Asunto: | [GAP] homosexualidad | Fecha: | Miercoles, 16 de Junio, 2004 13:57:12 (-0400) | Autor: | mbelvede <mbelvede @....cl>
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Estimado Ricardo:
En base a tu respuesta a Gonzalo sobre el tema de la homosexualidad, he
sentido escribir esto, dirigido a tí, pero también a toda la lista, por
incluir cuestiones importantes que trascienden el tema mismo, por lo que te
ruego enviarlo. Lo he separado en puntos para mayor claridad.
Primero:
El concepto de enfermedad significa ausencia de armonía, pero no en
cualquiera de sus grados, sino una falta de armonía que alcanzando una
alteración de cierto rango, sobrepasa los sistemas de compensación
manifestándose finalmente en lo externo como un síntoma o conjunto
sintomático propio de la disfunción de que se trate.
Por lo tanto, decimos que un individuo está enfermo física o
psicológicamente cuando está manifestando un síntoma o conjunto sintomático
que evidencia una disfunción, la cual obstaculiza el cumplimiento del
objetivo para el cual fue diseñado en principio el sistema.
Por lo tanto, decir que una persona está enferma, o que una sociedad está
enferma, no es incurrir en ofensa alguna, no es un insulto, sino la
constatación desde el punto de vista del observador, de que los sistemas de
compensación han sido sobrepasados y el organismo ha entrado en un
desequilibrio.
Segundo:
Lo que es "canalizado" por un individuo desde la conciencia de un Maestro,
puede tener sin duda errores al pasar por el filtro del propio canalizador,
razón por la cual todo material de esa especie -y de cualquier otra
especie- debe ser evaluado a la luz de nuestro discernimiento.
Para los espiritualistas, es de toda conveniencia que dicho discernimiento
se base en tres cosas: sentido común, basado en la lógica concreta de
quien está procurando evaluar correctamente; intuición, desarrollada en
mayor o menor medida según el grado de pureza de los vehículos del
individuo; y conocimiento adquirido sobre la base de los grandes postulados
de la Ciencia Arcana y Sapiencial, Ciencia Sagrada legada por los grandes
Maestros e Iniciados que época tras época han dejado para la humanidad
revelaciones, en un conjunto armónico e integrado, completado generación
tras generación por los iluminados de cada época. Estas revelaciones o
conocimientos sagrados tienen como una de sus características distintivas
contribuir al conocimiento en forma totalmente coherente con la totalidad
espiritual en que se insertan -coherencia que es un sello distintivo y que
sirve para discernir- sin contraponerse jamás con los principios básicos
de la Sabiduría que nos han sido legados desde siempre. Sin este
conocimiento, le falta al ser humano el faro fundamental que guía sus pasos
hacia la Realidad.
Tercero:
Entiendo que esta lista, GAP, de la cual eres un representante, tiene como
uno de sus objetivos principales, por propia definición de votos, colaborar
con el despertar espiritual de la humanidad en lo que es por lo demás, el
momento más crítico de su historia. Esa responsabilidad requiere de
referentes específicos, que, debo asumir, nacen, como todo referente
espiritual, del conocimiento contenido en la Sagrada Ciencia, fundamentada
en las tradiciones espirituales y aportes de los Maestros e Iniciados de
todos los tiempos, que constituye una edificación sólida y luminosa porque
cada uno de sus ladrillos ha sido aportado, transportado a este plano de la
existencia, por seres que depusieron cualquier sentido de lo personal en
aras de la Verdad, refrendando eso con la totalidad de su existencia.
