Asunto: | [MESHIKO] Alianzas para un Nuevo Mundo / Costa Rica 2001 / Segundo Encuentro de la Red Iberoamericana de Luz / 9-11 Noviembre | Fecha: | Martes, 18 de Septiembre, 2001 00:41:13 (-0700) | Autor: | Ricardo Ocampo-Anahuak Networks <anahuak @.............mx>
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ALIANZAS PARA UN NUEVO MUNDO / COSTA RICA 2001 / SEGUNDO ENCUENTRO DE LA RED
IBEROAMERICANA DE LUZ / 9-11 NOVIEMBRE
http://www.nuevaconsciencia.com/costarica/index.html
Muy queridos hermanos:
Amena lectura estival. Favor: evítese este anestesiante ladrillo a la hora
de la siesta y en horas comprometidas con el sueño.
Va como propuesta para reflexionar en Iztarú / Segundo Encuentro de la Red
Iberoamericana de Luz (9-11 noviembre 2001). Entiéndase como borrador. Soy
consciente de que hay muchas apreciaciones aquí vertidas que pueden
resultar subjetivas, alguna quizá algo polémica y que probablemente será
preferible prescindir de ellas en aras de conformar total unidad en torno al
documento. Por lo demás a la vista de la extensión del mismo, quizá no le
vaya mal algún que otro tijeretazo.
Grande, grande abrazo. Koldo
Madrid Julio-Agosto de 2001
Alianzas para un nuevo mundo
Los trabajadores de la Luz ante los movimientos sociales de nuestro tiempo.
Propuesta de reflexión para el Encuentro de Red Iberoamericana de Luz
(Costa Rica-Noviembre de 2001)
Sumario
1.- Introducción
2.- Ante los movimientos ecologistas y medioambientalistas.
3.- Ante los movimientos comunitarios y ecoaldeas.
4.- Ante los movimientos de liberación de la mujer
5.- Ante los movimientos por la paz y el desarme
6.- Ante los movimientos indigienistas
7.- Ante los movimientos de solidaridad y cooperación
8.- Ante las iniciativas de trueque, comercio justo y banca alternativa
9.- Ante los movimientos antiglobalización.
10.- Ante los movimientos nacionalistas
11.- Ante los movimientos ciudadanos
12.- Ante los movimientos por la renovación de la educación y la salud.
13.- Ante los partidos políticos.
14.- Ante los grupos esotéricos de corte clásico (masones, rosacruces,
gnósticosŠ)
15.- Ante las religiones institucionalizadas
16.- Ante los grupo cristianos de base
17.- Ante los movimientos ecuménicos
18.- Epílogo
19.- Apéndice: Valores emancipadores y retrógrados en el movimiento
antiglobalización
1.- Introducción
El mundo esta evolucionando a enorme rapidez. Son muchos los movimientos y
fuerzas que pujan por un nuevo diseño de las relaciones humanas, de las
relaciones entre los pueblos y naciones. El progreso humano está siendo
auspiciado desde los más variados sectores sociales. Los artesanos de la luz
del mundo entero estamos llamados a implicarnos en estos movimientos de
buena voluntad y divisa liberadora, irradiando en su seno toda la fuerza y
la luz de las que somos portadores.
Hemos entrado en una etapa de mayor madurez definida por el servicio. Hasta
hace bien poco, buena parte de los trabajadores de la Luz aún estábamos
sumidos en nuestras cuitas internas, enfrascados en una aventura de
exploración personal que aplazaba una y otra vez compromisos sociales. Había
que iluminar los chacras, preparar nuestros vehículos de luz, recapitular
todas nuestras vidas, decodificar nuestro ADNŠ Ante tan magna tarea interna
el servicio se iba aplazando y nuestra copa no llegaba a los labios de los
hermanos más necesitados. Poco a poco nos acercamos al centro: "El camino
vertical de luz es nuestra línea de intención espiritual: nuestra intención
vital. El sendero horizontal es la extensión de nuestro servicio. El centro
es el punto de tensión donde los dos caminos se funden y mezclan y donde el
trabajo avanza". Buena Voluntad Mundial
Felizmente nos vamos integrando en una nueva fase definida por el compromiso
y el servicio a la humanidad. Poco a poco hemos ido abandonando nuestro
impoluto nirvana, hemos bajado de la cueva en la que nos encontrábamos
confinados y ha saltado a nuestro rostro el polvo de los caminos del mundo.
Resuena cada vez con más fuerza el clarín celeste llamando a la adopción de
cada vez mayores responsabilidades en medio de la humanidad aún sufriente.
Cada vez más artesanos de la luz van al encuentro del mundo. La
espiritualidad no sólo no está reñida con la entrega a nuestros semejantes,
sino que al día de hoy es el mayor reclamo que nos debe de empujar a
comprometernos.
"Nuestro reino no es de este mundo", nuestra anhelada morada puede estar
allí arriba en esferas ya consagradas a la luz y al amor, nuestro hogar lo
levantaremos a la vera del Unico y Verdadero Hogar, nuestra mirada podrá
estar clavada en los más elevados cielos, pero nuestras manos han de
juntarse aquí y ahora a las manos más encalladas y curtidas en la entrega.
Estamos llamados a tejer y consolidar alianzas con quienquiera que abrigue
un elevado sueño aquí en la tierra. No importa su cultura, religión o
ideología. El Plan Divino contempla la implicación de los trabajadores de la
Luz en las más diversos movimientos de progreso. Nuestra labor en su seno es
siempre la de promover nuevos y más lejanos horizontes y ensalzar los
valores de síntesis armonizando las diversas tendencias. Siempre habremos de
actuar con cautela y don de ubicación, revelando con palabras sencillas y
haciendo asequibles a nuestros hermanos, de las más diversas áreas de
compromiso, los grandes principios y leyes divinas.
