Elijo para comentar sólo cuatro
frases:
“Pero no hay nada completo en mi mente que no esté también
completo en la tuya”.
Comentario: Luego el desarrollo de la mente del
hombre, como función “cerebral”, ya se ha completado. Pero la mente por sí sola
no da más de sí. Es por eso que necesita de la comunicación y ayuda de lo
divino, y de eso se habla en esta lección.
“Tú has tenido en cuenta mis
palabras, pero no es lo mismo que ser consciente de que cualquier otro
pensamiento, especialmente ahora, es imposible”.
Comentario: Aun sin
salirse de la mente, uno puede ser consciente de que no hay otra alternativa,
así que rechaza las demás, y se queda con lo dicho anteriormente, a saber, que
el alcance de la mente es en cualquiera de nosotros el máximo posible, y que si
no podemos alcanzar el “conocimiento” o la “iluminación”, es porque esto depende
de otras funciones ajenas a la mente.
“La primera experiencia que debes
aceptar por encima de las demás, si es que deseas integrar completamente estas
lecciones, es la “Renuncia”.
Comentario: Más adelante se verá que la
“Renuncia” se refiere al ego, y por tanto a sus facultades más características,
como es la mente. Nos va metiendo ya en la idea básica de que debemos abandonar
la idea de que, por medio de la mente, podremos alcanzar la iluminación y
encontrar el camino de casa.
“Pero el hecho de que estés experimentando
el tiempo demuestra que eres incapaz de hacer nada por ti
mismo”.
Comentario: ¿Qué es experimentar el tiempo? Es estar
sumergidos en el tiempo... a causa de la mente. Porque la mente es como un PC,
al que le llega una gran cantidad de datos para procesar, y por eso requiere
tiempo (de reloj) para ese proceso. Porque se supone que es preciso llegar a un
juicio de valor con todos esos datos. Y como establecer esos juicios de valor es
una actividad continua de la mente, porque ella no para nunca de pensar, es la
mente la que nos sumerge en el tiempo, y a la vez obstruye e imposibilita a
nuestro Ser interior para que éste actúe por sí mismo en sus nobles actividades
atemporales. (Solo se alivia esta situación por las noches al dormir, cuando la
mente se desconecta, cuando soñamos. ¡Y a eso la mente lo llama sueño, fantasía,
irrealidad, cuando el único sueño es el estar “despiertos” durante el día,
gobernados por la mente).
Cuando Jesús dijo aquello de “No juzguéis...”
no se refería a juzgar bien o juzgar mal las acciones de otros, como consejo
moral, sino como filosofía profunda, al instarnos a abandonar el uso rutinario
de la mente. Pues de esa forma, escapándonos de su tiranía, también nos
escapamos de caer en las garras del tiempo. Porque, a causa de la mente,
nosotros estamos perdidos en el tiempo, fuera de la realidad de las creaciones
de Dios. Pues más que eterno, Dios vive siempre en el presente. Para Él, el
tiempo no existe. El Ser no tiene tiempo. El tiempo es una creación del PC de
nuestra mente, que, saliéndose del presente atemporal del Ser, utiliza ese
tiempo artificial que ella crea para hacer cálculos artificiales e innecesarios
de cualquier cosa, pretendiendo juzgar y evaluar la obra de Dios. Es el hecho de
pensar el que le lleva a uno a experimentar el tiempo, y le aísla del Ser.
Porque todos los cálculos que hace la mente tratan de la parte externa de las
cosas, de sus “cuerpos” y las relaciones de esos cuerpos, pero jamás de los
contenidos. Jamás la mente puede investigar el interior del Ser; solo lo ve “por
fuera”. ¿Os dais cuenta cuál es el error? ¡Para ver al Ser por fuera es
necesario salir y separarse de la Creación, y vivir “dentro” del artificio de la
mente, con su tiempo de reloj! Por eso los Maestros nos enseñan que nosotros
estamos dormidos en cuanto a la Vida y al Ser, ya que vivimos dentro de la mente
y fuera del Ser. Así que deberíamos invertir la situación, salir de la cueva
oscura de la mente y retornar al Ser, a nuestra verdadera Morada. Y a este
proceso se le llama Despertar, o Ascensión. Y no es que tengamos que ir a ningún
sitio diferente, sino simplemente “apagar la pantalla de televisión de la mente”
para que nos deje ver los objetos que hay dentro de la habitación, y conocer
nuestra realidad.
Antonio
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