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Meditaciones para un despertar espiritual I (semana del 16 al 22 de  
febrero) 
Las meditaciones que se ofrecerán cada semana están pensadas para que  
desarrollemos en este año nuestro potencial como seres teniendo en  
cuenta las energías de este año 2004 y la misión que se espera de la  
humanidad este año. Nuestra energía Tendencial, lo que tenemos que  
alcanzar es la vibración de recogimiento, de interiorización, de calma,  
para poder recibir toda información claramente, sin confusiones,  
entender lo que está pasando para poder actuar en consecuencia y tener  
la mente abierta con capacidad de proyección y protección. Contamos con  
una fuerza especial en la que apoyarnos: la de nuestra mente neutral y  
nuestra capacidad de plegaria, porque seremos capaces de neutralizar,  
inspirar y orientar los aspectos de nuestras vidas este año 2004. 
Cada semana se presentará un meditación breve, unas preguntas para  
meditar sobre ellas y trabajar internamente en nuestra vida el punto  
tratado (se recomienda plantearse cada día de la semana una). Los  
aspectos que se ofrecerán constituyen un material inédito y con  
derechos de autor y no han sido tomados de obras publicadas. Una parte  
de ellos fueron redactados en el año 2003 y otros desde inicios de este  
año. 
 
Meditación de las raíces 
 
Puedes hacer está meditación en cualquier postura, pero te recomiendo  
que la hagas sentado sin cruzar las piernas y las plantas de tus pies  
en contacto con el suelo. Te recomiendo que te quites los zapatos y que  
lleves ropa cómoda. 
El objeto de esta visualización meditativa es obtener un mayor y mejor  
enraizamiento. 
Tómate el tiempo necesario entre visualización y visualización para  
lograr una mayor eficacia. Busca un ambiente silencioso en la medida de  
lo posible. También puedes practicar esta meditación en medio de la  
naturaleza. 
No importa el árbol que escojas, puedes variar de una ocasión a otra  
incluso, pero te recomiendo que escojas un árbol con el que te sientas  
identificado. 
 