Una simple "resignificación" de un vocabulario, que a veces pueda parecer
excesivamente místico, nos puede ser muy útil en este cometido. Nuestra
implicación en todos estos movimientos ha de perseguir la superación del
paradigma de la confrontación en la que aún se mueven muchos de ellos.
Pobres contra ricos, mujer contra hombre, Sur contra Norte, pueblo contra
EstadoŠ, esta es la filosofía de la que aún se ven impregnados muchos grupos
de progreso. Nuestro deber es, por lo tanto, animar a superar esa filosofía
guerrera, disgregadora y contraria a la síntesis.
Grande es la tarea que tenemos por delante. Siempre es poco el papel que
podamos desarrollar en el campo de la educación acercando a nuestros
pequeños elevados valores y contenidos; de la política sirviendo desde las
instancias de poder al conjunto de la población sin jamás reparar en el
beneficio propio; del arte dando vida a creaciones que eleven el alma de
nuestros hermanos; de la sanación haciendo afluir elevadas energías
sanadoras a los cuerpos de nuestros hermanos; de la ciencia ampliando los
límites de lo conocido en beneficio del progreso de toda la humanidad... Las
posibilidades de servicio son tan amplias como la vida misma.
Tan sólo un apunte. Existe un área de una importancia creciente y en el que
es preciso una intervención inteligente, coordinada, original y creativa de
los trabajadores de la Luz: los medios de comunicación de masas. He ahí una
de las grandes batallas de nuestros días. Nunca habíamos tenido una
oportunidad como la presente de penetrar en los mas media. El accionar
responsable y preciso junto a los profesionales y trabajadores de la
información, es un reto crucial dentro de nuestra tarea de expansión de una
nueva conciencia
Los movimientos que a continuación citamos son en su mayoría, semilla de la
Nueva Tierra. Cada uno de ellos trabaja un aspecto del desarrollo del ser
humano. No es este un manual de intervención y conspiración al uso, a lo
sumo un conjunto de pautas orientativas de cómo enfocar el trabajo junto a
nuestros hermanos. Por lo demás aquí no hay ninguna última palabra, todo
estar por explorar y definir. Se trata de una reflexión cuyo cometido es
scannear la esperanza que desde tan diversos ángulos se está gestando.
Te presentamos una propuesta a evaluar juntos en el Encuentro de Iztarú.
Allí aclararemos, en la medida de lo posible, el mapa de alianzas a
establecer con todos los hermanos implicados en uno y en otro aspecto en la
evolución humana.
2.- Ante los movimientos ecologistas y medioambientalistas.
Constituyen, sin duda alguna, una de nuestras más cercanas alianzas. La
gente que trabaja por la defensa de nuestra querida Madre Tierra son
nuestros firmes aliados. Las personas que ha despertado su sensibilidad a
favor de los arboles, los animales, los peces, los ríos, los maresŠson
hermanos que están haciendo una labor encomiable e incalculable. Su empeño
es el nuestro como no podía ser de otra forma. Al igual que ocurre al
analizar el resto de movimientos que apuntamos, en el seno del movimiento
ecologista será necesario trabajar por mermar energía de confrontación.
Se trata de trabajar siempre a favor de la Tierra, el aire, el agua, los
hermanos animales, mas no en contra de nadie. Sólo la expresión positiva,
serena y armoniosa de nuestros principios e ideales, no exenta de claras y
rotundas denuncias, puede "ganar" a las personas cuyo desmesurado afán de
lucro atenta contra la Madre Naturaleza. Por supuesto es preciso desterrar
toda acción violenta, que además de ir contra el principio cósmico del amor
universal, influye muy negativamente en la consecución de las justas
reivindicaciones.
3.- Ante los movimientos comunitarios y de ecoaldeas.
Las gentes que abandonan el asfalto, levantan su casa, amasan su pan, labran
su huerto conviven en grupoŠ, constituyen el más firme ensayo de la Tierra
Prometida que entre todos hemos de levantar. Los hay también que además de
todo ello oran, cantan, meditan y danzan en grupoŠ, ellos conforman sin
lugar a dudas la punta de lanza del Plan Divino para nuestra Tierra.
El asfalto y la vida aislada en medio de grandes edificios tiene sus días
contados. La Nueva Tierra será de comunidades rurales confederadas. No es
preciso aguardar con los brazos cruzados ese futuro de gloria en el que
viviremos en continuo contacto con la Madre Tierra, en el no habrá moneda,
sino fraterno intercambio, en el que no habrá vallados, ni muros, sino
campos abiertos a todas las gentes y vientos. Ese hermoso futuro es posible
ensayarlo ya.
Por lo demás el movimiento de las ecoaldeas es nuestro más cercano y
didáctico ejemplo de funcionamiento en red. Ellos han sido de los
movimientos pioneros en organizarse de esa forma. Al día de hoy han
constituido una tupida y eficaz red que alcanza todo el planeta.
Perfectamente coordinados a través de Internet, con sus páginas Web y listas
de correo, disponen de sus propias publicaciones en papel y cuentan también
de sus oficinas nacionales e internacionales. Todo este movimiento ha
arraigado con especial fuerza en Europa (Alemania, Inglaterra, Italia..)
Australia y en América (EEUU, Canadá, MéxicoŠ)
En lo que se refiere a cuestiones espirituales hay la más amplia diversidad,
si bien predominan las ecoaldeas que no se sienten vocacionadas en este
sentido. Ello no debe en ningún momento ser óbice para establecer alianzas.
Ellos son, con o sin conciencia de ello, abanderados de los designios
superiores para nuestra Tierra; hacia ellos nuestro incondicional apoyo.
La alianza estructural de las redes de Luz, con las redes de ecoaldeas
deberá de ser en los próximos años uno de nuestros objetivos prioritarios.
