Asunto: | [MESHIKO] Benigno sobre lo que supo despues de regresar de Bolivia / Epilogo a Memorias de un soldado cubano. Vida y muerte de la Revolucion, de Dariel Alarcon Ramirez: 'Benigno'. | Fecha: | Martes, 18 de Octubre, 2005 13:36:11 (-0500) | Autor: | Programa Interredes <redanahuak @...............mx>
|
From: Sylvia María Valls <mailto:smvalls@...>
To: redanahuak@...
Sent: Monday, October 10, 2005 5:11 PM
Subject: Benigno sobre lo que supo después de regresar de Bolivia...
Estuve horas para limpiar este texto después del escaneo... El que habla es
un fiel del Ché... Hay otras opiniones en relación a su figura... Dicen
algunos que le tenía mucho miedo a Fidel. No sin razón... pero se confió
más de la cuenta, sólo que ya sabría desde mucho antes que estaba perdido.
En otro lugar del libro cuenta Benigno del sueño bolivariano del Ché... Creo
que los dos, Fidel y él, cada cual aspiraba a ser otra figura de esa
magnitud y que de cierta forma han ido más lejos, sólo que sin llegar a
ningún lado tampoco...
La idea bolivariana sigue por realizarse y ya no puede ser sino con base en
una *autonomía municipal* para todos a partir de las biorregiones y de una
separación tajante entre el concepto de nación y el de ciudadanía...
distinción que el estado mexicano ha comenzado a hacer pero un poco a
ciegas...
A los cubanos les falta ponerse las pilas también porque todo lo que me
llega de la disidencia sólo demuestra una espantosa falta de análisis y
sobre todo de imaginación.
Saludos afectuosos de Sylvia María...
A ver para cuándo nos reunimos en torno a la idea de hacer un balance...
CAFÉ AU LAIT... con el negro del café y el blanco de la leche, para saber
mejor dónde estamos parados y a dónde queremos ir...
http://www.institutosimoneweil.net
-----------------
Epílogo a Memorias de un soldado cubano. Vida y muerte de la Revolución, de
Dariel Alarcón Ramirez: ³Benigno². [ Memoria. Fábula Tusquets Editores,
2003, 1ra edición Colección Andanzas, marzo 1997.]
Combatiente y participantes de la guerrilla en Bolivia (y en Cuba y en
África, bajo el mando del Ché, quien le enseñó a leer y escribirŠ)
Epílogo
La publicación de este libro constituye un acto político en el que pongo de
manifiesto mi ruptura con el régimen de Fidel Castro. Obviamente, el lector
se preguntará: ¡cómo es posible un cambio tan fundamental y tan brusco en un
hombre que fue combatiente de la Revolución cubana desde la época de la
Sierra Maestra, que fue un compañero del Ché Guevara en África y en Bolivia?
Empezaré con una aclaración al respecto, dirigida a mi pueblo. No se trata
en absoluto de un cambio brusco, pues mi juicio ya vino modificándose desde
que regresé de Bolivia en el año 1968, muerto el Ché y casi todos nuestros
compañeros. Sentí la necesidad de hacerme una visión más clara de las cosas.
Desde aquel entonces comencé a hacer una serie de preguntas, tanto al mismo
Fidel como a los funcionarios del aparato cubano que estuvieron involucrados
directamente en la organización de la guerrilla en Bolivia, Y fueron
preguntas muy sencillas; -acaso no tenía Cuba la posibilidad de enviar a
gente a Bolivia para buscar información sobre nosotros?, (como era posible
que hubieran retirado a Francia al único contacto cubano que nos quedaba en
La Paz?, ¿por qué siguieron pasando mensajes por radio pidiendo noticias sin
hacer algo más?
Y las respuestas que oí no me convencieron; yo entendí que se me ocultaba
algo bastante serio. Que estaban disimulando una verdad horrorosa; me surgió
la idea de que tal vez el gobierno cubano, fríamente, había decidido
deshacerse del Ché Guevara.