Cuarto:
El que los mensajes de Alice Bailey hayan sido escritos hace más de 50 años
no es una razón para demeritar su contenido. La antiguedad de un mensaje o
de una revelación no puede ser razón de que lo demeritemos juzgándolo
anticuado o contrario a los dictados de la ciencia actual. Primero, porque
si bien la ciencia actual determina en su análisis cuestiones precisas y
medibles material o estadísticamente, está lejos, muy lejos aún, de
entender el sentido profundo de esos fenómenos que estudia y desconoce por
lo demás en forma absoluta las leyes cósmicas que alumbran el movimiento de
los fenómenos. La ciencia actual desconoce al Espíritu, por lo que
corresponde justamente a los estudiantes de la Ciencia Sagrada que ejercen
cada día su esfuerzo hacia la Claridad y la Verdad, arrojar la luz de lo
profundo sobre cualquier conjunto fenoménico cuya alma está fuera de la
vista de la ciencia actual. La ciencia nos aporta infinidad de análisis;
está bien; pero la interpretación que los enlaza debe ser puesta por
nosotros en el contexto trascendente que corresponde. No es la ciencia
vigente nuestra referencia; nuestra referencia es justamente el Cuerpo de
la Revelación, que viene siendo desplegado desde la remota antiguedad y que
no puede ser tergiversado bajo el pretexto de que por ser antiguo está
fuera de moda, es "anacrónico" (??) o que por haber sido entregado previo
al desarrollo científico moderno queda descalificado. Decir algo así sería
por parte de quien lo afirmara, reconocer que no ha valorado ese Cuerpo de
Revelación ni la jerarquía de los pilares sobre los que él se yergue,
pilares que lo alumbran entero, nivel por nivel y pieza por pieza, en una
integración y verdad que sólo puede ser descubierta cuando se empieza a
recorrer el camino. Decir que la enseñanza canalizada por Alice Bailey no
está "vigente" en algún aspecto por haber sido escrita hace 50 años y no
congeniar con las afirmaciones de la ciencia actual, es una enorme
responsabilidad y no puede hacerse seriamente sin remontarse a las causas
profundas de lo que ella expone, en que trasunta un conocimiento que tiene
que ver con la medicina oculta, con la historia de las humanidades y sus
procesos evolutivos, con las condiciones y movimientos de cada raza y de
cada ronda y con los designios del plan de la Jerarquía Espiritual para la
liberación del ser humano. Quién entre nosotros tiene un bagaje que le
permita disentir de las enseñanzas canalizadas por A. Bailey y modificarlas
con fundamento espiritual?
Quinto:
Creo que todos esperamos que cuando se nos envíe un extracto de algún texto
original de cualquier índole, éste no sea censurado, modificado o castrado
de forma alguna, puesto que ello sólo redunda con toda probabilidad en la
modificación del sentido primero que el autor quiso imprimirle. Además,
cuando ese cambio en el texto se opera sobre un escrito que forma parte ya
de las referencias y joyas espirituales entregadas a la humanidad, como es
el legado de Alice Bailey en su servicio al Maestro Tibetano y a la
Jerarquía, el daño es claro y profundo.
Los espiritualistas no podemos darnos el lujo de ser "contemporizadores",
es decir, no podemos ni debemos adecuar nuestras acciones o nuestros dichos
al inconciente colectivo, a los parámetros dados por la mentalidad vigente
en la sociedad, aun cuando signifique ataques o pérdida de seguidores o
aparecer como anticuados, porque de hacerlo así, el carisma que distingue
al espiritualista y su condición de referente para las transformaciones
espirituales de la cultura, desaparece. De modo que, si un texto citado
como parte de una enseñanza reconocida como válida, contiene algo que puede
ofender a algunos o aun a muchos, o algo que "parece" errado a la luz de la
ciencia actual, debe sin embargo prevalecer el coraje de no adecuarse a
las expectativas sino ceñirse a la verdad del texto.