4.- Ante los movimientos de liberación de la mujer
Este tipo de movimientos ha cumplido y sigue cumpliendo en muchos países de
mentalidad conservadora o dominados por el Islam un gran cometido liberador
absolutamente ajustado al Plan Celeste para la nuestro planeta.
Poco a poco se va subsanando una injusticia histórica. La mujer no es sólo
hermana, madre, maestra, compañeraŠ, sino que además tiene por supuesto los
mismos derechos que nosotros civiles y sociales. Por suerte no somos
iguales, despilfarran sus energías quienes se empeñan en ese esfuerzo. Por
suerte seguirán siendo generadoras y protectoras de vida, fuente inagotable
de amparo y amor, océano de dulzuraŠ Iremos aún por tiempo a la zaga de su
magia y encanto.
En este movimiento ha habido también sus desviaciones que conviene aclarar
en orden al establecimiento de alianzas. Por mera inercia de sujeción a la
ley del péndulo (acercamiento-sometimiento y alejamiento-rechazo) ha
existido y existe aún hoy, aunque en mucho menor medida, en el seno de los
movimientos feministas un importante grado de confrontación con el hombre
que es preciso superar.
Si bien hay muchas áreas de la tierra en que la lucha por la liberación y la
igualdad civil de la mujer sigue plenamente vigente, en el seno de nuestras
sociedades más avanzadas, este es un objetivo casi plenamente consolidado.
Mención especial merece el tema del libre aborto que ha sido una de las
banderas más agitadas por este movimiento. Los trabajadores de la luz
deberemos de librarnos muy mucho de juzgar a la mujer que por una u otra
razón ha optado por la muy respetable decisión de acabar con la vida que
late en su seno. Es más habremos de luchar para que el Estado se libre de
perseguir y castigar a las mujeres que han tenido que adoptar la siempre
triste medida del aborto.
Ahora bien los servidores de la Luz deberemos de trabajar siempre a favor de
la conservación y perpetuación de la vida siempre sagrada. Deberemos hacer
saber, con sumo cuidado y respeto, que no somos quien para privar del
proyecto evolutivo de encarnación en la tierra a un ser que aspira
denodadamente a ello. La proliferación de abortos, antes bien que un logro
colectivo, es la muestra del fracaso de una sociedad que no se manifiesta
capaz de acoger a todos los que, desde el seno de una madre, desean
engrosarla.
5.- Ante los movimientos por la paz y el desarme
¿Qué decir de los movimientos vanguardia de un mundo en paz y sin violencia?
Son nuestros hermanos queridos. Los que luchan contra el rearme nuclear,
contra el sembrado de minas antipersonales, contra la participación de los
niños en las guerras, contra la proliferación de armas personalesŠ; los que
aquí y allá se desviven por buscar una salida dialogada a los conflictos
violentos que siguen empañado de sangre y dolor la Tierra, merecen nuestro
más elevado reconocimiento. Su lucha es la nuestra.
6.- Ante los movimientos indigienistas
¿Cómo no reconocer a quienes han mantenido vivo, pese a todos los avatares
de la historia, el vínculo con la tierra? He aquí a los hermanos que nunca
olvidaron de dónde venimos y a dónde vamos. Construimos futuro a partir de
la herencia del pasado que nos ha sido transmitida a través de estos seres y
sus linajes. Han defendido la tierra, sus costumbres, su lengua, su legadoŠ
en los momentos más aciagos de avance feroz del desarrollismo. A ellos
nuestro reconocimiento.
Los trabajadores de la luz estamos llamados a enlazar el ancestral legado
indígena con las nuevas revelaciones efectuadas a los hombres. Estamos
llamados a puentear los movimientos indigienistas con los denominados de
nueva era..
Uno de los mayores retos de los trabajadores de la luz es el de conciliar
"tradición" con "nueva conciencia". La Nueva Era que silenciosa y
pacientemente vamos alumbrando sobre la Tierra, necesita del viejo
conocimiento que le proporcionan las tradiciones. Igualmente la tradición
sin perspectivas de actualización y vinculación con otras culturas, en el
desafío de dar vida a una nueva fraternidad, más allá de las fronteras
compartimentadas, corre el riesgo de petrificarse. La Nueva Era necesita
pues de la tradición para que arraigue, la tradición necesita de lo nuevo
para sobrevivir. Las más altas ramas bailan con los nuevos vientos, pero
encuentran su fuerza y vigor en el pasado
De cualquier forma, es preciso no caer en la sobrestimación del legado del
pasado. La herencia indígena es sagrada en la medida que se ajusta a las
leyes divinas, no así cuando las conculca. Hemos de esgrimir la facultad de
discernimiento para ver en todo momento que es lo que sigue vigente de ese
legado, que es lo que es universalizante y eterno y que es lo que es preciso
dejar a un lado. Hemos de evitar esa tentación de idealización de todo lo
indio, por el sólo mero hecho de serlo.
7.- Ante los movimientos de solidaridad y cooperación
La colaboración con este movimiento se manifiesta ya indispensable. La
proliferación de ONG¹s de cooperación y solidaridad representa la más
genuina esperanza de un mundo más justo y feliz.
Este movimiento pone el dedo en uno de los retos fundamentales de los
trabajadores de la luz: implicarse en el servicio y socorro a los más
desfavorecidos. No se puede continuar por mucho tiempo clavados en "loto" y
de espaldas al sufrimiento de nuestros semejantes.
8.- Ante las iniciativas de trueque, comercio justo y banca alternativa
Es preciso ir gestando ya alternativas solidarias al injusto orden económico
que rige nuestro mundo. Al día de hoy se vienen explorando éstas y otras muy
interesantes iniciativas que merecen nuestro total y absoluto apoyo.
9.- Ante los movimientos antiglobalización.
