El ferrocarril
aéreo entre las Minas de Tierga
y Calatayud
Philippe Vivez
Fuente : SEDPGYM (Octavio Puche)
UNA
REVOLUCIÓN EN EL TRANSPORTE DE LA MINA
Al salir de la galería de mina, la vagoneta
abandona el contenido de mineral, para seguir su recorrido hasta el lugar donde
será tratado. Puede ser en tolvas, canales inclinados o ferrocarriles, que sean
de vía estrecha o de vía normal. Pero si la zona de llegada se encuentra en
parajes más o menos escabrosos, estos medios de transporte tendrán dificultades
para franquear los obstáculos. Por este motivo, a partir de finales del siglo
XIX, se desarrolló la técnica de los ferrocarriles aéreos,
trenes de vagonetas desplazándose a lo largo de cables aéreos, técnica que llegó
a ser un eslabón imprescindible en el proceso de explotación.
Revoluciaron el transporte en las zonas accidentadas
como los ferrocarriles terrestres la hicieron en las
zonas llanas. Sustituyeron las caravanas seculares de mulas, permitiendo así el
transporte mucho más rápido de todo tipo de materiales en cantidades mucho más
importantes en terrenos quebrados.
"Ninguna otra vía, en
efecto, salva mejor que el [ferrocarril aéreo] los obstáculos naturales como
valles, ríos, torrentes, etc., ni cruza más fácilmente vías de otra índole,
como carreteras, ferrocarriles o canales, gracias a la posibilidad de instalar
trayectos o tiradas de hasta 1.500
metros sin un solo apoyo, ni permite tampoco salvar
desniveles de tanta importancia con pendientes de hasta 50 o 60 por 100."
Por eso, "en muy pocos años [los ferrocarriles aéreos]
hayan alcanzado la enorme importancia a que hoy llegan en todos los países, no
siendo España el más atrasado en la materia, pues se transportan hoy por ese
procedimiento, cerca de 6.000.000 de toneladas anuales de mineral, en una
longitud total de estas vías muy próxima a 450 kilómetros."
Sus capacidades de franqueamiento
permitieron alcanzar zonas de explotación que antes eran demasiado alejadas
para ser rentables, favoreciendo así el desarollo de
la minería española. Este punto podría ser un interesante tema de estudio.
FABRICACIÓN INDUSTRIAL, MONTAJE ARTESANAL
El sistema de construcción de estas
instalaciones (castilletes, estaciones de varios tipos, etc.) podía utilizar la
madera o el hormigón. Pero a menudo, utiliza una técnica similar al "meccano": se combinan entre ellos un número limitado
de elementos (como hierros planos, perfilados en L, perfilados en U) unidos
entre ellos por tornillos y tuercas. Se eligió
este sistema por dos razones: en esa época la soldadura no era aún
suficientemente autónoma como para ser utilizada en zonas de montaña así pues
no se podían fabricar grandes estructuras con refuerzos soldados. Además, los
diferentes elementos deben ser lo bastante ligeros como para ser transportados
por mulas o cargados a hombros o bien aún subidos con cuerdas a sitios poco
accesibles. La elaboración y el montaje de este sistema son muy sencillos, pero
se requiere mucha habilidad para llegar a obtener un resultado adecuado, de lo
contrario los castilletes se enroscarían y los rodillos no estarían alineados,
lo que provocaría un desgaste rápido, incluso el descarrilamiento del cable.
Este tipo de construcción es pues el testimonio de una época que utilizaba los
materiales fabricados de manera industrial pero que requerían aún el saber y la
habilidad del artesano.
No obstante, un tema de arqueología
industrial tan importante como éste, apenas se conoce, y va borrándose poco a
poco de la memoria colectiva, porque goza de muy pocos estudios de
investigación.
EL
EJEMPLO DE LA LÍNEA
TIERGA - CALATAYUD
El ejemplo de la línea entre la mina Santa Rosa (Tierga) y Calatayud podría ser un buen motivo de estudio
para ilustrar este tema, porque fue la de mayor longitud de España con 26.821 m.
Pero de ella sólo conocemos cinco fotos, el
perfil de la línea y los datos siguientes:
- tricable
Pohlig (Colonia) con
- 4 secciones
- 3 estaciones intermedias, con una de ángulo, una con motor Siemens de 5.000
voltios y 120 H.P.
- 7 estaciones tensoras
- 245 apoyos metálicos
- 2 vanos (espacios entre dos castilletes)
de 825 y 904 metros
- cables-vías de 32 y 23 mm,
cable tractor de 18 mm
- 492 vagonetas de cuatro ruedas, cada una
de
- 360 kilógramos
de peso en vacío
- 500 kilógramos
de carga máxima, colocadas a
- 110 m de distancia
- 2,75 metros por segundo
de velocidad (10 km/h)
- 45 toneladas de capacidad horaria
La línea franqueaba una vía de ferrocarril,
tres ríos, trece caminos y carreteras protegidos con nueve "puentes
protectores".
Sin duda su construcción tuvó
un gran impacto en Calatayud y en sus alrededores, en la vida económica y
social. Como anécdotas, Adolfo Cebollada Martinez,
jubilado de la RENFE en Calatayud, nos contó que la almagra que tranportaban las vagonetas quedaba en el suelo, sobre los câbles, una línea colorada de 27 km
de longitud. Cerca de la estación de ferrocariles, un
edificio, que aún puede verse al lado de la carretera, estaba situado sobre el
trayecto y algunos lo llamaban "la casa roja".
El estudio de los archivos y la compilación
de los testimonios, todo está por hacer.
A LO LARGO DE LOS CABLES
DESAPARECIDOS
En el campo, en la zona de la mina actual de
almagra que sigue aún funcionando, podemos ver el emplazamiento de la antigua
vía del ferrocarril donde llegaba el mineral, una trinchera excavada en la roca
y el terraplén de cargamento. Un edificio antiguo se ha sobrealzado y lo
utiliza actualmente la
empresa PROMINDSA. De la estación del cable aéreo sólo se
conserva la excavación para los cimientos, en la cual se destacan los pozos de
los contrapesos. Con el fin de que los castilletes sean de poca altura, se ha
excavado el suelo. Así, las trincheras que se encuentran en las cumbres
permiten seguir el itinerario de la línea en el campo. A partir de la primera
cumbre excavada, los prismáticos permiten observar a unos dos kilómetros y medio la cumbre siguiente en la cual se perfila una
escotadura y una roca gorda que es, en realidad, la ruina de la choza de los
vigilantes del cable aéreo. Entre las dos cumbres, la línea pasaba por encima
de campos y almendrales, en las cuales se nota un montón de piedras singular.
Al acercarse a este montón, se observan trozos de murallas desprendidas y
cuartos de cilindros, de casí un metro cúbico cada
uno, constituidos de un hormigón grosero, con muchas más piedras que cemento.
Estos cuartos de cilindros estaban encajados en una estructura metálica,
formando los contrapesos de tensión de los cables. Estamos, según el dibujo del
perfil de la línea, en la estación de tensión n° 1.
Al seguir completamente el trazado de la
línea, podría obtenerse la descripción arqueológica de la instalación. De
esto, si se añade el estudio de los archivos y la compilación de los
testimonios, se podría hacer una evocación viva para sacarlo del olvido en el
que está actualmente este espectacular representante de los ferrocarriles
aéreos.
Javier Subiràn Reyes
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