Asunto: | [GAP] La cuenta tolteca del tiempo del 28 de enero al 3 de febrero 2004 | Fecha: | Domingo, 1 de Febrero, 2004 04:22:48 (-0600) | Autor: | Anahuak Home <redanahuak @...............mx>
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Foro SER TIERRA
Tradiciones ancestrales amerindias...
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Cuenta Tolteca del Tiempo
Año cuatro cañavera
Tlacatzin Stivalet Corral
www.anahuac2000ac.org <http://www.anahuac2000ac.org>
Informes: Gabriela Gómez Junco <gabiota@...>
miércoles 28 de enero de 2004, 12:43 horas
axcan ticateh mahtlactlihuan ome calli ilhuitl ipan tititl metztli ipan
nahui acatl xihuitl
'hoy somos doce casa (retorno) en estiramiento encogimiento (mes) en cuatro
cañavera (año)'
El numeral mahtlactlihuan ome 'doce' tiene únicamente acompañante diurno,
Tlahuizcalpantecuihtli 'protector de la alborada', el planeta Venus en su
fase de lucero de la mañana. Esta identidad nos hace adelantarnos a los
acontecimientos, pre ver los hechos antes de ocurrir. No se presenta
identidad nocturna. El ave presente en este ilhuitl 'retorno día noche' es
quetzaltototl 'pajaro verdeazul', el conocido como quetzal.
El retorno calli 'casa' es del zihuatlanpa 'hacia entre mujer', el poniente,
el rumbo del color tlatlauhqui 'enrojecido', el rumbo de Xipeh Totec 'dueño
de sexo, nuestro protector', nuestro instinto de placer, nuestra identidad
«yo eros», mismo que al madurar entre los 24 y los 30 años se transforma en
nuestra «nupcialidad», una fuerza instintiva que nos impele a unirnos
permanentemente con alguien de sexo complementario para disfrutar
sensorialmente: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con
el gusto. Es rumbo femenino, por lo que nos nace ser acogedores,
integradores de la palabra ajena para hacerla propia y darle vida
independiente. Por ser calli 'casa' somos muy dados a reflexionar, a
permanecer en nuestro hogar. Por también ser Tepeyollohtli 'corazón de
montaña', nos nace reflexionar sobre nuestra identidad, sobre nuestra manera
de sentir respecto a lo que nos acontece, para actuar en consecuencia.
La dualidad mahtlactlihuan ome calli 'doce casa' nos hace percibir
adelantadamente nuestro sentir interno respecto a lo que nos va a ocurrir,
respecto a lo que concierne a nuestro cuerpo, a nuestro hogar. Es la
decimosegunda «casa» del octavo trecenario, ze malinalli 'uno esparto', sus
ilhuicapohtzitzintin 'compañeros celestes' de este trecenario son Mayahuel
'maguey sagrado', símbolo del meoctli 'vino de maguey', y Xöchipilli 'hijo
de flor', representante de la tierra florida, también referido como
Macuilxöchitl 'cinco flor'. Lo más importante de este tecenario es que
corresponde a nuestro sexto «sol» tolteca, que empezó en el año 2000
europeo, el 13 de junio, día nahui cuauhtli 'cuatro águila' en nuestra
cuenta tolteca del tiempo. En esta doceava «casa» asumimos la identidad
nocturna de Zentecuihtli 'protector de lo que unifica', lo cual nos hacer
renovar nuestro potencial unificante.
El mes tititl 'estiramiento de lo encogido', el decimoséptimo, en el que los
antiguos anahuacas festejaban a Ilamatecuihtli 'protector vieja', cuya
identidad parece ser con la tierra ya reseca y encogida por la falta de
agua. La imagen que representa a este mes es dos o tres leños atados con una
cuerda, la cual es asida por una mano, que da imagen de tirar fuertemente la
cuerda. En este mes se hacía, durante lo cuatro primeros meses después del
fallecimiento, una ceremonia a los difuntos. Para este fin se usaba un
madero de ocote al cual se le ponían las ropas del difunto o de la difunta,
el cual madero se colocaba sentado sobre un petate y ponían también mucha
comida, todos los reunidos le cantaban durante un largo tiempo, al final
prendían fuego al ocote para que todo fuese consumido por las llamas. En la
ceremonia "oficial" se quemaba una troje sobre un cuauhxicalco 'en la jícara
de madera', que simboliza la época de la migración de los mexihtin, cuando
guardaban a los difuntos en las trojes.