No andan desencaminados quienes equiparan la actual revuelta
antiglobalización con la del Mayo del 68. Las dimensiones del movimiento
hablan por sí solas. Desde la legendaria primavera parisina, el planeta no
había sido azotado por tan fuertes vientos de revuelta. Desde entonces no se
había gestado tamaña esperanza de cambio social. Una voluntad decidida de
transformar el mundo rebasa las fronteras y se planetariza.
El movimiento pacífico antiglobalización ha adquirido una legitimidad ante
los más altos mandatarios de la tierra. Bienvenidas sean pues las primeras
victorias de este amplio y plural movimiento planetario. Sin embargo, todo
hay que decirlo, La semilla del odio resta vigor a la semilla de la
esperanza en el seno del movimiento. Este encierra toda la esperanza de un
mundo más justo y equitativo, pero a la vez permanece pegado a una sombra
amenazante. La línea que separa esperanza y caos no podía ser más tenue. Es
preciso hacer un esfuerzo por hacer más nítida esa raya fronteriza.
La ira jamás transforma el mundo, todo lo contrario lo perpetua. El odio
jamás podrá acercar al ser humano hacia mayores cotas de liberación. No se
puede luchar por los desheredados de la tierra asaltando tiendas y
combatiendo a la policía, no se puede trabajar por un mundo mejor
destrozando lo que se encuentra al paso.
Urge un debate entre los grupos antiglobalización . Los más nobles
movimientos pueden quedar desvirtuados, pueden perder toda su legitimidad
cuando por sus venas comienza a deambular a sus anchas el veneno del odio.
Las más justas causas pueden desmoronarse cuando son asaltadas por
sentimientos de ira.
Estamos en el inicio de una nueva era auspiciada por un macromovimiento
planetario en favor de la redistribución de la riqueza, decidido a cambiar
las injustas relaciones de comercio y política internacional. Este
movimiento carga con ricos bagajes. Hereda los contenidos más emancipadores
de la izquierda histórica, de los movimientos sociales en general y se nutre
de un inmenso caudal artístico y creativo.
Resta recoger el testigo, hacerse también con el inestimable legado de los
movimientos no-violentos de nuestro siglo. Las marchas pacíficas, que en
nuestro reciente pasado hicieron temblar los cimientos de los más grandes
países e imperios, deberían de ser tan sólo el prólogo de las macroacciones
pacíficas por venir en el nuevo milenio. Ghandi y Luter King dejaron más que
pistas para que sepamos por dónde y cómo deben de avanzar los movimientos de
progreso de nuestros tiempos.
¿Cuántas revoluciones han sido empañadas por una ira incontrolable, cuántas
han fracasado sumidas en ciego revanchismo? Es preciso apostar por un mundo
más justo y solidario, despejando toda rabia hacia quienes se empeñan en
postergarlo.
10.- Ante los movimientos nacionalistas
La fronteras están llamadas a desplomarse. El mundo fraterno que estamos
construyendo no podrá contemplar fronteras divisorias entre los humanos. Los
movimientos nacionalistas que han sacudido los siglos XIX y XX de nuestra
era, han visto en su mayoría colmadas sus aspiraciones nacionales
adquiriendo soberanía sobre sus territorios. Restan sin embargo pueblos que,
por una u otra razón, no han podido satisfacer esas aspiraciones nacionales.
El nacionalismo ha tenido su razón de ser a lo largo de la historia. La
conformación de los Estados supuso en su día la ampliación del ideal
fraterno a cuantos moran en el marco del territorio de la nación. Al día de
hoy es una ideología obsoleta, a superar.
Es preciso de cualquier forma distinguir dos tipos de nacionalismos
claramente diferenciados. Por un lado los que se manifiestan de forma
democrática y pacífica, condenando todo recurso a la violencia. Este tipo de
nacionalismo civilizado puede incluso ser portador de muy legítimas
aspiraciones y sentirse llamado a participar activamente en el marco de
estructuras políticas confederadas. Puede llegar a operar en el marco del
ideal divino de unidad en la diversidad.
Por otro lado está el nacionalismo violento que se ha manifestado como uno
de los más grandes azotes de nuestros tiempos. Este tipo de nacionalismos,
inflamado de orgullo patrio, puede ser incluso ser portador de ideas
xenófobas y de aniquilación física de otras razas.
11.- Ante los movimientos ciudadanos
Todos los esfuerzos por hacer más habitables nuestras ciudades son
necesarios, imprescindibles. Los movimientos ciudadanos y vecinales que
laboran por proporcionar a sus barrios y colonias de dotaciones culturales,
sanitarias y sociales, amén de zonas verdes de esparcimiento, merecen todo
nuestro reconocimiento. La lucha contra la especulación , la contaminación,
en favor de un transporte público, gratuito y de calidadŠ, son esfuerzos sin
duda encomiables.
Ahora bien es preciso tener presente que las ciudades, cuanto menos
concebidas en sus actuales características y astronómicas dimensiones,
deberán de clausurarse un día. No es posible en su seno un saludable
desarrollo físico y espiritual. El ser humano deberá de volver a ubicar su
hábitat en un entorno natural que le posibilite paz y salud, además de
posibilidad de cultivarse internamente en comunión estrecha con todos los
Reinos. Como ya hemos apuntado en el apartado de ecoaldeas, la futura
organización social estará basada en la confederación de comunidades y
pequeños núcleos de población, donde el trato cercano y familiar se podrá
desarrollar de forma natural.
12.- Ante los movimientos por la renovación de la educación y la salud.
Los esfuerzos de la comunidad educativa en la línea de proporcionar a los
pequeños una educación más plena e integral son vitales. Al día de hoy van
aumentando también los maestros y pedagogos que contemplan la necesidad de
acercar a los niños y adolescentes valores espirituales, principios eternos.
Una vez desterrado el miedo y el autoritarismo de las aulas, damos la
posibilidad a que las nuevas generaciones sean educados en un entorno de
amor, libertad y responsabilidad.
