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Asunto: | [MESHIKO] Los migrantes: Un nuevo sujeto político transnacional | Fecha: | Sabado, 3 de Enero, 2004 11:08:48 (-0600) | Autor: | Anáhuak Net <redanahuak @..........org>
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Los migrantes: Un nuevo sujeto político transnacional
Los migrantes: Un nuevo sujeto político transnacional
Mario Roberto Morales
Siglo Veintiuno. Guatemala, diciembre del 2003.
Los migrantes guatemaltecos sostienen con sus remesas a más del 30 por ciento de la población de su país. Las de los salvadoreños superan todos sus rubros nacionales de exportación y con esas divisas cubren el 90 por ciento de su déficit comercial. Las de los migrantes de Honduras y Nicaragua, República Dominicana y Haití, constituyen la principal fuente de divisas de sus países. En México, las remesas son el primer rubro nacional de ingresos, superando los que produce el petróleo y el turismo. En Ecuador, el millón de ciudadanos expulsados por la dolarización local envió el año pasado mil 200 millones de dólares a sus familiares, convirtiendo sus remesas en la segunda fuente de ingresos de su país. En Perú, sus migrantes envían los mil millones de dólares anuales necesarios para estabilizan la economía nacional. Y en Brasil y Colombia, las remesas equivalen a las exportaciones nacionales de café.
Quince millones de migrantes latinoamericanos enviaron este año 30 mil millones de dólares a sus países. No son pues las agroexportaciones de las oligarquías ni las imploradas inversiones extranjeras ni los TLC o los CAFTA lo que mantiene a flote nuestras economías. Tampoco las recetas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que en cambio provocan desastres como el de Argentina, entre otros. Tampoco son los arrogantes "perdones" de una deuda ilegal los que palian nuestros problemas económicos. Mucho menos lo son las donaciones de la AID, los préstamos del BID o las erráticas y "políticamente correctas" erogaciones de la cooperación internacional, que se esfuman en los bolsilllos de sus burócratas activistas (valga la contradicción).
Son los humildes y gloriosamente mugrosos cheques de 50, 100 o 200 dólares que llegan mensualmente desde Estados Unidos, España y otros países los que mantienen funcionando nuestras economías (dando de comer de paso a los infulosos intermediarios que oportunamente se encargan del trámite bancario correspondiente), aunque no sería justo omitir en este cuadro de informal "economía real" los dólares que "lavan" los inefables narcos que en su desempeño persisten en decorar con más muertos nuestras ya de suyo ensangrentadas calles.
Vergüenza de vergüenzas para las oligarquías cuyos proyectos económicos expulsan a ciudadanías enteras que tienen que sostener a sus familias y a sus países desde el extranjero, y vergüenza también para quienes siguen repitiendo como loros que hay que privatizar los activos del Estado y reducirlo a una oficina administrativa de burócratas serviles. Vergüenza de vergüenzas para esos estirados gerentillos egresados de rimbombantes escuelitas de administración de empresas que, tragándose su devaluada pose de demiurgos creadores de empleo y de riqueza, se ven forzados a abrir vistosos changarros (y hasta oenegés) para captar algo de la mugrosa dolariza que nuestros sombrerudos, botudos y uñudos compatriotas polvorientos y bigotones (esos que infestan gloriosamente los aeropuertos gringos acarreando suegras y madres añosas, niños mocosos, objetos familiares y apestoso pollo frito en feas cajas de cartón amarradas con mecates) produce limpiando inodoros, sirviendo mesas, cortando naranjas, uvas y manzanas, y, ahora, para colmo, lidiando con Terminator, quien les arrebató sus licencias de conducir, por lo que se la tienen jurada (veremos quien termina con quién).
Nuestros compatriotas más pobres no sólo sostienen a sus familias y a las economías de sus países sino contribuyen a sostener las de los países a donde emigran. De hecho, los migrantes (legales e ilegales) existen en Estados Unidos y en cualquier otro país sólo porque esas economías los necesitan. Que lo diga Wall-Mart, que recién evidenció que parte del secreto de su éxito y expansión consiste en pagar bajos salarios a ilegales que no reclaman derechos ni prestaciones.
Cuando los migrantes descubran su decisivo papel económico en los países que sostienen, descubrirán también su enorme poder político, y entonces ese nuevo agente transnacional de cambio que ahora no tiene conciencia de su importancia, contribuirá -mediante su efectiva acción organizada- a transformar las relaciones internacionales de la globalización corporativa, quizá con miras a la equidad y la justicia.
http://www.lainsignia.org/2003/diciembre/soc_018.htm
Nueva Información para el cambio...
http://www.laneta.apc.org/redanahuak
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