Una vez sentado en la silla y tus pies en contacto con el suelo imagina  
que de las plantas de tus pies salen las raíces de un árbol y que estás  
crecen hondamente hasta el centro de la tierra, que siguen creciendo  
hasta atravesar el magma terrestre y sin quemarse beben de él, así como  
por las raíces y raicillas toman como alimento del agua de lluvia que  
empapa la tierra mojada, siente en su interior la savia que recorre las  
raíces. 
Ahora imagina que estas raíces están recorridas por una corriente de  
energía blancoazulada –lleva en sí todos y cada uno de los colores del  
arcoiris-, imagina que tus raíces son pura energía que te alimenta  
desde el centro de la tierra a donde te sientes profundamente  
enraizado. 
Ahora despacio imagina que por las venas de tus raíces discurre oro  
líquido, que tus raíces son de oro, oro vivificante. 
Ahora despacio imagina y siente que por las venas de tus raíces  
discurre plata líquida, que tus raíces son de plata, plata vivificante. 
A continuación imagina y siente que tus raíces se han llenado y por  
ellas corre platino líquido que te alimenta y de da vida. Tu energía de  
los metales preciosos está contenida a pesar de ser líquido dentro de  
la forma de las raíces de los árboles. Si lo estimas oportuno puedes  
incluir otros metales en esta meditación: recuerda que sean líquidos  
para que en su liquidez te transmitan la fluidez de vitalidad que tus  
raíces es menester que contengan para no caer en la tentación de tener  
unas raíces rígidas que te impidan moverte y avanzar en la vida. 
Ahora tranquilamente mira como tus raíces se van transformando  
lentamente en cristales de cuarzo (cristal de roca) que contienen  
drusas, puntas, gemelos tántricos… Contempla tus raíces de cristal como  
refulgen con los rayos de sol que emite la madre tierra en su interior,  
admíralas y contémplalas como admirarías esos cristales de cuarzo en  
una tienda, pero esos cristales de cuarzo están en tus raíces:  
admíralos y admira a su vez tus propias raíces. 
Haz este mismo ejercicio de los cristales de cuarzo (cristal de roca)  
con otros tipos de cuarzo: cuarzo rosa, cuarzo amatista, cuarzo  
citrino, cuarzo rutilado…., cambia después a otras clases de cristales  
como el jade, la malaquita, lapislázuli, el topacio, el rubí, los  
diamantes, las esmeraldas, el zafiro, la fluorita, etc., etc. Escoge de  
entre los cristales aquellos que más te gustan., mejor van con tu  
carácter y con tus emociones y sentimientos actuales, aquellos que  
mejor te permitan centrarte y realiza el mismo ejercicio. Recuerda que  
los cristales son seres vivos de alta vibración aunque su apariencia  
externa los pueda hacer aparecer fríos y sin vida, no te detengas sólo  
en su belleza exterior. Mira, siente y admira su belleza interior y su  
belleza exterior al tiempo que reconoces que tus raíces forman parte de  
esa belleza interior y exterior. 
Ahora debes mirar cómo tú eres un gran árbol con grandísimas raíces que  
penetran hasta el centro de la tierra y sentir que ningún vendaval te  
arrebatará o te arrancará de cuajo de la tierra porque tus raíces se  
hallan firmemente hundidas en ella. 
Para concluir la meditación recuerda que tenemos raíces terrestres y  
raíces celestes, de modo que tenemos también que realizar la meditación  
de nuestras raíces celestes, no sólo la de las terrestres como hemos  
hecho hasta este punto de la meditación. Invierte pues el proceso y  
realiza la segunda parte de la meditación como si de tu cuerpo fueran  
surgiendo raíces hacia el cielo y hacia el centro de la tierra creciera  
la copa de un gran árbol. Como ya dijimos no importa el árbol que  
escojas, pero no olvides que en la copa de tu gran árbol anidan  
pajarillos, que tu árbol es un árbol lleno de vida y que alberga en él  
y es capaz de albergar toda clase de vida. Repite cada una de las  
partes de la primera parte de la meditación y haz que crezcan en ti  
raíces celestes naturales, de luz, de oro, de plata, de platino, de  
cobre, de mercurio, etc., de cristal de roca, cuarzo ahumado, cuarzo  
amatista, etc., etc. 
En todo el proceso es importante que las raíces se nutran del subsuelo  
y luego del aire, la lluvia y el viento y que tu sientes como se nutren  
y crecen las raíces y crece el árbol. 
 
Preguntas: 
1ª.- ¿Te parece acogedora la casa en la que vives? ¿Qué proporción de  
tu tiempo pasas en tu casa (poco, mucho, etc.)? ¿La mantienes limpia,  
ordenada y en buen funcionamiento (grifos que gotean, puertas que no  
cierran bien, etc.)? 
2ª.- ¿Tienes alguna tendencia abusiva o compulsiva como drogas,  
alcohol, sexo, alimentación desordenada, gastos inadecuados o  
desproporcionados a tus ingresos, compras de cosas innecesarias, etc.? 
3ª.- ¿Materializas tus proyectos? ¿Los concretas? ¿Se quedan en ideas? 
4º.- ¿Cuidas y amas tu cuerpo: ejercicio, sueño, dieta alimentaria,  
higiene, salud (prevención y tratamiento)? 
5ª.- ¿Te sientes hundid@ o baj@ de energía? 
6ª.- ¿Eres propens@ a los accidentes: caídas, torceduras, golpes, etc.? 
7ª.- ¿Te apegas en exceso a tus creencias, valores, herencia(s),  
posesiones, dinero, personas que te rodean? 
© Rosa Gómez Casañ 
 
 
 
 
 
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