El año nahui acatl 'cuatro cañavera', del rumbo tlahuilcopa 'hacia la luz',
el oriente, tiene como identidad externa, por el nahui 'cuatro', a Tonatiuh
'va calentando, nombre del sol, lo cual nos hace manifestarnos a lo largo de
todo el año como el «centro protector» de nuestro entorno, tal como lo hace
nuestro astro rey; como identidad interna somos Zenteötl 'fuerza armonizante
unificante', la identidad volante es zolin 'codorniz'. Por el retorno acatl
'cañavera', poseemos la «identidad» de Tezcatl ipoca 'espejo su humear',
nombre nahua de nuestra conciencia ética. La dualidad nahui acatl 'cuatro
cañavera' nos hace manifestar la identidad de Itztli 'obsidiana'. Por todo
esto, a lo largo del año manifestamos el deseo de proteger nuestro entorno
investigando todo lo que está fuera de la ética para impedir que nos dañe:
cortándolo.
síntesis: en el ilhuitl 'retorno' macuilli cozcacuauhtli 'cinco
quebrantahuesos' nos enfrentamos a lo caduco, a lo muerto, para de allí
extraer vida, para renovarnos internamente.
jueves 29 de enero de 2004, 12:43 horas
axcan ticateh mahtlactlihuan yei cuetzpalli ilhuitl ipan tititl metztli ipan
nahui acatl xihuitl
'hoy somos trece lagarto (retorno) en estiramiento encogimiento (mes) en
cuatro cañavera (año)'
El numeral mahtlactlihuan yei 'trece' llega con la idendidad diurna de
Zitlalin icue 'estrella su falda', la fuerza femenina de las estrellas que
forman el universo, lo cual nos da una identidad femenina muy marcada, esta
identidad se manifiesta como una gran receptividad para lo ajeno, para
hacerlo propio y darle vida autónoma. No se presenta identidad nocturna. El
ave presente es toznenetl 'loro amarillo'.
El retorno cuetzpalli 'lagarto' llega con el huitztlanpa 'hacia entre
espina', el sur, rumbo del color xoxouhqui 'azul cielo', el rumbo de
Huitzilopochtli 'zurdo colibrizado', nuestro instinto de tiempo, nuestra
identidad «yo mente», que madura entre los 18 los 24 años para generar
nuestra «impetridad», fuerza instintiva que nos da la habilidad de manejar
correctamente el tiempo para lograr aquello que nos proponemos de corazón.
Es rumbo masculino, lo cual nos hace ser impetuosos, emprendedores, audaces.
Por ser cuetzpalin 'lagarto' somos muy activos, muy dados a comer, muy
sanos. Por también ser Huehuecoyotl 'coyote antiguo', somos inclinados a
divertirnos, a buscar un ambiente musical.
La dualidad mahtlactlihuan yei cuetzpalli 'trece lagarto' nos llena de una
gran armonía, ya que se conjuga la fuerza cósmica femenina del númeral trece
con la fuerza masculina del lagarto, esto nos hace ser equilibrados. Es la
última «casa» del octavo trecenario, ze malinalli 'uno esparto', sus
ilhuicapohtzitzintin 'compañeros celestes' de este trecenario son Mayahuel
'maguey sagrado', símbolo del meoctli 'vino de maguey', y Xöchipilli 'hijo
de flor', representante de la tierra florida, también referido como
Macuilxöchitl 'cinco flor'. Lo más importante de este tecenario es que
corresponde a nuestro sexto «sol» tolteca, que empezó en el año 2000
europeo, el 13 de junio, día nahui cuauhtli 'cuatro águila' en nuestra
cuenta tolteca del tiempo. En esta decimotercera «casa» asumimos la
identidad nocturna de Mictlantecuihtli 'protector de entre difunto', lo cual
renueva nuestra capacidad de protección de nuestra identidad cultural.
síntesis: en este ilhuitl 'retorno' mahtlactlihuan yei cuetzpalin 'trece
lagarto' mostramos un gran equilibrio y una gran habilidad para encontrar el
camino hacia lo que alimenta, lo que nutre.
viernes 30 de enero de 2004, 12:43 horas
axcan ticateh ze cohuatl ilhuitl ipan tititl metztli ipan nahui acatl
xihuitl
'hoy somos uno serpiente (retorno) en estiramiento encogimiento (mes) en
cuatro cañavera (año)'
El numeral ze 'uno' es portador de la identidad diurna de Xiuhtecuihtli
Tletl 'fuego protector de hierba', lo cual nos hace ser muy emprendedores,
muy activos, deseosos de iniciar proyectos ya muy acariciados con el
corazón. La identidad nocturna que nos llega es la de Huehueteötl 'pupila
antigua', el fuego antiguo, el que generó el universo. El ave presente es
nexhuitzilin 'colibrí cenizo'.
