Asunto: | [MESHIKO] Dejo el cargo en el umbral de una ruptura de facto con Cuba: Pascoe; editorial La Jornada | Fecha: | Martes, 1 de Octubre, 2002 10:29:39 (-0500) | Autor: | Ricardo Ocampo <redluz @...............mx>
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From: Pedro Gellert <mmsc2002@...>
Date: Tue, 01 Oct 2002 09:34:10 -0500
To: mmsc2002@...
Subject: Dejo el cargo en el umbral de una ruptura de facto con Cuba:
Pascoe; editorial La Jornada
La Jornada
México D.F. Martes 1 de octubre de 2002
En carta a Fox califica de irresponsable la política de la cancillería hacia
la isla
Dejo el cargo en el umbral de una ruptura de facto con Cuba: Pascoe
Afirma en la misiva que se le quiso obligar a ejecutar ''acciones finalmente
subversivas''
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 30 de septiembre. En su último día como embajador de México,
Ricardo Pascoe envió hoy una carta al presidente Vicente Fox, en la cual
asegura que deja el cargo ''en el umbral de una ruptura de facto'' con Cuba,
califica de ''irresponsable'' la política de la cancillería mexicana hacia
la isla y dice que se le quiso obligar aquí a ejecutar ''acciones finalmente
subversivas''.
En una de varias alusiones al canciller Jorge G. Castañeda, Pascoe dice:
''Aparte de irresponsable, esta política, que no comparto en absoluto,
representa un error histórico por parte de nuestro país. La política
exterior debe representar el interés del Estado y no el estado anímico de
quien la ejecuta''.
Se me quiso arrinconar...
Agrega: ''Para mí ha sido una sorpresa vivir, en carne propia, el golpe de
timón que México ha dado a las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Se me quiso arrinconar a efecto de realizar una serie de acciones finalmente
subversivas que preten-dían llevar las relaciones bilaterales a la ruptura
diplomática''.
Pascoe no ofrece precisiones, pero este tramo de su texto parece referirse a
la política de la cancillería mexicana de sobredimensionar la evaluación de
la oposición interna en la isla y del exilio radical anticastrista
establecido en Miami.
''Cuando nos acercamos a los Estados Unidos, nos alejamos de Cuba y
viceversa'', dice Pascoe en la segunda página de su carta, en la que vuelve
más claramente contra Castañeda: ''Hay quienes sostienen que la soberanía no
vale nada en estos tiempos del nuevo Imperio Romano. Discrepo totalmente de
esta afirmación''.
Hoy ''más que nunca los pequeños y disputados espacios de independencia
deben ser no sólo defendidos, sino también nutridos y solventados. Incluso,
usados inteligentemente le son útiles a México para el logro de sus
objetivos nacionales. En esto estriba el diferendo que su cancillería ha
tenido conmigo en la relación con Cuba'', dice Pascoe, al despedirse de
Vicente Fox como integrante del actual gobierno mexicano.
El enfoque de Pascoe Pierce coincide en parte con el del canciller cubano,
Felipe Pérez Roque, quien el pasado fin de semana dijo a reporteros que en
las relaciones bilaterales ''ha habido un retroceso y se mantiene un nivel
de frialdad''.
Ambas evaluaciones ratifican explícitamente la continuidad en el deterioro
progresivo que han tenido los vínculos entre los dos gobiernos poco después
del inicio de la gestión de Fox, en diciembre de 2000.
Pérez Roque confirmó el sábado a la prensa que México pidió el beneplácito
para que la representante alterna en Naciones Unidas, Roberta Lajous,
ocupara el cargo de embajadora, pero indicó: ''Lo estamos considerando y
oportunamente vamos a responder'' a esa solicitud.
En horas de la noche, La Habana otorgó su anuencia para que Lajous ocupe el
puesto que Pascoe deja vacante en la representación diplomática mexicana.
En tanto llega la nueva embajadora la legación estará encabezada por un
encargado de negocios, el diplomático Andrés Ordóñez.
Al iniciarse en 1994 el gobierno de Ernesto Zedillo, la misión mexicana
también quedó acéfala y sin titular designado, al terminar su encargo Carlos
Tello Macías. Unos seis meses más tarde llegó el nuevo embajador, Claude
Heller.
La actual espiral de tensiones cobró fuerza en marzo pasado, tras el choque
personal entre Fox y el presidente Fidel Castro en torno a la cumbre de
Monterrey. México ha hecho todo lo posible para impedir el diálogo político,
mientras que Cuba ha dejado de otorgar a su antiguo aliado el beneficio de
la duda para ubicarlo como parte del espectro de gobiernos hostiles.
La muestra más reciente es la todavía fresca contienda diplomática que
culminó la semana pasada con la elección de la argentina Mirta Roses como
directora general de la Organización Panamericana de la Salud, en un proceso
que parecía ganado para el candidato mexicano, Jaime Sepúlveda, pero que
tuvo un vuelco de última hora con la aparente influencia de Cuba, como
consignó La Jornada el domingo pasado.