Extender la sanidad gratuita a todos los habitantes de la tierra es otro
objetivo a todas luces prioritario. Indudablemente la cuestión de la salud
va indisolublemente unida a la de la vivienda, alimentación , higieneŠ Se
trata de que proliferen hospitales y centros de salud donde haya carencia,
pero se trata también de atajar la idea oficializada de medicina-negocio,
medicina-agresiva.
Es preciso también afrontar la cuestión de la salud en un sentido más global
y holístico. Sólo entendiendo que las enfermedades se manifiestan en el
cuerpo físico, una vez que han dañado nuestros cuerpos más sutiles y de que
es por lo tanto necesario ir al fondo de las causas de la misma, estaremos
en el camino de recobrar la plena salud.
Es llegado también el momento de la universalización de las denominadas
medicinas alternativas. Agua, barro, sol, aire, plantas, color, música Š
serán nuestros aliados en la recuperación de nuestra plena salud. La
sanación espiritual, por lo demás, pasará a ser en un próximo futuro algo
natural y no privativa de los conciliábulos esotéricos. Ni que decir tiene
que los trabajadores de la luz hemos venido también a traer alegría, paz y
salud a los cuerpos de nuestros hermanos y que somos canal, al igual que
cualquier ser humano con anhelo de elevación y purificación, de elevadas
energías sanadoras.
13.- Ante los partidos políticos.
Los partidos políticos tienen también los días contados. Han cumplido ya su
función. En el futuro los hombres y mujeres ya no nos uniremos en torno a
compartimentadas ideologías, sino alrededor de los principios universales y
eternos. Si bien al día de hoy son muchas veces un factor de fragmentación
de la sociedad, en el pasado y aún en muchos lugares del planeta han sido y
son también necesarios aparatos de progreso social.
Quizá no convenga olvidar que en su día la Internacional Socialista fue un
instrumento de emancipación de las clases obreras auspiciado por la
Jerarquía. Los partidos socialistas han jugado durante muchos años un papel
liberador, contribuyendo a frenar el abuso de los más poderosos y
posibilitando el acceso a los mínimos derechos de vivienda, educación y
salud dignas a los más estratos populares. La Internacional Socialista
contribuyó por lo demás a la expansión del ideal de fraternidad humana
universal, si bien es verdad que por aquel entonces limitado al ámbito de
las clases trabajadoras.
Hoy ya no es el caso. Una vez hechas realidad en el mundo occidental muchas
de las históricas reivindicaciones socialistas, estos partidos pasan a ser
apenas algo más que engranajes de un caduco sistema político. Su tarea es
contradictoria: a la vez que en muchas ocasiones siguen actuando como
catalizadores de reivindicaciones populares, fungen también como elemento de
fragmentación social, al fomentar una constante y, a menudo gratuita,
batalla partidista.
La situación de todos modos varía sensiblemente según los países y
hemisferios. Mientras que en algunos lugares, sobre todo del Sur, los
partidos socialistas cumplen aún su función como auspiciadores de nuevas
conquistas de progreso, en otros están plenamente asimilados por el
"stablisment". No obstante, llegada la cita electoral los partidos
socialdemócratas y sus equivalentes laborista (Inglaterra), demócrata
(EEUU), demócratas de izquierda (Italia)Š, siempre representan opciones más
sensibles a las causas de la Tierra, de los más desfavorecidos y de progreso
en general.
En los últimos años ha acontecido el interesante fenómeno de irrupción de
partidos que han desbordado el esquema tradicional de izquierda y derecha y
que, en torno a un líder carismático, han resultado motores de grandes
reformas que otros partidos corruptos y degenerados, aún siendo del ámbito
de la izquierda, eran incapaces de emprender. (México)
Mención aparte merecen los partidos verdes y ecologistas. Representan, sin
lugar a dudas, una tremenda esperanza sobre todo en países como Alemania y
Francia donde han alcanzado importantes cuotas de poder. Encarnan con gran
eficacia los valores de defensa de la Tierra, desmilitarización, cooperación
con los países del Sur... Son partidos con una estructura interna
asamblearia y están sostenidos por gentes inquietas, creativas y de
indudable voluntad de transformar la realidad. Hacia ellos también todo
nuestro apoyo.
En resumen, al día de hoy, la apuesta y el esfuerzo de los trabajadores de
la Luz, por la transformación política de nuestras sociedades está más
eficaz, libre y creativamente canalizado a través de las ONG¹s y los
movimientos sociales aquí mencionados, que por los partidos políticos
clásicos, salvadas las excepciones apuntadas.
14.- Ante los grupos esotéricos de corte clásico (masones, rosacruces,
gnósticosŠ)
Allí donde operen indudablemente cumplirán su función de orientar a nuevos
hermanos por el camino del servicio y la superación personal. Ello no obvia
para apuntar aquí que sus estructuras crípticas han de ir cambiando y
abrirse en consonancia con los nuevos tiempos.
La Jerarquía de Luz auspicia a la vista del grado de conciencia adquirido
por los humanos, de la urgencia de los tiempos en que vivimos, en vísperas
de grandes transformaciones y del desarrollo externo de los medios de
comunicación, la revelación por todos los medios a nuestro alcance de la
sabiduría y conocimientos divinos, otrora privativos de los círculos
esotéricos. Urge comunicar verbo liberador sin ningún tipo de cortapisas.
Las escuelas y grupos mencionados persuaden en encerrarlo. Hacia ellos todo
nuestro respeto. Urge trabajar todos unidos y los grupos apuntados persuaden
en acorazarse en sus universos estancos. Hacia ellos nuestro amor y respeto.