El retorno cohuatl 'serpiente' llega con el rumbo tlahuilcopa 'hacia el
lugar de la luz', el oriente, rumbo del color cozauhqui 'amarillo dorado',
el rumbo de Quetzalcohuatl 'gemelo precioso', nuestro instinto de
pervivencia, nuestra identidad «yo género», que madura entre los 12 y los 18
años para convertirse en nuestra «gemelidad», la gran fuerza que nos inspira
un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva que nos mueve a unirnos con
otros humanos en proyectos de beneficio colectivo. Es rumbo femenino, lo que
nos hace ser receptivos, acogedores de las ideas de otros para darles vida
autónoma. Por ser cohuatl 'serpiente', somos cautelosos al actuar, no vamos
de frente, actuamos con rodeos, hasta que ya estamos cerca de nuestro
objetivo. También somos Chalchiuhtlicue 'esmeralda su falda' y
Chalchiuhtonal 'energía esmeralda', lo cual nos hace ser capaces de actuar
mientras nos autorrenovamos.
La dualidad ze cohuatl 'uno serpiente' nos hace ser iniciadores,
emprendedores de acciones importantes, de viajes. Es la primera «casa» del
noveno trecenario, ze cohuatl 'uno serpiente', los ilhuicapohtzitzintin
'compañeros celestes' de este trecenario son Tlahuizcalpantecuihtli
'protector de la alborada' y Xiuhtecuihtli 'protector del año',
representante del fuego sagrado. Se dice que este trecenario trae cualli
tonalli 'buena energía natal'. Los aquí nacidos ilhuileh, mahzehualeh yez,
'serán poseedores de recompensa, poseedores de merecimiento', serán ricos,
tendrán que comer y que beber, según Sahagún, también serán señalados en los
asuntos de guerra. Las mujeres también gozarán de riqueza y honra. Pero,
quienes no honren cada ilhuitl 'retorno' su signo no gozarán de su buena
fortuna: su negligencia y su tibieza les acarrearán la ruina. Los pöchtecah
'mercaderes viajantes' de la antigua Anáhuac esperaban a que saliera la casa
ze cohuatl para iniciar sus expediciones de negocios, en este ilhuitl
'retorno' hacían un convivio con otros mercaderes y con sus familiares, para
anunciar su viaje y para recibir consejos de los de mayor experiencia. En
esta primera «casa» nos corresponde asumir la identidad nocturna de
Chalchiuhtlicue 'esmeralda su falda', lo cual renueva nuestra aptitud para
ser capaces de autopurificarnos éticamente al decurso del tiempo.
síntesis: en el ilhuitl 'retorno' ze cohuatl 'uno serpiente' somos muy
emprendedores de acciones importantes, de viajes de negocio, de búsqueda de
beneficio a través del esfuerzo, de la acción.
sábado 31 de enero de 2004, 12:43 horas
axcan ticateh ome miquiztli ilhuitl ipan tititl metztli ipan nahui acatl
xihuitl
'hoy somos dos muerte (retorno) en estiramiento encogimiento (mes) en cuatro
cañavera (año)'
El numeral ome 'dos' tiene como acompañante diurno a Tlaltecuihtli
'protector terreno', la fuerza protectora de nuestro planeta, esto nos hace
ser fuertes, nos convierte en sostén de quienes conviven con nosotros, como
identidad nocturna está Itztli 'obsidiana', con lo cual se renueva nuestra
capacidad de cortar con todo aquello que se aparta de la ética. El ave
presente es quetzalhuitzilin 'colibrí verdeazul'.
El retorno miquiztli 'muerte' es del mictlanpa 'hacia entre difunto', el
norte, el rumbo del color yayauhqui 'ennegrecido', rumbo de Tezcatl ipoca
'espejo su esplender', nuestra conciencia ética, que madura entre los seis y
los doce años con la fuerza de nuestro instinto de espacio, de nuestra
identidad «yo cuerpo». Por ser rumbo masculino nos da por ser impetuosos,
audaces, emprendedores. Por ser miquiztli 'muerte' somos dados a la
reflexión, a evaluar aquellos asuntos que ya dan muestra de haber cerrado su
ciclo, para dejarlos ir, para desprendernos de ellos. Por también ser
Tecziztecatl 'de entre caracoles', nos dejamos llevar por la situación, como
lo hacen los caracoles con las variaciones de su entorno con los cambios en
las mareas, mismos que origina la luna, Metztli, el otro acompañante de este
ilhuitl 'retorno día noche'.
