Compas:
Les comparto el más reciente artículo de Sergio Aguayo,
publicado en el Diario Reforma hoy 6 de junio.
Podemos estar de acuerdo o no con las críticas que le hace a López
Obrador, pero las razones que da para votar por AMLO creo que son
muy atendibles y pueden ayudar a muchos de los indecisos, a los
que siguen apostando por el voto nulo y aún a sus críticos más
acérrimos. Las negritas del texto son mías.
Saludos cordiales,
Pastor Ricárdez
Votar
por AMLO
Sergio Aguayo
Quezada
saguayo@colmex.mx
Reforma - 06 de
junio de 2012
Con sentimientos encontrados dejo el bando de los
indecisos. Daré
mi voto a
Andrés Manuel López
Obrador y
seguiré revisando críticamente su actuación
pública.
En 2009 impulsé el
voto nulo
decepcionado con la cosecha de la alternancia:
partidos y políticos
degradados
que contaminan y corrompen instituciones y
cultura; violencia
incontenible y
Estado ineficaz y mediocre. Como militante
activo de la
ciudadanía indefensa
veía con desdén la urna que según todas las
encuestas coronaría
al candidato
priista pese a su pobre desempeño como
gobernador y a su
rala vocación
democrática. Confieso que mi preocupación la
trasladaba al
próximo 1o. de
diciembre cuando empezaría la resistencia a la
restauración.
Mantengo la
decepción con lo que
hay, pero ahora, en junio, tenemos un
panorama totalmente
diferente:
Josefina Vázquez Mota se desinfla, Enrique Peña
Nieto desciende y
López Obrador
crece, mientras una rebelión juvenil sacude,
como en ocasiones
previas, la
modorra ciudadana. Dada la
emergencia
nacional
decido votar por AMLO, aunque sigo teniendo dudas
sobre algunos
rasgos del
aspirante de las
izquierdas.
Profundizo en el más importante.
En septiembre de
2006 Cuauhtémoc
Cárdenas expresó su preocupación por la
"intolerancia y
satanización, [por] la actitud dogmática que priva en el entorno
de
Andrés Manuel para
quienes no
aceptamos incondicionalmente sus propuestas".
En mayo de 2012
Javier Sicilia le
dijo a López Obrador que para muchos
él
"significa la
intolerancia" con "aquellos que no se le parecen o no comparten
sus
opiniones". El
aludido
respondió al poeta: "a mí no me puedes meter en el mismo
costal", "no soy
autoritario", "no soy mesiánico".
Estoy convencido de que López Obrador ni viola los
derechos humanos ni
es un
corrupto. Desafortunadamente, también he constatado
que no ha
combatido con
energía a los
corruptos de su
partido y que se abstiene de utilizar su ascendiente
para frenar los
ataques que sus
seguidores lanzan contra quienes difieren de sus
planteamientos. Una
precisión: se
vale criticar a Sicilia con el bisturí de la razón;
es inaceptable
tildarlo de
"traidor" e "hijo de la chingada", entre otros adjetivos,
ante la
impasibilidad del
dirigente político.
Esa tolerancia a la
agresividad
se relaciona con el llamado de AMLO para que
"participemos todos
juntos
en la transformación del país". Estamos ante un punto
nodal en la relación
sociedad-líder carismático. ¿Se
pide una
participación
respetuosa de la
diversidad y la
libertad o se espera y exige subordinación total?
En mi caso,
simpatizar o votar
por AMLO no mutila mi derecho a revisar
críticamente sus
acciones para
respaldarlo o contradecirlo. Me opongo a los excesos verbales del
porrismo
priista, panista o lopezobradorista porque son antesalas para la
agresión
física. Respaldo el derecho de Sicilia a informar que anulará su
voto porque ha
aclarado que eso no condiciona a quienes participan en el
Movimiento por la Paz
con Justicia y Dignidad, así como mi voto por AMLO tampoco obliga
a los
integrantes de
Alianza Cívica,
organización que
actualmente presido.
Escudriñé con enorme
cuidado el
texto de Sicilia y contiene críticas sólidas al
desdén e
indiferencia que nuestra
clase política (y eso incluye a la izquierda) ha
mostrado hacia las
víctimas. Es
una demanda bien armada de quienes conviven
día a día con el
sufrimiento y la
cínica impunidad de los gobernantes. El reclamo
en Chapultepec
sirvió de poco
porque después del evento ha seguido el
menosprecio
discursivo a los
costos sociales de la guerra contra el narco.
Aún así votaré por AMLO por su biografía de honestidad,
porque su lucha
ha
sido pacífica (pese a la intolerancia mencionada) y
porque tuvo una
buena
gestión como
gobernante del
Distrito Federal. Se hizo el desentendido con las
sociedades de
convivencia pero alentó la
equidad de género y
estableció
programas de protección a las madres solteras y a los
adultos mayores.
Su crítica
a los partidos abre la posibilidad de que respalde el
desmantelamiento
de la
partidocracia.
La victoria de López
Obrador en
las urnas no está garantizada. De mantenerse las
tendencias actuales
y si empata
con Peña Nieto tendrá que superar la compra y
coacción del voto
del 1o. de
julio. Aun ganando, sus márgenes de maniobra
estarán acotados por
los poderes
fácticos y por los partidos (incluidos los que
ahora le avientan
incienso). La profundidad
de las reformas dependerá en
buena
medida de la energía de una sociedad organizada,
consciente, decidida y
libre.
Pero todo eso
corresponde a un
futuro imposible de anticipar con tantas variables
que andan sueltas. Junio es el mes en el cual
tendremos que optar
entre dos
opciones. La evidencia muestra que el PRI de Peña Nieto
es un peligro
para la
democracia. López Obrador es la esperanza de un cambio
que será más
equilibrado si participa la sociedad. Por eso votaré por
AMLO.
Colaboró Abraham
Rojas M.
Agradezco las sugerencias de Gabriela Palacios
Puyana.
www.sergioaguayo.org
http://www.sergioaguayo.org/articulos/2012/Aguayo_VotarporAMLO_060612.pdf
--
Antes de imprimir este correo, piensa bien si es necesario hacerlo. Cuidemos nuestro Planeta.