Algunas personas, antes que yo, ya habian comentado esa idea. Pero me
costaba creer que semejante masacre hubiera sido fríamente organizada. Sin
embargo, al transcurrir los años, me fui dando cuenta de que la desaparición
del Ché había significado un alivio para muchos dirigentes cubanos, porque
era él quien mejor vea todas las cosas malas de la Revolución, y las
señalaba.
Finalmente, por ser miembro del Ministerio del Interior y conocer a muchos
miembros de los servicios de Inteligencia y de Contrainteligencia, logré
saber, a través de miembros del KGB soviético (entre ellos un teniente
coronel hispano-soviético llamado Angel, a quien sobornamos con ron y tabaco
cubanos), una informacion que confirmaba mis sospechas: que en el mes de
noviembre de 1966, el secretario general del Partido Comunista boliviano,
Mario Monje, había estado en la Union Sovietica y que de allí había ido a
Cuba para después regresar de nuevo a !a URSS; que cuando ya ingresó a
Bolivia, a fines de diciembre, se había entrevistado con Fidel así como con
la alta jerarquía soviética.
Más tarde, Armando Campos y Ariel, funcionarios del Departamento América,
me confirmaron, muy confidencialmente, esta versión de los hechos. Me
dijeron que Mario Monje, en efecto, llegó a La Habana a fines de noviembre,
principios de diciembre, lo alojaron en una casa de Protocolo en Cubanacán,
y que Fidel lo habia acaparado sin dejarlo hablar con nadie. De esto el Ché
nunca supo nada.
Cabe entonces suponer que, cuando Mario Monje le niega al Ché Guevara su
participación y la del Partido Comunista boliviano en la lucha armada, Fidel
era conocedor de toda aquella situación y tuvo a todo nuestro pueblo
engañado durante años. Lo más indigno fue que, después de haber mandado al
Ché a la selva boliviana a ser matado, lo tomó como bandera para hacer
trabajar al pueblo, porque el pueblo de Cuba siempre quiso mucho al Ché y
sufría por su desaparición. Todo esto me llevó de nuevo a pensar que, de
igual manera, bien podía haber desaparecido Camilo Cienfuegos en 1959. Al
triunfo de la Revolución, Camilo era, junto con Fidel y el Ché, una de las
personas de mayor popularidad, por lo que Raúl Castro le tenía mucha
envidia. Tal parece que las personas que el pueblo amaba demasiado, de una
forma u otra, habilmente, había que hacerlas desaparecer.
Hoy pienso que en el asunto de Bolivia no hubo ninguna cobardía de parte de
Mario Monje, como se creyó, sino que éste actuó respondiendo al pedido de
Fidel, el que, a su vez, actuaba bajo presión de los soviéticos que lo
amenazaban de suspender su ayuda económica a Cuba si continuaba apoyando a
los movimientos revolucionarios de América Latina.
Fidel entonces, acorralado entre la presión soviética y su compromiso con la
línea de la lucha armada, se dedicó a manipular a todos aquellos
movimientos, alimentando divergencias entre ellos para desmoralizarlos,
hasta el punto de que todos aquéllos que fueron a entrenarse a la isla, al
cabo de cuatro o cinco meses se fraccionaban en dos o tres grupos,
debilitados, y a veces llegaban hasta disolverse. Verdaderamente Cuba
realizo contra ellos, en su propio territorio, un trabajo que más bien le
correspondía haberio hecho a la CIA.
La ambición de Fidel fue siempre la de aparecer como el Bolivar, el Sucre, o
el San Martín cubano, con aún más importancia histórica, pero en los hechos
no hizo sino traicionar a Latinoamérica. Otro ejempio de esta traición es su
actitud hacia México, el único país que siempre le brindó amistad a Cuba:
Fidel aseguraba que jamás daría el más mínimo apoyo a ninguna organización
mexicana, pero yo personalmente he entrenado a mexicanos en Cuba, y a
peticion del Departamento América, y he dado conferencias a los rebeldes de
Chiapas para explicarles acerca de mis experiencias junto al Che.
