Asunto: | [redanahuak] EL EXPERIMENTO MEXICANO / JORGE RAMOS | Fecha: | Sabado, 28 de Julio, 2012 12:55:16 (-0500) | Autor: | REDLUZ <lacasadelared @.....com>
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LO QUE PIENSA UNO DE LOS PERIODISTAS LATINOS MAS RESPETADOS EN LOS ESTADOS UNIDOS, JORGE RAMOS, DE UNIVISION. EL EXPERIMENTO MEXICANO POR JORGE RAMOS.
Minimizar o negar lo que nos pasa es una caracterÃstica muy mexicana.
Ya lo decÃa Octavio Paz en "El Laberinto de la Soledad": "Máscara el
rostro, máscara la sonrisa". Minimizar o negar que hubo abusos y
trampas, antes y durante la elección presidencial, es la tÃpica
respuesta mexicana a nuestros problemas. Pero ya es momento de romper
ese esquema centenario. Y la manera de hacerlo es, primero, reconociendo
que las votaciones no fueron limpias ni transparentes. Sé que
suena a obsesión. Pero, sencillamente, no nos podemos quedar callados si
Enrique Peña Nieto, el candidato del PRI, llegó a la Presidencia de
México comprando miles o millones de votos y usando el presupuesto del
Estado de México para promover su candidatura por televisión. Eso viola
la Constitución que exige votaciones libres. No debemos dejar para el
próximo sexenio lo que podemos denunciar hoy. Ante las trampas es
preciso exigir que se haga algo significativo, ejemplar, para que nunca
más se repita este tipo de fraude. Nunca más. Oigo por muchos
lados -Twitter, Facebook, radio...- a mexicanos que dicen que todos los
partidos polÃticos compran votos, que es preferible que Peña Nieto tome
posesión y que la vida siga igual. O sea, que lo mejor es no hacer olas.
Pero aquà hay que tomar partido y, con esto, no me refiero a apoyar a
Andrés Manuel López Obrador, el candidato del PRD. Hay que
tomar partido con la democracia. Punto. Si López Obrador o Josefina
Vázquez Mota, del PAN, hubieran ganado con trampas la Presidencia, mi
crÃtica serÃa exactamente la misma. Pero el que ganó con trampas fue
Peña Nieto del PRI -un partido que durante 71 años se impuso a dedazo
limpio en las elecciones presidenciales- y por lo tanto nos corresponde
como periodistas cuestionarlo a él. No es una cuestión partidista. Es
una cuestión ética. Elie Wiesel, el Premio Nobel y
sobreviviente del holocausto, nos recuerda en su libro "Noche" que:
"Debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la
vÃctima". En su caso, denuncia a los que no se atrevieron a confrontar a
Hitler. En el caso mexicano, podemos aplicar el mismo principio y tomar
partido con la democracia, no con los que abusaron de sus recursos
económicos para comprar votos y llegar al poder. Como
periodistas no podemos -no debemos- apoyar a ningún candidato. Mientras
más distancia mejor. Nada de regalos, comidas o inversiones en
publicidad de polÃticos. Nuestra principal función social como
periodistas (lo he dicho antes) es evitar el abuso de los que tienen el
poder. Y en México esto significa, en estos momentos, denunciar las
trampas electorales, identificar a los culpables, las cuentas y los
montos que pagaron, e insistir en que el Gobierno federal inicie una
investigación independiente y que las autoridades electorales castiguen
fuertemente a los tramposos. Con todas las pruebas presentadas no es
posible concluir que Peña Nieto ganó limpia y legalmente. El
experimento mexicano con la democracia apenas lleva tres elecciones
presidenciales. Ésta y la del 2006 quedaron embarradas de dudas. Sólo la
del 2000 estuvo libre de cuestionamientos graves. Nos falta mucho por
aprender. Sigo pensando que en Suiza o en Suecia, por poner dos
ejemplos, algo parecido a lo que ocurre en México ya habrÃa llevado a la
anulación de las elecciones, a la descalificación del candidato que
supuestamente ganó y a un montón de gente en la cárcel. En México no
pasa nada. La compra de votos en un paÃs tan pobre como México
tiene su base en una inocultable cultura de corrupción. México está
entre los paÃses más corruptos del mundo según Transparencia
Internacional; el año pasado ocupó el lugar 100 entre 183 naciones. Su
calificación fue de 3.0 puntos, en una escala donde cero es lo más
corrupto y 10 lo menos corrupto. Pero es un error el justificar
el triunfo de Peña Nieto diciendo que lo normal en México es que haya
corrupción y que se compren votos para ganar una elección presidencial.
Es tan absurdo como decir que lo normal en México es que haya 60 mil
muertos en un sexenio de lucha contra el narcotráfico. Para que
el experimento mexicano salga adelante hay que cuestionar y rechazar,
antes que nada, lo que parece normal: las trampas, los muertos, la
pobreza, la concentración de poder, de información y de dinero en pocas
manos. Creo en el experimento mexicano. Creo que México llegará
a ser un paÃs verdaderamente democrático. Creo que México tiene grandes
periodistas -sobre todo mujeres: Elena Poniatowska, Carmen Aristegui,
Alma Guillermoprieto, Adela Navarro (del semanario Zeta), Lydia Cacho,
Anabel Hernández, Sanjuana MartÃnez, Guadalupe Loaeza, Cristina Pacheco,
Denise Dresser y Denise Maerker, entre muchas otras- que informan con
valentÃa y que no van a dejar que nos mientan. Creo en los 131 jóvenes
que despertaron un vigoroso, contestatario y necesario movimiento
estudiantil. Creo en la lucha por los inmigrantes del Padre Alejandro
Solalinde y en la búsqueda de la paz del poeta Javier Sicilia. Creo que
millones de mexicanos ya no quieren más de lo mismo. Creo en un México
nuevo y posible. Pero lo viejo no acaba de morir en México. Y es ese olor a rancio y podrido lo que no me deja en paz. Jorge Ramos Ãvalos 15 Jul. 12
http://www.elindependiente.mx/noticias/?idNota=7090
http://www.reforma.com/editoriales/nacional/665/1328867/ http://noticias.univision.com/estados-unidos/noticias/article/2012-07-16/el-experimento-mexicano#axzz21wOTSnvQ
http://www.elnuevoherald.com/2012/07/17/1253039/jorge-ramos-avalos-el-experimento.html
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