo cual me horrorizaba pensarlo (por eso
no lo pensaba). ¿Y sabes qué conclusiones saqué de todo eso, a mis 5 o 6 años?
Pues que yo había nacido para algo grande, y que mientras no hubiera cumplido
esa misión, no podría morir, pues mis ángeles me defenderían siempre. Y esa ha
sido la constante en mi vida: el no tener miedo a niguna extraña aventura. Y
como no creo que haya cumplido esa misión todavía, y que la cosa va para largo,
pues espero también larga vida todavía...
Podría rememorar muchas
ocasiones en que, como la maestra aquella, la ley de causa- efecto no actuó para
mí, y me saltó. En esos momentos pude sentir cómo mis ángeles de la guarda se
habían interpuesto. Ahora, desde aquí públicamente se lo agradezco. No solo eso,
sino que les descubro. Sí, mis queridos guías, vosotros sois los que habéis
hecho muchas trampas por mí, jajaja, ¡qué tíos más majetes sois! ¡Un abrazo muy
fuerte!
Antonio
P. D./ Esto me ha ayudado a descifrarlo la
lectura de los libros de Kryon, pero las experiencias y las conclusiones son
mías. Solo que ahora me reafirmo mucho más en ello, y lo considero como una ley
de orden superior, como parte de esta famosa "Nueva energía" o Tercer lenguaje,
que es el lenguaje espiritual con los seres del otro lado del velo, que es
cuando ocurren estas cosas (parece que yo estaba predestinado a ello, mucho
antes de que Kryon apareciera en mi vida...). Y espero, amigo mío, que con estos
ejemplos puedas entendrlo mejor que con las
teorías.
|

|