Por otra parte, me iba quedando siempre más claro que mi Revolución se había
convertido en algo bastante extraño. En años anteriores solíamos hablar del
entreguismo de Cuba a los norteamericanos, pero nosotros igualmente ibamos
practicando un entreguismo --ya no a los norteamericanos, sino al llamado
campo socialista--, y esta politica no hacía más que postergar nuestro
desarrollo, de forma tal que nuestra Revolución seguía estancándose,
mientras todas nuestras riquezas y nuestros bienes estaban yendo al campo
socialista.
Me fui dando cuenta de que el Ché tenía toda la razón cuando fue capaz de
denunciar aquella situación. For eso el Ché fue acusado de trotskista o de
prochino, y aquello derivo en grandes discusiones con Fidel. También así se
explica que él hubiese ido a luchar a Africa. Y a su regreso del Africa, yo
empezaba a descubrir por qué el Ché no quería regresar a Cuba; por los
problemas que tenía con el gobierno cubano, especificamente con Fidel y su
hermano Raúl.
En Cuba se desarrollaron situaciones muy turbias y se formaron aparatos como
el MC (Moneda Convertible) --departamento que se creó con el objeto de
obtener divisas extranjeras a como diera lugar. Una de las primeras cosas
que hizo fue la de tomar contacto con un norteamericano que realizaba
negocios muy dudosos, Robert Vesco, que fue llamado a Cuba, en donde se
dedicó al comercio y al contrabando desde Cuba, a pesar del embargo
norteamericano, convirtiéndose en uno de los dueños y señores de Cuba,
viviendo en Cayo Largo, la zona destinada al turismo.
El 10 de junio de 1995, después de la detención de Vesco en Cuba, Estados
Urndos pidió su extradición, pero el gobierno cubano lo amparó alegando que
no podía hacerlo porque precisamente Vesco tenía problemas pendientes con la
justicia cubana, por lo que debía ser procesado en Cuba, aunque al que sí
devolvieron fue al sobrino de Nixon, parece que también comprometido en ese
tipo de negocios turbios.
Tambien se dio el caso del general Arnaldo Ochoa, bastante similar al de
Tony de la Guardia y al de su hermano Patricio, pues Arnaldo Ochoa estuvo
autorizado a realizar cualquier tipo de negocios en cualquier parte del
Africa. A todos nos sorprendió ver cómo sancionaron y fusilaron, el 13 de
julio de 1989, tanto a Tony de la Guardia como a Arnaldo Ochoa, por haber
cumplido con trabajos ordenados y dirigidos por el gobierno cubano.
Aquello, simple y llanamente, se hizo por salvar a Fidel de una situación,
cuando quedó claro que el gobierno norteamericano tenía bases suficientes
como para demostrar que Cuba estaba haciendo negocios con el narcotráfico y
que tenía altos oficiales dedicados a ello. Se sacrificó a esos buenos hijos
del pueblo solo para salvar la imagen de Fidel. No so- lamente yo me di
cuenta de aquello, sino todo el pueblo de Cuba, y aquello fue para el pueblo
un luto verdadero, porque todos amaban a Arnaldo Ochoa. Personalmente, yo lo
conocía desde el mismo día en que ingresé al Ejército Rebelde, y él fue mi
compañero de armas hasta el triunfo de la Revolución.
