La Vida es Relación
“Toda relación es un espejo en el cual la mente puede
descubrir su propias operaciones”
–Krishnamurti.
La Relación se da con otros seres humanos, también se da con
uno mismo, con las cosas, con nuestras propiedades, con nuestras ideas,
con la naturaleza, etc. Estar vivo es estar
relacionado.
Por eso es de primordial importancia el darnos cuenta cómo
es nuestra relación con la vida a todo nivel. No es posible hacerlo a
través de un análisis introspectivo porque los resultados que arrojarán
serán dados por nuestra memoria, por nuestro pensamiento, y ya habíamos
hablado anteriormente que el pensamiento es el centro del yo inferior, del
egocentrismo. Toda conclusión que de ahí salga será de acuerdo a la
conveniencia del yo inferior. Toda esas conclusiones solo hacen reforzar
la imagen que tenemos de nosotros mismos, la cual no es la
realidad.
La única manera de ver la realidad sin ninguna distorsión es
el momento mismo que se da la relación. En ese espejo de la relación nos
podremos ver a nosotros mismos tal y cual somos. Naturalmente aquí
necesitamos agregar que esto será posible si nos observamos sin juzgarnos,
sin condenarnos, sin compararnos, sin evaluarnos... simplemente observar
como un observador externo.
La Relación es un conflicto tanto interno como externo. Sin
embargo el conflicto interno es el que se extiende y se convierte en un
conflicto en el mundo. Los conflictos que hay en el mundo, son simplemente
los efectos de nuestros propios conflictos. Por lo tanto, solo a través de
las relaciones podremos ver sin ninguna distorsión nuestros pensamientos y
nuestro estado interno.
Si captamos la esencia de lo que se ha dicho, nos daremos
cuenta que el problema no es el mundo, sino que nosotros lo generamos en
nuestras relaciones y lo que vemos es solo el resultado de nosotros
mismos. Lo que vemos ahí afuera, es solo la exteriorización de nuestra
propia creación. Así es, si Ud. ve que hay guerra en algún país del medio
oriente, nosotros somos parte de ese problema aun cuando estemos a miles
de kilómetros de distancia física. Nuestros pensamientos fragmentados,
separatistas, nacionalistas, de odio, etc., contribuyen con la
exteriorización de esa fuerza llamada guerra que se da en algún lugar del
planeta.
Tenemos que darnos cuenta por nosotros mismos si realmente
estamos contribuyendo a las guerras, a través de observar nuestras
relaciones con todas las personas que nos rodean y también con nuestras
propias ideas. ¿Hacemos separación de clases sociales? ¿de clases
económicas? ¿de preferencias sexuales? ¿de ideologías
religiosas?
Si somos honestos con nosotros mismos nos daremos cuenta que
efectivamente es así y que no tiene ningún sentido el hacer reformas
sociales, reformas religiosas, etc. La única reforma que debemos hacer
es con nosotros mismos. Entonces si ya no queremos contribuir más con
el caos mundial y más bien queremos contribuir de manera positiva,
seguramente surgirá la pregunta: ¿Entonces qué hago y cómo lo
hago?
Yo diría que lo primero que tenemos que hacer es observar
nuestras relaciones en el diario vivir. El darse cuenta es mucho más
importante que el tratar de cambiar alguna condición interna. Aquí
debemos aplicar la verdadera inteligencia que es capaz de discernir y
desechar lo malo. No a través de alguna acción sino en la comprensión
misma del problema.
Rara vez nos ponemos a observar nuestras relaciones con los
demás, únicamente nos damos cuenta de los efectos de tales relaciones, es
decir nos encontramos de repente en medio de conflictos que ni siquiera
nos damos cuenta cuándo han surgido, y lo más fácil es culpar a nuestra
esposa, a nuestro jefe, al presidente o a la
sociedad.
Debido a que no nos conocemos a nosotros mismos, de que no
comprendemos a la vida, creamos imágenes alrededor nuestro a manera de una
muralla de modo que nos defienda psicológicamente del mundo
exterior.