La cuestión a menudo se agrava cuando los grupos espirituales incurren en el
peligroso orgullo de creerse en posesión de la única verdad. Sin embargo
bien sabemos que las migajas de verdad sólo caen a la vera de los más puros
y los más humildes. No debemos de olvidar que el fundamentalismo, que no es
si no un reflejo de la falta de amor y consideración por el punto de verdad
que los demás hermanos son portadores, invade no sólo las religiones
tradicionales, si no también contamina diferentes movimientos de nueva era.
Nada de esto nos deberá de alarmar. Las escuelas aquí mencionados son
auténtica cantera de seres que, una vez bien formados en los principios y
las leyes divinas, devienen ya fuera de ese marco estrecho, auténticos y
bien preparados servidores libres de la Luz.
15.- Ante las religiones institucionalizadas
En el panorama de las grandes tradiciones hay una que destaca especialmente
por su denodada búsqueda de la paz y diálogo interreligioso. Ningún credo
institucionalizado ha trabajado tanto por la paz como lo ha hecho el
budismo. Muchos lamas y maestros están firmemente comprometidos en este
empeño.
En este compromiso ha jugado un importante papel el liderazgo incuestionable
de Tensin Gyatso, el XIV Dalai Lama. Está considerado por los tibetanos como
la manifestación viviente del Buda de la compasión. De sus labios brota una
profunda sabiduría que deja caer aquí y allá como por puro descuido. Sonríe
hasta a sus adversarios y encuentra lugar holgado en el podium de los
grandes de nuestros tiempos.
En los últimos años, en sus constantes viajes por los cinco continentes,
está confiriendo iniciaciones como la denominada de "Kalachacra". Sólo él
imparte esta iniciación de alto nivel de forma masiva. Dice que los tiempos
apremian y la ceremonia tienen la finalidad de "generar energía para la paz"
allí donde se desarrolla. Con ella, el Dalai Lama no pretende ganar
seguidores, pues una y otra vez insiste en que cada quien ha de seguir
abrevando en el manantial de su propia tradición.
La religión católica está sacudida por grandes vientos de cambio si bien es
verdad que aún su Jerarquía no ha renunciado a su filosofía de
adoctrinamiento de quienes no comparten sus dogmas de fe. El catolicismo
sigue jugando un papel positivamente moralizante en el mundo occidental,
sigue siendo un estímulo hacia más sublimes aspiraciones entre sus fieles,
sigue siendo un referente de amor fraterno sobre todo en su enorme
despliegue en los países del SurŠ, no obstante mantiene muchos principios
claramente caducos.
La relegación de la mujer a un segundo plano en la vida religiosa y
litúrgica, la imagen preponderante ante el resto de los credos que opaca la
autenticidad de su ecumenismo, la cruzada emprendida en numerosos países
ante los movimientos de nueva era, que son sin duda los que más sombra le
están haciendoŠ, por nombrar sólo algunas cuestiones, son ejemplos que
reclaman de la Jerarquía católica enormes cambios.
El Islam representa, al día de hoy, uno de los más importantes baluartes en
la Tierra de las fuerzas de la no-luz. La dura marginación de la mujer, la
enorme masificación de sus manifestaciones religiosas, el carácter
fieramente violento de sus movimientos más fundamentalistas en muy diversos
países, la intransigencia y feroz dogmatismo de sus líderes religiososŠ son
síntomas que manifiestan una tendencia claramente involutiva de este credo.
Estos apuntes son en términos generales. Lo señalado no es óbice para que
muchos hermanos musulmanes sigan encontrando al día de hoy en el Islam la
forma de canalizar sus más elevadas aspiraciones religiosas y de conducir su
devoción interna.
16.- Ante los grupo cristianos de base.
Son baluarte de esperanza. Aquí y allá manifiestan elevados grados de
compromiso con los más desfavorecidos. En los países del Norte son referente
de entrega a las más justas causas, en el Sur son alivio, estímulo y socorro
de los sectores sociales más necesitados. Mención especial merece el tema de
la "teología de la liberación". No es posible poner en duda el
reconocimiento debido a tantos sacerdotes, religiosos y religiosas de esta
corriente cristiana a la vista de la enorme labor social desplegada.
En el marco de situaciones límite estos hombres y mujeres han priorizado la
provisión de las más elementales necesidades humanas de sus comunidades. A
menudo se han visto implicados en compromisos de orden político, motivados
por la urgencia de transformación de injustas situaciones sociales que les
rodean. La connivencia con la filosofía marxista ha supuesto a menudo un
respaldo ideológico, el apoyo de un sólido y clarificador sistema de
análisis social, pero ha implicado también un cierto desarme espiritual.
17.- Ante los movimientos ecuménicos
Cuando la economía se burla de todos los proteccionismos, cuando las
culturas se fecundan unas a otras en un mestizaje interminable, cuando las
fronteras políticas comienzan a ser cuestionadas por doquier, es hora de
empezar a pensar en el fin de los credos estancos.
Es muy importante tomar cuenta de que el mayor esfuerzo por la unificación
religiosa no lo desplegamos al día de hoy los trabajadores de la luz no
adscritos a ningún gran credo y enmarcados en lo que podríamos denominar, de
forma abstracta pero ajustada, movimiento de nueva era. El mayor esfuerzo
por la unificación espiritual lo despliegan miembros comprometidos adscritos
a los credos.
Este elevado ideal de unificación en lo interno, base para el florecimiento
generalizado del sentimiento de fraternidad humana, imprescindible para
sentar las bases de Su Reino en la Tierra, es promovido a diferentes
niveles: dentro y fuera de las religiones institucionalizadas.
Esta distancia separadora de quienes laboramos dentro y fuera de ese marco
institucional tenderá a acortarse. En el futuro veremos acercarse a nuestros
círculos de meditación, canalización o sanación a personas adscritas a
credos concretos. No es preciso quemar etapas. Unos y otros, dentro y fuera
de los credos, trabajando a favor de la síntesis, estamos sirviendo al Plan
Superior para nuestra Tierra.