Raúl Castro, en el discurso que hizo cuando Arnaldo Ochoa iba a ser
procesado, dijo que, desde los años setenta, Arnaldo Ochoa había estado
cometiendo graves errores, y teniendo en cuenta el poder que tenía, no era
de cartar que hubiera caído en casos de inmoralidad. A pesar de que la gente
sabe que en Cuba la inmoralidad se encuentra en todos los niveles, los
cubanos se preguntaron cómo habia sido posible, si se conocían esos errores,
que lo hubieran rnantenido como miembro del Comité Central e incluso
ascendido en 1974 a general de brigada y después a general de división,
hasta hacerle el altísimo honor de nombrarlo primer Héroe de la República de
Cuba junto al general de cuerpo de ejército Abelardo Colomé lbarra, conocido
por Furry, hoy ministro del Interior.
Es aquí donde acabé de esclarecer que todo nuestro pueblo ha sido manejado
durante todos estos años con el propósito de que ame y quiera a Fidel. A eso
se ha tendido siempre, buscando todo lo que se pudiera considerar malo del
imperialismo sin nunca poner en conocimiento del pueblo las cosas malas que
hicieron tanto el gobierno cubano como el campo socialista, quede claro,
antes de su derrumbe.
Tomando todo esto en consideración, uno va cambiando su forma de ver y
muchas cosas surgen clarificadas. En Cuba, desde 1990, empezó el llamado
'período especial en tiempo de paz': un plan de reducción del consumo que
hoy día sigue vigente. Bien se ha visto después que este período especial es
única y exclusivamente para la gente humilde y trabajadora; para el pueblo,
no para el gobierno y los di- rigentes cubanos.
La propaganda para el 'período especial' se dio a conocer a todo lo largo y
ancho del país, en todos los centros de trabajo, fábricas, ministerios,
industrias, culpando de la situación que se avecinaba enteramente al bloqueo
imperialista de treinta años y al derrumbe del campo socialista. Pero hemos
visto morir a muchas personas por falta de auxilio médico, por no tener un
litro de combustible para ir al hospital, mientras que los hijos y
familiares de los dirigentes iban gastando y malgastando el suyo y el de los
demás.
Hemos visto al pueblo falto de medicamentos, de alimentación, mientras que a
la dirección del gobiemo cubano les sobran. Hemos visto una gran cantidad de
mujeres cubanas tener que apelar casi a la prostitución para sufragar la
necesidad de un litro de aceite o un jabón de baño, mientras que las
llamadas tiendas 'diplo', en donde se compra en dólares, están llenas de
familiares de dirigentes cubanos.
El pueblo, desde la liberación del dólar a fines de 1993, también puede
utilizar las 'diplo', donde en efecto uno puede adquirir cualquier tipo de
productos, incluso el pan, el aceite o el gas. lgualmente, mientras que en
1995 se daban cuarenta litros de gasolina para cada auto particular, en
Ciudad de La Habana se han abierto dieciséis surtidores de gasolina, donde
con dólar se puede comprar la cantidad que se quiera. Pero el problema del
pueblo es que allí se paga con dólares y no se tiene la más mínima
posibilitad de adquirir un solo dólar, a no ser por lo que el exilio cubano
puede mandar a su familia, solo en dolares, porque Estados Unidos no
autoriza a más por envío, pero, ya con esto, el exilio cada año manda unos
quinientos millones de dolares.
El dólar en Cuba fue antes de 1993 una moneda totalmente prohibida, a no ser
en manos de los dirigentes; yo, por ejemplo, cuando fui jefe de la Fuerza de
Trabajo de las Cárceles de Occidente, tuve a cientos de prisioneros por
tráfico de divisas, siendo un delito poseer tan solo un dólar; eso bastaba
para ser condenado a uno y hasta cuatro años de privación de libertad. Hoy
en día, el dólar ha sido despenalizado y se puede utilizar por todas partes
(con excepción de los hoteles y restaurantes, reservados exclusivamente al
turismo extranjero, a los que los cubanos tienen prohibido el acceso), pero
a raíz de esto el pueblo cubano sólo sueña con tener dólares para poder
sufragar sus más urgentes necesidades.