Sexto:
Entre los espiritualistas, no puede desconocerse que la Jerarquía
Espiritual Planetaria es todo lo que tenemos: NO HAY MÁS. Qué somos los
seres humanos, perdidos hace tanto en el camino, sin esa Jerarquía de
Viejos Caminantes que nos alumbra el camino. La Jerarquía ha sido nuestra
Luz, nuestro báculo, nuestro alero, y sin ella jamás -léase, jamás-
habríamos podido salir de este laberinto, al menos no como humanidad,
porque tan sólo unos pocos habrían encontrado el camino para escuchar a su
Ángel Solar en la aridez espiritual absoluta del mundo material. Si un
sector de la humanidad tiene esperanza y aun, certeza de salir de la
oscuridad, se le debe sola y exclusivamente a esa Jerarquía, que no es un
sustantivo más, sino la vara piadosa que nos mide, la llave que nos abre la
puerta, el faro que nos guía, porque los velos que nos han cubierto, el
ensueño que nos ha envuelto, son tales, que la humanidad estaría perdida
sin esa ayuda única. Es la Compasión y la Misericordia lo que une a esa
Jerarquía con nosotros y no cabe sino entender que el trabajo de estas
listas como GAP, es justamente, el de apoyar el plan que ella sustenta,
porque un organismo desligado de esa Jerarquía podrá efectuar muchas
labores sinceras pero no podrá de modo alguno estar en el servicio más
urgente que requiere esta época. Por lo tanto, no hay "fanáticos" de la
Jerarquía (con mayúscula) sino seres que reconocen humildemente donde está
su limitación, donde está su esperanza y donde estará depositada por
siempre su gratitud más profunda, que sólo se puede comprender con las
razones ocultas del corazón.
Séptimo: La Tolerancia
Está de moda, al menos en el discurso. Hay que ser tolerante. Qué es la
tolerancia? Desde luego, no es validar lo tolerado, ni aceptarlo como
verdadero o correcto. Sí es permitir que otros vivan (o digan) lo suyo, ya
sea porque es su elección o porque no visualizan por el momento posibilidad
de ejercer otro camino (en lo cual no hay elección). Pero lo importante,
me parece, para esta época que tanto predica la tolerancia, es decir que
tolerar no es aceptar todo como válido; no es creer que todo da lo mismo y
que todas las posturas, discursos y actos deben ser permitidos para
respetar la "libertad" de las personas. Por eso no "toleramos" a los
ladrones, a los asesinos, a los pedófilos, a los dictadores. Es que hay
algo que se llama ética. Hay una ética de la mente concreta válida para la
sociedad aún "vigente" y hay una ética del Alma, válida para los
espiritualistas del mundo.
La ética nuestra, como espiritualistas, pasa evidentemente por el Bien
Común. Pero no cualquier bien común, sino el bien común mirado en la
perspectiva de la evolución espiritual de los seres. Es diferente ser
anuente con los requerimientos del ego, en cualquiera de sus mecanismos, a
ser propicios a las necesidades del ser superior, del amor universal, de la
purificación del ser, de la elevación de una sociedad. Una cosa es permitir
y otra es validar, y otra más -indeseable- es decir que cada uno puede
hacer lo que se le de la gana en su "metro cuadrado" (el metro cuadrado es
ego puro). Si estamos para transformar las cosas de este mundo a través de
nuestra propia transformación, nuestra claridad valórica y ética debe ser
prístina desde el corazón y en lo posible no contaminada con los profundos
errores de la cultura actual. Tolerar no es confundir, mezclar, relativizar
ni conceder verdad donde no vemos verdad.
Octavo:
Dices en tu respuesta a Gonzalo que creer que la "preferencia" sexual es
una cosa de Karma, es un sentimiento "fatalista". Esta frase es errónea.