No es fácil que los movimientos ecuménicos que operan sobre todo en el marco
de las religiones budistas y cristianas, tomen cuenta de la labor de
unificación que nosotros venimos desarrollando. A menudo se trata de simple
falta de información, de naturales recelos ante lo extraño y desconocido.
Sin embargo es necesario que, por nuestra parte, apoyemos su labor
(oraciones, misas, liturgiasŠ ecuménicas), allí donde nos encontremos, con
todas nuestras fuerzas.
Está bien fomentar el diálogo entre las religiones, pero habría que empezar
ya a pensar en el día que ya ni siquiera sean necesarias, llamadas a
fundirse en una sola, en la religión del amor. Las religiones son a la
espiritualidad lo que las ideologías a la política, habrá que considerar la
posibilidad de que pronto podamos prescindir de unas y otras, pues traen
consigo inevitablemente la fracción humana.
18.- Epílogo
Cuando cada uno de nosotros encarnamos en esta Tierra, bajó también junto a
nosotros un elevado sueño, con él el compromiso de hacerlo realidad. Ese
sueño era el mismo que han abrigado los más excelsos seres que a lo largo de
eones pisaron nuestro mismo suelo: el de una Tierra feliz, en paz, alegría y
fraternidad.
Por momentos nos despistamos. Por momentos se nos cruzó en la mente un coche
flamante, un cuerpo ondulado, una casa apiscinadaŠ y a punto que nos
olvidamos del sueño, a punto que se nos va la honda de por qué vinimos en
esta hora trascendente. Las cuitas personales a poco que desplazan las
grandes metas grupales, los deberes superiores. Hubo instantes de
desorientación en los que miramos para otro lado y el sueño casi se esfuma.
A cada uno de una esquina, tras particulares avatares nos llegó la
conciencia, el recuerdo de la alianza sellada, del compromiso adquirido en
otra hora, bajo otro Cielo. Reactualizada la memoria, hoy se nos pide todo
de cada uno de nosotros. Sabemos que no va a ser sencillo encarnar el sueño,
sin embargo se nos han facilitado todas las pistas, todos los instrumentos y
hoy está más cerca que nunca de hacerse realidad.
Hoy estamos ya reunidos y dispuestos cuantos bajamos con el sueño bajo el
brazo. No importa de que planeta en realidad somos, no importa en que super
nave nos prepararon, tampoco saber de nuestro más o menos elevado linaje
celestial, no indaguemos ahora nuestro origen allá arriba en las estrellas.
Lo que vale es sostener la palabra dada, cumplir con la misión acordada. Los
laureles vendrán después, si es que los ameritamos.
Lo que nos concierne ahora es ese sueño de fraternidad humana para la Gloria
de nuestro Planeta, de la Confederación de Planetas ya inauguradas en Luz y
Amor que nos aguarda, para la Gloria del Universo que se mantiene también a
nuestra espera.
No importa de dónde venimos. Lo grande es que nos hemos ya reencontrado y
que nada nos puede separar. Lo hermoso es que levantaremos este sueño, todos
unidos para la Gloria de Dios, Padre-Madre Universal, Alfa y Omega,
Generador de todos los infinitos Universos. Para El todo nuestro esfuerzo,
todo nuestro gozo.
¡Adelante soñadores del Nuevo Día! ¡La Victoria es de Dios, la Victoria es
nuestra!
19.- Apéndice.
Valores emancipadores y retrógrados en el movimiento antiglobalización
A la vista de la magnitud y arraigo entre la juventud más inquieta, que está
adquiriendo el movimiento, me permito un análisis pormenorizado sobre la
naturaleza , medios y objetivos del mismo.
No es fácil encontrar reflexiones ponderados capaces de observar el polémico
fenómeno en su "globalidad", con sus aspectos positivos y con sus aspectos
más objetables. Altruismo, frescura, compromiso, se unen a una cierta
desorientación en los objetivos del movimiento y a una imagen algo
desacreditada por su connivencia con actitudes violentas.
En las siguientes líneas pretendo contribuir a la reflexión de los
trabajadores de la luz sobre el movimiento antiglobalización, apuntando
aspectos emancipadores y cuestionables del mismo.
1.- MOVIMIENTO GLOBAL. Paradójicamente, uno de los valores más positivos que
encierra es la propia idea de globalización que alega combatir. La lucha por
un mundo mejor se universaliza. Del "pensar global y actuar local" de los
años ochenta, hemos pasado al poder actuar también global en los 2000. Unos
y otros padecemos semejantes problemas ahora tenemos la posibilidad de
afrontarlos juntos. Uno solo es nuestro planeta, uno solo ha de ser nuestro
empeño por hacer de él un hogar digno, libre y justo para todos.
Hasta hace unos años el esfuerzo a favor del progreso era de ámbito
doméstico. Todavía Internet no nos había sacado de nuestra geografía, no nos
había empujado al encuentro con las gentes inquietas de todo el mundo. Hoy
las citas reivindicativas se han internacionalizado, fruto del avance de los
medios de comunicación y transporte, fruto también del progreso de una
conciencia planetaria.
2.- CUESTIONAMIENTO DEL CAPITALISMO. El movimiento antiglobalización
denuncia los aspectos más feroz de un capitalismo también globalizado y por
lo tanto fortalecido. Se afianza la ley del más poderoso, a la sazón las
grandes compañías multinacionales, en una selva que ya alcanza los confines
de la Tierra. El aumento de la competitividad, la agudización de la pobreza,
el deterioro medioambiental, la infravaloración de los productos primarios
del tercer mundo, el abaratamiento y arbitraria movilidad de la mano de
obra, son algunas de las consecuencias de un liberalismo ahora
planetarizado, cuya mínima ética sigue brillando por su ausencia.