La dualidad ome miquiztli 'dos muerte' nos hace ser fuertes para enfrentar
aquello que ya cerró su ciclo, aquello que ya debe ser desechado de nuestro
vivir. Es la segunda «casa» del noveno trecenario, ze cohuatl 'uno
serpiente', los ilhuicapohtzitzintin 'compañeros celestes' de este
trecenario son Tlahuizcalpantecuihtli 'protector de la alborada' y
Xiuhtecuihtli 'protector del año', representante del fuego sagrado. Esta
segunda «casa» nos llega con la identidad nocturna de Tlazolteötl 'fuerza
armonizante de la basura', lo cual renueva nuestro potencial de transformar
nuestros errores en aciertos.
síntesis: en el ilhuitl 'retorno' ome miquiztli 'dos muerte' nos mostramos
fuertes, decididos para enfrentar aquellos ciclos que ya concluyeron y
actuar en consecuencia.
domingo 1 de febrero de 2004, 12:43 horas
axcan ticateh yei mazatl ipan tititl metztli ipan nahui acatl xihuitl
'hoy somos tres venada (retorno) en estiramiento encogimiento (mes) en
cuatro cañavera (año)'
El numeral yei 'tres' se presenta con la identidad diurna de Chalchiuhtlicue
'esmeralda su falda', lo cual nos hace renovarnos éticamente mientras
llevamos a cabo nuestras tareas cotidianas. Como indentidad nocturna nos
llega Piltzintecuihtli 'protector niño precisoso', lo cual nos hace renovar
nuestra capacidad de ayudar a que quienes nos rodean descubran el colorido
de su entorno, tal como hace el sol al amanecer de cada nuevo día. El ave
presente es cuixin 'milano'.
El retorno mazatl 'venada' llega con el rumbo zihuatlanpa 'hacia entre
mujeres', el poniente, el rumbo del color tlatlauhqui 'enrojecido', el rumbo
de Xipeh Totec 'dueño de sexo, nuestro protector', manifestación de nuestro
instinto de placer, de nuestra identidad «yo eros», que madura entre los 24
y los 30 años para emerger como nuestra «nupcialidad», la fuerza instintiva
que nos impele a encontrar una persona de sexo complementario para unirnos a
ella de manera permanente y así disfrutar cada nuevo día de manera
sensorial: con la vista, con el oído, con el olfato, con el tacto y con el
gusto. Es un rumbo femenino, lo cual nos inspira para mostrarnos acogedores
de los demás, deseosos de hacernos solidarios de otros para realizar lo que
nace de sus corazones. Por ser mazatl 'venada', somos muy perceptivos de
nuestro entorno climático, buscamos lugares con grandes espacios que nos
permitan disfrutar de la naturaleza. Por también ser Tlaloc 'licor
fecundante de la tierra' somos cambiantes, de la tranquilidad pasamos a la
tempestad, como lo hace el clima.
La dualidad yei mazatl 'tres venada' nos hace sentir atracción por la
naturaleza, nos mostramos muy perceptivos, muy sensibles a nuestro entorno,
muy precavidos ante cualquier amenaza latente. Es la tercera «casa» del
noveno trecenario, ze cohuatl 'uno serpiente', los ilhuicapohtzitzintin
'compañeros celestes' de este trecenario son Tlahuizcalpantecuihtli
'protector de la alborada' y Xiuhtecuihtli 'protector del año',
representante del fuego sagrado. En esta tercera «casa» llega como
indentidad nocturna Tepeyollohtli 'corazón de montaña', lo cual renueva
nuestra capacidad de autoencuentro, de descubrimiento de nuestro sentir
profundo frente a los asuntos que nos incumbe.
síntesis: el ilhuitl 'retorno' yei mazatl 'tres venada' nos hace muy
receptivos ante nuestro entorno, nos renovamos sin darnos cuenta, nos
preparamos para encontrar nuestra verdad interna.
lunes 2 de febrero de 2004, 12:43 horas
axcan ticateh nahui tochtli ilhuitl ipan titil metztli ipan nahui acatl
xihuitl
'hoy somos cuatro conejo (retorno) en encogimiento estiramiento (mes) en
cuatro cañavera (año)'
El numeral nahui 'cuatro' nos llega con la identidad diurna de Tonatiuh 'va
irradiando', el sol, lo cual nos hace ser protectores de otros. Como
identida nocturna asumimos a Zentecuihtli 'protector de lo que unifica', lo
cual renueva nuestra fuerza unificante. El ave presente es zolin 'codorniz'.
