La jornada
26 de enero de 2013
La
guerra del maíz
Silvia
Ribeiro*
Ante la
inminencia de que el gobierno autorice sembrar millones de
hectáreas de maíz
transgénico en México, varias redes y colectivos de Oaxaca
declararon el 2013
como Año de resistencia contra el maíz transgénico y en defensa
del maíz
nativo, de la vida y autonomía de los pueblos del maíz. Está en
juego el más
importante patrimonio genético de los mesoamericanos, base de la
autonomía de
los pueblos y de la soberanía alimentaria y uno de los
principales granos del
sustento global. Todo para favorecer el lucro de cuatro
transnacionales, con
graves riesgos a la salud y el ambiente.
La Red
en Defensa del Maíz asumió este llamado en su primer asamblea
nacional del
2013. También organizaciones campesinas, urbanas y
estudiantiles, como
#YoSoy132 Ambiental. La Red en Defensa del Maíz, integrada por
1200 comunidades
indígenas y campesinas junto a decenas de organizaciones
comunitarias y de la
sociedad civil, recordó que la verdadera moratoria al maíz
transgénico es la
que han mantenido las comunidades, sembrando sus maíces y
defendiéndose de la
entrada de semillas que no conocen, sea a través de programas de
gobierno u
otros. Llaman amablemente a los agricultores del norte de México
a discutir con
la Red los impactos del maíz transgénico y porqué también será
negativo para
ellos.
Treinta
campesinos de Unorca y Vía Campesina comenzaron el 23 de enero
una huelga de
hambre contra los transgénicos y en defensa del maíz, en
campamento en el Ángel
de la Independencia. Ante el acoso policial, Alberto Gómez,
huelguista y
coordinador de la Vía Campesina América del Norte, declaró es
muy simbólico:
quieren impedir al pueblo campesino estar frente al monumento a
la
Independencia, sirviendo a sus nuevos amos: el neocolonialismo
de Monsanto,
DuPont y Pioneer.
Las
protestas contra el maíz transgénico siguen creciendo. Días
antes, el gobierno
mexicano recibió de Avaaz un llamado firmado por 41,754 personas
de todo el
mundo, demandando parar la siembra de maíz transgénico en
México, tema de
relevancia internacional por ser centro de origen del maíz.
Advierten que los
ojos del mundo están puestos en el tema. Se suman a decenas de
miles de firmas
entregadas antes por Greenpeace y otras organizaciones.
El
llamado de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad
a cancelar
todas las siembras de maíz transgénico, entregado a los
gobiernos saliente y
entrante a fin de noviembre, cuenta ahora con el apoyo de más de
3000
científicos y expertos, muchos con amplios reconocimientos
nacionales e
internacionales. Se ha convertido en un documento de referencia,
con sólidos
argumentos científicos contra la liberación de transgénicos en
su centro
de origen.
Por
otro lado, siguen llegando malas noticias sobre los impactos de
los
transgénicos en la salud. Al tema abierto por un equipo
científico francés de
que maíz transgénico causó cáncer en ratas, se suma otro estudio
científico
(Podevin, N. y du Jardin, P.) entregado a EFSA, la agencia
europea sobre
seguridad en alimentos, que muestra que la mayoría de los
cultivos transgénicos
aprobados en Estados Unidos (54 de 86) contienen partes de un
virus que no
fueron reconocidas al aprobarlos y que pueden tener efectos
negativos en
plantas, animales y humanos. Según Jeffrey Smith, experto en
impactos de salud
de los transgénicos, consumir alimentos derivados de esos
transgénicos, podrían
volvernos más susceptibles a infecciones virales, desde gripe a
hepatitis o
SIDA. Según el estudio, entre los transgénicos que tiene esos
componentes
virales, está el maíz Mon810 y el maíz NK603 de Monsanto que
causó cáncer en
ratas y que quieren sembrar a gran escala en México. También la
soya
transgénica que pretenden sembrar en grandes áreas en la
península de Yucatán.
El 23
de enero la Comisión Europea anunció su decisión de congelar el
proceso de
autorización de cultivos transgénicos en la Unión Europea hasta
finalizar su
mandato en 2014, porque las autorizaciones de cultivos
transgénicos envenenan
las relaciones entre la Comisión y varios Estados miembros.
Contrasta
con la actitud del gobierno de México –país centro de origen y
el de mayor
consumo humano diario de maíz– que considera sembrar grandes
áreas de maíz
transgénico y continuar la soya transgénica con este virus.
No
existen argumentos válidos para la siembra de transgénicos: hay
opciones
mejores y sin riesgos, sea para aumentar la producción del país
(si se
necesitara, porque México ya es excedentario en producción de
maíz para consumo
humano) como para conservar la diversidad y las semillas en
manos campesinas e
indígenas, sus creadores.
En
diciembre 2012, en una manifestación frente a Sagarpa contra el
maíz
transgénico, la Red en Defensa del Maíz, #YoSoy132 Ambiental, el
Movimiento
Urbano Popular MUP-CND, Jóvenes ante la Emergencia Nacional y la
Asamblea
Nacional de Afectados Ambientales entregaron al gobierno sus
preocupaciones
sobre maíz transgénico y la demanda de prohibirlo. Los
funcionarios aseguraron
que discutirán abiertamente los argumentos, por lo que se los
llama ahora a
participar en el debate público Maíz transgénico en México que
se realizará en
la Facultad de Ciencias el 7 de febrero, a las 11 horas, en el
auditorio
Alberto Barajas Celis, con participación de científicos y
movimientos sociales.
Mientras
el gobierno intenta vender una cínica cruzada contra el hambre,
el maíz
transgénico eliminaría para siempre la posibilidad de
alimentación sana y digna
para los mexicanos. Como expresó Joel Aquino, intentan dar el
golpe que no han
podido dar en 500 años.
*Investigadora
del Grupo ETC