La conducta sexual no es una cuestión de preferencia. Hay un mundo inmenso
de antecedentes -biografía y biología en esta vida, y, justamente, karma,
en todo lo que trasciende esta particualr vida- que determinan la
disposición sexual de un individuo. ¿Es que los miles de millones de seres
humanos que pueblan hoy la Tierra ejercen realmente "preferencias"? ¿Es
que no nos damos cuenta en qué medida estamos determinados por las fuerzas
ancestrales del ego? Desde cuándo los espiritualistas entendemos que el ser
humano ya despertó y elige en conciencia sus caminos? ¿No vemos el sueño
profundo de esta humanidad, que parece aún más profundo hoy de lo que nunca
haya sido, en tanto que unos pocos miles se esfuerzan con las únicas
herramienttas posibles -honestidad y humildad- para alcanzar atisbos de
verdadera Luz? ¿No es nuestra lucha de cada día y nuestra tarea, tratar de
ayudar en el plan, para despertar a cuantos sea posible, mientras las
fuerzas del Anticristo barren con el mundo haciendo abiertamente adorar -ya
desde hace mucho tiempo- el día jueves? ¿Es que no vemos que nuestra
arrogancia colectiva, nuestra facilidad para ofendernos por todo, nuestros
lenguajes cotidianos que trasuntan descuido e ignorancia metafísica, la
expresión desordenada de nuestras emociones, el manejo del dinero, las
fantasías que alimentamos en el secreto de nuestros deseos, todo, todo,
está absolutamente entronizado en el ego? Es que no somos capaces aun
nosotros, que nos autodenominamos espiritualistas, de reconocer las sutiles
manifestaciones del ego a cada instante, permitiendo que nos seduzca y
engañe segundo a segundo? No puede haber mayor triunfo para la oscuridad
que hacer enredar a los buscadores de la luz con los hilos de su propia
búsqueda, haciéndolos sentir espirituales cuando sólo manifiestan
expresiones brillantes, cultas y sofisticadas del mismo ego que aparece
burdamente en otros. "Aún los elegidos podrán ser engañados". Si la fuerza
operativa de la Luz en todo el mundo, cae también en la ausencia de real
pensamiento, ¿qué esperanza cabe?
No existe tal cosa como "preferencias" sexuales. La disposición está
enraizada en un cúmulo de factores que requeriría muchas páginas revisar.
Siendo el Karma como es, la Ley Cósmica de Causa Efecto - esto es, la
Lógica Universal de la complementariedad de los movimientos- que opera
dentro de la esfera de lo creado en respuesta a los movimientos de todos
los seres, y también desde "fuera" de la esfera, como impulso y propósito
único que alienta lo creado, el Karma abarca todo lo existente. ¿Podrá ser
"fatalista" el sentimiento de estar sujeto a un Karma, en circunstancias
que es una absoluta realidad? Lo que sucede es que, de tanto hablar del
Karma, nos hemos olvidado de hablar del Darma, que es aquella disposición
conciente de un ser a danzar con su Karma para ajustarlo, para iluminarlo,
para resolver los karmas menores en aras de cumplir con el karma mayor que
es la realización de Dios en nosotros. Allí está la libertad posible para
cada uno de nosotros. Si hemos avanzado hasta el punto en que podemos
escuchar las proposiciones del Alma y, pese a los esfuerzos y renuncias que
ello implica, estamos dispuestos a seguirlas, he ahí un Darma asumido en
cuanto actitud, que sólo puede conducir a un desenredo de los nudos y a
una mayor Luz. ¿Quién está dispuesto a "escuchar"? ¿Quién está dispuesto a
ser "obediente" con lo que escucha? Quién está dispuesto a deponer toda
defensa de su ego y a simplemente reconocerlo, "pillarlo" momento a
momento? En cuanto lo deponemos y soltamos la arrogancia de todas nuestras
autodefensas, la información entrante empieza a fortalecerse y la curiosa
dualidad vertical empieza a manifestarse.
Noveno:
Ricardo, tomas como referencia a la siquiatría moderna, diciendo que ella
quitó de su lista de enfermedades a la homosexualidad hace varias décadas.