Nos fuimos dando cuenta de que el gobieno cubano acusaba mucho a las
intromisiones extranjeras que hubo antes de la Revolución pero en realidad
está vendiendo la isla, poniéndola en manos de quienes en otros tiempos
fueron nuestros esclavizadores: los españoles. Y no tengo nada en contra de
los españoles, pero sí en contra de que se les entregue toda Cuba, hasta el
punto de que ya ellos tienen todo el tabaco en sus manos. Es muy triste ver
que un ciudadano cubano adicto a fumar tabaco, para sufragar esa necesidad,
deba hacerlo a través del mercado negro. La dirección del gobierno cubano,
claro está tiene todo cuanto necesita.
Son todas nuestras riquezas las que se van poniendo en manos del extranjero.
En Cuba, en estos momentos, prácticamente el solo hecho de ser cubano es ya
un delito: el cubano no tiene derecho más que a pasar trabajo y a ser
sometido a la voluntad de Fidel, mientras que al extraniero le basta con
llegar a Cuba y ya entonces es dueño y señor de la isla. A un cubano no se
le permite invertir ni un solo centavo en una empresa, o solo se le permite,
si recibe una herencia muy bien esclarecida, comprar una casa, y esto
únicamente desde unos meses atrás; mientras, a cualquier extranjero, no
importa su tipo de ideología, se le permite hacer cuantos negocios quiera y
saquear a Cuba, no dejando al pueblo cubano ni el mínimo de economía
necesaria para sufragar sus necesidades de primer auxilio.
Todas estas cosas son las que me han llevado a una reflexión muy grande en
el transcurso de mi propia vida; me di cuenta de que fui siempre manejado,
que mis sacrificios habían sido utilizados para mantener a todos estos
señores que se han convertido en los dueños de Cuba, cuyas familias salen a
pasear al exterior cuando se les antoja; salen a Panamá, a Canadá, a México,
a Europa, aprovechándose del sudor de los hombres que van a cortar caña
desde las tres de la madrugada. El pueblo cubano eso lo ve, lo siente y lo
entiende, pero lo atemorizan tanto que no puede decir nada. Hoy día existe
en Cuba un terror muy grande, y los militares hemos sido manejados para
establecer y mantener ese terror, aunque puedo afirmar, sin temor a
equivocarme, que más del noventa por ciento de las Fuerzas Armadas cubanas
no está con el gobierno ni con Fidel, simplemente es gente que no tiene otro
lugar donde estar, y ellos también viven en el miedo. Yo he conversado con
miles de oficiales de alto rango y sus preguntas son siempre las mismas:
¿hasta cuando durará esto?, ¿qué pensará hacer Fidel? El sentir del pueblo
es que no existe escape y que el país tiene que cambiar de política, pero no
lo manifiesta porque basta con una frase para que una persona sea
considerada contrarrevolucionaria.
Hoy siento yo bastante verguenza por no haber hecho estas reflexiones mucho
antes, pero, aunque no sea una excusa, bien me acuerdo de lo dificil que eso
fue para mí. Admito mi grado de culpabilidad, y a estas alturas considero
que, por más que me condene, nunca será suficiente. No es que trate de
buscarme excusas, pero mi Fe en Fidel era tan ciega que, aún después de mi
toma de conciencia, en sueños seguía creyendo en él. Fue rmuy duro para mí
admitir que, después de que Fidel nos hiciera creer en cosas tan hermosas
como lo de haber hecho la Revolución, el propio Fidel cayera en actos tan
despreciables.
Lo que sí verdaderamente me duele es haber sido parte del atropello al que
se ha sometido al pueblo cubano, y por eso hoy me siento totalmente
arrepentido de haber seguido a un hombre de las ideas de Fidel.
-----------------------
-~--------------------------------------------------------------------~-
-~--------------------------------------------------------------------~-
Compra o vende de manera diferente en www.egrupos.net
|