En este terreno densamente minado, Pascoe quiso morir matando. ''A pesar de
mi empeño, en este momento estamos en el umbral de una ruptura de facto, más
no de jure, de las relaciones diplomáticas entre Cuba y México'', señala el
aún embajador en su carta.
Sin abundar, el diplomático refleja en su texto la tirantez realmente
existente en la actitud mexicana hacia la isla, combinada con expresiones
formales de normalidad. Su conclusión es convergente con la que daba el
sábado Pérez Roque, al rechazar que la tensión fuera responsabilidad de La
Habana: ''Hay escollos en el gobierno de México que, al menos hoy, parecen
tener la capacidad de vetar cualquier avance en las relaciones''.
Pascoe dice que en un documento que entregó a la Comisión de Relaciones
Exteriores del Senado, y luego a Fox, en diciembre de 2000, planteó su
visión de la política hacia Cuba y ''los compromisos básicos de una sana y
posible relación bilateral'', acorde con los intereses de seguridad nacional
de México. ''Entendí que estábamos de acuerdo'', le dice al Presidente.
A escasas horas de dejar el cargo que ocupó durante 21 meses, Pascoe
manifiesta estar ofendido por ''la manera en que se quiso dañar mi imagen
pública con acusaciones falsas y amañadas sobre corrupción'', referencia a
la batería de cargos que primero le lanzó y luego retiró sin mayor
explicación el oficial mayor de la cancillería, Mauricio Toussaint.
Pascoe señala en su carta que aceptó el cargo ''dando un debate dentro de mi
partido'' (PRD) y aboga por evitar represalias contra sus colaboradores en
la embajada. ''Por haberme permitido el honor de representar a mi país en el
exterior, le expreso mi más sincero agradecimiento'', dice finalmente.
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CUBA Y MEXICO: ¿RUPTURA?
(editorial, La Jornada, martes, 1 de octubre de 2002)
El hasta ayer embajador de México en Cuba, Ricardo Pascoe, marcó su
despedida del cargo y de la isla con una carta abierta al presidente Vicente
Fox, en la que advierte la inminencia de una "ruptura de facto" en las
relaciones entre ambos países, critica duramente el "golpe de timón"
efectuado por el actual gobierno mexicano en la política hacia la nación
caribeña y señala que la presencia de México en Cuba "es un factor
geopolítico crucial para la estabilidad de la cuenca del Caribe y el golfo
de México".
Por lo que hace a las acusaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores
contra la gestión de Pascoe - por las cuales tuvo que disculparse en público
un alto funcionario de la cancillería-, el involucrado dijo que obedecieron
al empeño de "realizar una serie de acciones finalmente subversivas que
pretendían llevar las relaciones bilaterales a la ruptura diplomática", en
lo que podría ser referencia a una provocación montada a fines de febrero
por el canciller Jorge G. Castañeda Gutman -una de las tantas- que derivó en
el allanamiento de la sede diplomática mexicana en La Habana por parte de
algunos presuntos demandantes de asilo.
El rosario de desfiguros en que ha incurrido la jefatura de la diplomacia
nacional, en el cual se insertan los maltratos y las difamaciones oficiales
contra Pascoe, es preocupante y vergonzoso, y deja al descubierto una
abismal impericia política y administrativa; pero el tema sustancial de este
episodio no es el despotismo y la mala fe del canciller para con sus
subordinados, sino el hecho de que la política exterior foxista, en palabras
del ex embajador, no está sujeta a los intereses del Estado, sino "al estado
anímico de quien la ejecuta".
Sólo a partir de semejante extravío puede, en efecto, ignorarse que los
vínculos históricos con Cuba son elemento primordial de equilibrio y
estabilidad regionales y que, en esa misma lógica, las acciones orientadas a
deteriorar esa relación dañan severamente a México y a la convivencia
regional y pueden derivar en una desestabilización del hemisferio norte del
continente.
Si la anterior pudiera parecer una afirmación desmesurada, baste con pensar,
para no ir demasiado lejos, en qué medida la tradicional solidaridad
gubernamental cubano-mexicana ha servido de freno a los sempiternos afanes
injerencistas de Washington contra Cuba, y hasta qué punto la destrucción de
esa solidaridad alienta, en el cálculo del grupo gobernante estadunidense,
la viabilidad y la oportunidad de una nueva escalada hostil hacia la isla.
Con esas consideraciones en mente, la advertencia formulada por Pascoe al
jefe del Ejecutivo reviste una gravedad insoslayable y hace necesaria una
pronta e inequívoca manifestación pública del Presidente en torno a la
situación de las relaciones entre ambos países. Y cabe demandar una vez más
que Fox restablezca la visión de Estado en un asunto distorsionado y
desvirtuado por los intereses personales, las fobias y los estados de ánimo
de su secretario de Relaciones Exteriores.
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