Sin perjuicio que en cada caso sea o no una enfermedad, debo repetir que la
ciencia actual no sabe del Alma, no sabe del Espíritu, y cree que la
disección psicológica o física de los seres permite encontrar su esencia y
la esencia de sus disturbios, introduciéndose en su esfuerzo en
denominaciones infinitas, en clasificaciones infinitas, en confusiones
infinitas, que siempre podrán ser muy certeras en la definición parcial de
un fenómeno, pero que nunca, nunca mientras no se abra a los medios
superiores de entendimiento y conocimiento, podrá dilucidar en sus orígenes
y en su sentido último. Cómo es que, siendo la ciencia moderna parte de
toda la cultura moderna, que sabemos posee un error de vida profundo, la
tomamos como referencia?
Decimo y último:
Quienes dicen que en la homosexualidad hay un desequilibrio energético, no
son sanadores "despistados" como afirma tu escrito, Ricardo. En efecto,
dicho desequilibrio existe, rotundamente. Es necesario entender que ni tú
ni yo, ni ninguno de los hermanos que leen esto, está demasiado equilibrado
energéticamente. Eso es practicamente imposible moviéndonos como lo
hacemos, cada día, en un sin fin de corrientes desequilibradas que abrasan
el planeta. A lo más, conseguimos un "equlibrio inestable", en un perpetuo
movimiento de búsqueda del ajuste, de la respuesta más armónica posible a
toda la desarmonía que brota de distintas fuentes que no sólo, desde luego,
son externas, sino también internas. Por lo tanto, decir que en el
homosexual hay un desequilibrio, primero, no es mentira, segundo, no es
ofensa (¡cómo podría serlo!) y, tercero, incluye decir que que el
desequilibrio, en el particular caso del homosexual, afecta con especial
fuerza justamente esa esfera, su sexualidad, por razones profundas y
complejas, que, aunque no sean comprendidas, no obstan sin embargo la
posibilidad de un camino de alineamiento, de afinamiento, hacia una mayor
fuente de equlibrio y armonía. ¿Qué creo que falta en la mayoría de
homosexuales y lesbianas ? (y en la mayoría de todos nosotros) : La
capacidad de mirarse a sí mismos sin prejuicio, sin necesidad de proteger
lo que creen su identidad. Si fuera el caso de uno que busca sinceramente
la iluminación, vale para él (o ella) lo mismo que para todos los demás:
dejar de alimentar la importancia personal, deponer la autodefensa,
entender que el ego no es más que un mecanismo que debe ponerse al servicio
de una entidad superior, soberana y libre, que es nuestro ser espiritual,
escuchar humildemente lo que propone el conocimiento espiritual y la voz
del silencio y encontrar en esa honesta entrega al Alma, el camino hacia
una mayor integridad y armonía del ser. Ninguna postura del ego es
defendible. La disposición sexual, tal como entendemos la sexualidad, es
una cualidad del ego y no del Alma, por lo cual, al igual que cualquier
otra disposición del ego, debe ser puesta en el crisol de la transformación
bajo la guía interna, practicando en relación a ello la que es tal vez la
más difícil de las prácticas: el Desapego.
Definirse como espiritualista o como servidor del Plan Espiritual o de la
Luz, implica una pertenencia y una identificación bajo una Entidad o Ley
superior que nos trasciende al tiempo que nos agrupa bajo la misma égida.
Esa Entidad está representada en la Jerarquía Espiritual Planetaria, como
mediadora de los planes de Dios para esta esfera: una esfera, un Plan, una
Jerarquía Espiritual al servicio de ese Plan. Nos corresponde, a través del
desarrollo interno, sintonizarnos con lo único que nos enlaza con esa
Jerarquía y con la promesa de un nuevo Cielo y una nueva Tierra : nuestro
propio ser espiritual, hilo dorado que conduce desde nuestra limitación e
ignorancia, a lo Infinito y a la Suprema Sabiduría.
Fraternalmente siempre,
Myli
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