Escrito:
mar 15 abril 08
Palenque
Larga cola de la privatización (I)
Julio Pomar
La
hasta hoy felizmente frustrada --pero no abortada-- privatización "fast track"
de Pemex, tiene una larga cola en el pasado. Tan larga, que cuesta trabajo
darse cuenta hasta donde llega la desvergüenza de los actuales personeros
panistas en ese empeño cuando se autodenominan democráticos y se disponen a
utilizar los resortes del poco poder que hasta hoy han acumulado, para
concretar una de las reformas más anti democráticas posibles: quitarle a México
y a los mexicanos su principal fuente de riqueza, el petróleo, sin el cual
cualquier democracia posible se vuelve una fantasía retrógrada, un espantajo,
una abyecta simulación.
El PAN nació en 1939, exactamente al año
siguiente de la Expropiación Petrolera de Lázaro Cárdenas del Río, lo cual en
sí es un mensaje de significación. En su fundación, el PAN recogió efusivamente
el "programa" de los cristeros levantados en armas contra el régimen de la revolución
entonces naciente, con el soplo divino eclesial católico de fines de los 20:
todo contra los artículos constitucionales 3º, 5º, 27, 123 y 130, exactamente
los que le dieron solidez y oriente al nuevo régimen surgido del movimiento
popular de 1910-17, y sin los cuales la nueva constitución del 17 no hubiera
pasado de ser una más de las muchas cartas liberales o liberaloides que había
en el mundo de entonces.
Esto
es, el PAN nació para luchar contra la educación laica, popular, racional y
gratuita; contra las limitaciones al poder eclesial, que llegó a tener la forma
de una aplastante teocracia asfixiante en la Nueva España; contra la propiedad
de la nación sobre todos sus recursos en tierra, agua y aire, así como en el
subsuelo; contra la filosofía laboral protectora de los derechos de los
trabajadores favorecedora de la existencia de los sindicatos, y finalmente,
contra la separación del Estado y la iglesia que le limitó fueros y prebendas a
esta última.
Ahora hay estudiosos (que naturalmente no son
de izquierda, ni siquiera de centro) que hablan de que el PAN representó la
"oposición noble" al régimen primero del PNR, después del PRM y finalmente del
PRI. Sería "noble", pero miraba hacia atrás, era una oposición reaccionaria,
por más que se vistiera con ropajes democráticos. Y se decía democrática --como
lo están probando los hechos de la actualidad-- sólo mientras esa democracia
les permitiese volver al poder ya no como partido político específico, sino
como alineamiento histórico. Pues bien, este es el momento que los panistas y
demás derechistas pretenden trascender del predominio de su partido político,
el PAN, al dominio intemporal de la derecha, la cual pretenden que sea como el
IV Reich de Hitler, que dure mil años. E históricamente no les importa mayor
cosa que este dominio lo logren bajo las siglas del PAN, del PRIAN o del mismo
PRI ya muy empanizado, con tal de que se cumplan los designios de su voraz
apetito de control sobre el país.
Privatizar el petróleo es para ellos la orden
mágica. Si en la economía ya están privatizados los bancos (y todos extranjerizados,
excepto uno), los ferrocarriles, los aeropuertos, las carreteras modernas; si
en la educación superior hay una embestida contra las universidades públicas
que ya son minoritarias en el conjunto de las casas de estudios superiores, y
si ya se privatizaron virtualmente todas las empresas paraestatales, y asimismo
ya lograron reformas bajo el salinato que "liberan" la propiedad ejidal o
colectiva de las tierras de cultivo, la lógica indica que van tras el petróleo
bajo el grito de que es una empresa que "pierde", cuando la realidad los desmiente
y hace ver cuán crasa es su mentira: extraer un barril de petróleo le cuesta a
México no más de ocho dólares, y en el mercado internacional la mezcla mexicana
la vende hoy en 92 dólares el mismo barril. O sea, van tras el Gran Filón de
Oro, tras la gran riqueza nacional, para explotarla a su favor y escamoteársela
a la Nación.
Y naturalmente, en el empeño desnacionalizador
cuentan con el apoyo ambicioso de los grandes consorcios trasnacionales del
petróleo: Exxon, Mobil, Chevron de los EU, y con los de los europeos ingleses,
noruegos y últimamente españoles. El petróleo no tiene patria para ellos. Es de
ellos, según pretenden, con el apoyo cipayo de los panistas y demás laya
desnacionalizada.
pojulio2@gmail.com
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