Yo tengo una imagen de mí mismo, he creado una imagen que no
es real, es una imagen que oculta mi verdadero ser. Además he creado una
imagen de mi esposa tal y como lo he captado en cierto momento, como si
fuera una fotografía, algo estático. A su vez mi esposa tiene una imagen
de ella y además ha creado una imagen mía. Entonces la relación entre
ambos es una relación entre imágenes y no una relación real. Lo mismo
ocurre en las relaciones con nuestros amigos y otras personas. ¿Ven el
problema?
Cuando me dicen algo que contradice la imagen que he creado
de mí mismo, entonces me siento herido. Por ejemplo, si he creado la
imagen de que soy una persona respetable y famosa, y alguien lo
contradice, entonces me enojo con ese alguien y sufro las consecuencias de
una mala relación con esa persona. Si nos damos cuenta, en realidad lo que
queda herido es la imagen. La imagen es creada por nuestros pensamientos.
¿Es posible vivir la vida sin aferrarnos a
imágenes?
Por otro lado, tenemos que darnos cuenta que raramente
establecemos una verdadera relación. Siempre vivimos una vida aislada, aun
cuando estemos rodeados de miles de personas, persiguiendo únicamente
nuestros propósitos egoístas sin importar lo que los demás quieren. El
vivir encerrados en nuestra propia ambición ayuda a construir una imagen
dentro de uno y en consecuencia la relación con otros se establece por
medio de esa imagen. ¿Cómo puede haber relación si cada cual está
persiguiendo su propio éxito y su propia realización? Estamos tan
condicionados a hacer esto que nos parece de lo más normal actuar de esta
forma, sin embargo los resultados nos demuestran lo equivocados que
estamos.
Si no aplicamos la observación, la atención y la comprensión
no lograremos ver lo que realmente está ocurriendo con nuestra vida que es
una constante relación, y si el resultado de esa relación es el conflicto,
entonces nuestra vida es un constante
conflicto.
Lo primero que tenemos que observar es nuestra relación con
los demás día a día. Al hacerlo descubriremos que cada uno está viviendo
en su propio mundo de ambición, codicia, miedo, deseo de éxito, etc.,
buscando seguridad psicológica y dependiendo del otro para su comodidad,
para su placer y su necesidad de compañía. Y al sentirnos tan solos y
aislados necesitamos que se nos quiera, que se nos estime y tratamos cada
uno de dominar a los otros.
La verdadera relación no es el mantenerse unido por alguna
excusa. Muchos matrimonios están juntos por lo hijos y por otras
obligaciones, pero eso no es una relación en el sentido que estamos
tratando. Durante todos los días ambos persiguen sus propios intereses y
su pareja solo sirve para obtener algo de ella. El matrimonio se ha
convertido más bien en un convenio que no sirve para otra que no sea la de
satisfacer las necesidades de uno. Somos tan egoístas que ni siquiera
pensamos lo que nuestra pareja realmente quiere. Somos con nuestra pareja
como las rieles de un tren, que aunque están juntas, pero nunca se unen en
ningún punto. Siempre van en
paralelo.
Si le parece que estoy diciendo puras cosas negativas, es
porque simplemente es así la actual realidad de las relaciones humanas.
Nuevamente lo importante es ver lo que realmente es y no lo que uno
quisiera que sea. La única posibilidad de llegar a tener las correctas
relaciones humanas es comprendiendo las actuales equivocadas relaciones y
desechándolas. La verdadera relación es la unidad completa e
incondicional con la otra persona, no es el estar unido en un proyecto u
objetivo, es “ser uno” con la otra persona. Solo cuando hay verdadera
relación puede haber amor, y si hay amor no puede haber separatividad.
¿Puede haber amor cuando no hay
relación?
Sólo cuando exista correctas relaciones humanas, se podrá
hablar de una verdadera paz, armonía y
amor. |
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verdadero servicio es la emanación espontánea de un corazón amoroso y de
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correspondiente y permanecer en él; el producto de la inevitable afluencia
de la fuerza espiritual y no de la intensa actividad en el plano físico,
es el efecto del hombre cuando expresa lo que en realidad es, un divino
Hijo de Dios, y no el efecto estudiado de sus palabras o actos” -Maestro
Djwhal Khul. |