3.- ACCIÓN ESPONTÁNEA Y CREATIVA. Nos encontramos ante un movimiento
horizontal, espontáneo, creativo y sin cabeza visible. La nuevas tecnologías
han democratizado al máximo la protesta. El correo electrónico y las webs
son las nuevas y preciadas armas de los activistas del tercer milenio.
Posibilitan con el mínimo coste y esfuerzo una conexión inmediata. Las
pautas de "unidad de acción" internacional viajan a lomo de veloces bits.
Por el océano de Internet circulan, sin ningún tipo de obstáculos,
manifiestos, ensayos, consignas, convocatorias, información que salta
enseguida de un idioma a otro y que se burla de todas las fronteras.
4.- SOLIDARIDAD. El movimiento está empujado por un sentimiento altruista y
solidario con las poblaciones que más padecen el capitalismo globalizado ya
en el tercero, ya en el cuarto mundo.
En el otro lado de la balanza, quisiera apuntar estos otros aspectos que
considero merman el potencial liberador del movimiento:
1.- CONFUSIÓN DE FINES. Abriga una cierta confusión en sus fines. La
globalización no es en sí un fenómeno negativo. Todo lo contrario, es quizá
uno de los signos más positivos de nuestros tiempos. A la vista están los
progresos que la aldea global nos ha proporcionado en el campo cultural,
social y político. Por lo demás, sólo en un mundo globalizado las naciones
se pueden ayudar con eficacia y prontitud, sólo en este marco podemos
avanzar en la erradicación del hambre, miseria, epidemias y hacer frente a
los desastres y catástrofes que afectan a un lugar concreto. En este mundo
cada día más interconectado podemos igualmente atender a las grandes
amenazas que se ciernen sobre la humanidad: desertificación, nuclearización,
contaminación, capa de ozono, efecto invernadero...
El problema estriba en las pautas e intereses que se imponen en un mundo de
economía también globalizada. El mercado planetario está al día de hoy
regido por el valor de lucro y no por la satisfacción de las necesidades de
todos. El capitalismo liberal ha ganado terreno para aplicar unas leyes
generadoras de injusticias y desigualdades. Sin embargo ello no debiera de
llevar a cuestionar el nuevo y ansiado marco global, sino la filosofía
económica en él imperante.
Los proteccionismos tienen los días contados. No hay alternativa a la
globalización. La mundialización del mercado es un hecho irreversible. Sin
embargo la sociedad global no es injusta de por sí, ya lo era antes de
globalizarse, sino porque en sus intercambios sigue preponderando el egoísmo
humano. Será preciso, por lo tanto, explorar qué política con corazón, qué
leyes equilibradoras, qué mecanismos solidarios activar en medio de un
planeta sin fronteras económicas.
Hemos ampliado al máximo los límites del mercado. No hay porqué renunciar a
tan extensa plaza. Lo que prima es que las relaciones sean justas y
equitativas, que el más fuerte no se aproveche del más débil. El mal no está
en la esencia de ese mercado global, ni siquiera en la excesiva
liberalización del mismo, el mal estriba en el lucrativo uso de tanta
libertad, en ese empeño, ahora magnificado, de sacar beneficio a costa de
los más desprotegidos.
2.- CAUSAS JUSTAS, MEDIOS PACÍFICOS. El fin debe de ir incluido en los
medios. Las causas justas tienen que prescindir definitivamente de los
adoquines, de la práctica de "asfalto quemado", del cuerpo a cuerpo con la
Policía. Las causas justas sólo pueden prosperar por sí mismas, es decir por
la fuerza de la razón que les asiste y por los medios pacíficos que empleen.
Las piedras y cócteles que supuestamente caen sobre la Policía, en realidad
van a parar a su propio tejado. En su inmensa mayoría el movimiento
antiglobalización no respalda la actitud de minorías más extremistas
proclives al uso de la violencia, por ello se hace necesario marcar
distancia con respecto a esas actitudes, so pena de creciente descrédito de
todo el movimiento.
3.- DEL "ANTI" AL "PRO". Caducaron los tiempos "anti". El tercer milenio con
todo su desembarco de nuevas tecnología y posibilidades nos invita más al
"pro", a autofacultarnos para diseñar e implementar alternativas a los
modelos sociales, políticos y económicos vigentes. El viento termina
arrastrando los postulados "anti" que no traen consigo su correspondiente
paquete de semillas (como el comercio justo, productos y tiendas solidarias,
trueque y redes de cooperación, 0,7%...).
A veces la semántica puede acabar despejando algunas de las dudas que nos
coloca por delante un debate como éste. Entiendo un mundo globalizado como
un mundo por fin unido y hermanado, en el que yo hago mío tus problemas y
tus esperanzas, en el que nos trazamos los del Norte y los del Sur un mismo,
glorioso y próspero destino. Ha costado mucho ampliar la plaza, que todos
los países tuvieran un hueco en sus soportales. No la derribemos.
Sostengamos un mundo global. Fundemos un mercado de intercambio cuyo
principal objetivo sea que seis mil millones de humanos coman, se abriguen e
instruyan, sin necesidad de salir a la esquina a mendigar.
La gran aldea económica puede ser grande, hermosa. Lo importante es que de
vuelta para casa nadie retorne con la cesta vacía, que en todas las mesas
haya pan y vino, cuadernos y lápices. La gran aldea, el reino de Dios en la
Tierra, puede tener música, color, alegría, pero en la vereda que a ella nos
lleva hemos de despojarnos de privilegios, caprichos y necesidades
superfluas. La gran aldea puede ser feliz con sólo olvidarnos un poco del
"beneficio propio", con sólo empezar a pensar en clave de compartir. ¡Que
las crecientes protestas internacionalizadas sirvan para dignificar la vida
de todos los humanos, no para clausurar la plaza en la que por fin podemos
encontrarnos!
Koldo
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