El retorno tochtli 'conejo' pertenece al huitztlanpa 'hacia entre espina',
el sur, rumbo del color xoxouhqui 'azul celeste', rumbo de Huitzilopochtli
'zurdo colibrizado', nuestra voluntad logradora, nuestra «impetridad», la
fuerza instintiva que madura entre los 18 y los 24 años de edad, generada
por nuestro instinto de tiempo, por nuestra identidad «yo mente». Es rumbo
masculino, lo que nos hace ser emprendedores, activos. Por ser tochtli
'conejo' actuamos de manera original, diferente de lo esperado, con gran
gusto por lo que hacemos. Por también ser Meyahuel 'fuente sagrada', somos
muy dados a ofrendar a los demás aquello que los nutre, que los hace
fuertes.
La dualidad nahui tochtli 'cuatro conejo' nos hace fuertes, diferentes,
originales, ofrendantes de los demás de aquello que les da placer, que los
nutre. Es la cuarta «casa» del noveno trecenario, ze cohuatl 'uno
serpiente', los ilhuicapohtzitzintin 'compañeros celestes' de este
trecenario son Tlahuizcalpantecuihtli 'protector de la alborada' y
Xiuhtecuihtli 'protector del año', representante del fuego sagrado. Esta
cuarta «casa» nos trae la identidad nocturna de Tlaloc 'licor fecundante de
la tierra', lo que renueva nuestra capacidad de fecundar la mente de quienes
nos rodean para que puedan expresar, oralmente o por escrito, aquello que
está como mera idea.
síntesis: en el ilhuitl 'retorno' nahui tochtli 'cuatro conejo' nos
corresponde mostrarnos protectores de los demás, lo cual hacemos de manera
original y propiciante de la nutrición.
martes 3 de febrero de 2004, 12:43 horas
axcan ticateh macuilli atl ilhuitl ipan tititl ipan nahui acatl xihuitl
'hoy somos cinco agua (retorno) en encogimiento estiramiento (mes) en cuatro
cañavera (año)'
El numeral macuilli 'cinco' nos llega con la identidad diurna de Tlazolteötl
'fuerza armonizante de la basura', lo cual nos hace reconsiderar nuestra
actuación ética para renovar nuestros principios de acción, nuestro código
ético. Como identidad nocturna nos corresponde Mictlantecuihtli 'protector
de entre difunto', lo cual renueva nuestra aptitud para proteger nuestro
patrimonio cultural, para asumirnos como parte de lo que nos heredaron
nuestros ancestros. Como ave está presente caalotl 'cuervo'.
El retorno atl 'agua' pertenece al tlahuilcopa 'hacia el lugar de la luz',
el oriente, el rumbo del color cozauhqui 'amarillo dorado', el rumbo de
Quetzalcohuatl 'gemelo precioso', nuestra identidad colectiva, nuestro
instinto de pervivencia, nuestra identidad «yo género», que madura entre los
12 y los 18 años para manifestarse como nuestra «gemelidad», la fuerza
instintiva que nos genera un fuerte sentimento de pertenencia con los demás.
Es rumbo femenino, lo que nos hace solidarios, acogedores de las solicitudes
de otros para hacerlas propias y convertirlas en realidad operante. Por ser
atl 'agua', somos muy adaptables, muy dados a penetrar en los poros de las
situaciones para lograr lo que queremos. Por ser Xiuhtecuihtli Tletl 'fuego
protector de hierba' somos muy dados a iniciar proyectos grandiosos.
La dualidad macuilli atl 'cinco agua' nos hace renovarnos éticamente,
penetrar en los resquicios de nuestros principios éticos para descubrir
cualquier falsedad, cualquier posición ética que no corresponda a nuestro
sentir profundo, para transformarlo, para hacerlo fuerte. Es la quinta
«casa» del noveno trecenario, ze cohuatl 'uno serpiente', los
ilhuicapohtzitzintin 'compañeros celestes' de este trecenario son
Tlahuizcalpantecuihtli 'protector de la alborada' y Xiuhtecuihtli 'protector
del año', representante del fuego sagrado. En esta quinta «casa» nos llega
como identidad nocturna Xiuhtecuihtli Tletl 'fuego protector de hierba', lo
cual renueva nuestra aptitud para proteger lo que inicia.
síntesis: el ilhuitl 'retorno' macuilli atl 'cinco agua' nos hace renovar
todos los principios éticos que han dado muestra de desgaste, de
ineficienca, descubriendo su esencia protectora.
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