Comprendiendo a la
Muerte
“La muerte no es lo contrario a la vida, no es la
negación de la vida, es la continuación de ésta”
–Krishnamurti.
La muerte significa renovación, una total mutación en el
cual los pensamientos totalmente ya no funcionan. Los pensamientos son
todo lo viejo ya que se forman a partir de la actividad de la memoria, y
en la memoria únicamente se encuentran todas las experiencias viejas. Pero
cuando hay muerte hay algo totalmente
nuevo.
Estamos acostumbrados a ver a la muerte como un evento final
cuando debería ser un evento a cada momento de nuestra vida. Si esto fuera
posible entonces siempre estaríamos viviendo la vida de una manera fresca,
inocente y sin ningún tipo de problemas
psicológicos.
Para ilustrar un poco podemos recurrir a ejemplos que los
vemos constantemente ya sea a nuestro alrededor o a través de documentales
televisivos donde personas que han sufrido algún tipo de accidente grave y
estuvieron a punto de perder sus vidas, cambiaron radicalmente sus vidas
valorando ahora aquello que antes no le daban su debida importancia tal
como su familia, su salud, su tiempo, su vida misma y dejando atrás sus
obsesiones y sus móviles egoístas. Se puede decir que empezaron a vivir de
nuevo como si fuera otra persona, con otra visión de la vida después de
haber experimentado “la muerte”. Naturalmente no me refiero a una
experiencia esotérica de la muerte, sino a una muerte psicológica, a un
momento donde se evalúa todo lo anterior poniéndolo punto final para
volver a comenzar de una manera fresca pero conservando la experiencia
pasada.
En el caso anterior es como si esta persona hubiese vivido
dos veces con un mismo cuerpo físico. Ahora la pregunta es, ¿tendremos que
esperar a que nos ocurra un accidente o algo similar para que volvamos a
nacer en vida? ¿Será posible que por nuestra propia voluntad podamos vivir
no solo dos vidas en una, sino cientas o miles de vidas con un mismo
cuerpo?
Ahora podemos complicar la cosa un poco más haciéndonos la
siguiente pregunta: ¿Será posible aplicar la muerte a cada instante de
nuestra vida de modo que nada acumulemos y que vivamos en el eterno
presente y por lo tanto alcancemos la inmortalidad en
vida?
Naturalmente existe la muerte física del organismo, pero ya
habíamos visto anteriormente que nosotros no somos el vehículo físico (ni
el emocional y mental). Son solo los vehículos de expresión del alma por
un determinado tiempo para obtener las experiencias necesarias en esos
tres mundos. La muerte es sabiamente aplicada por la naturaleza de modo
que se da un punto final a toda la acumulación que hemos hecho de nuestras
tendencias, placeres, hábitos, idiosincrasias, experiencias, etc. Para que
en un futuro regresemos nuevamente al plano físico de una forma renovada,
nueva y con una nueva oportunidad de aprendizaje. ¿Se imaginan qué pasaría
si no existiese la muerte tal y como la conocemos? Nuestros patrones
mentales y emocionales estarían tan “endurecidos” que no tendríamos
oportunidad de evolucionar como sociedad ni como individuos. Sería una
resistencia completa al cambio.
La muerte no es lo contrario a la vida, no es la negación de
la vida, es la continuación de
ésta.
Si entendemos a la muerte desde su verdadero ángulo nos
daremos cuenta de su tremenda importancia y estaremos dispuestos a aplicar
en nuestra vida la muerte a todo lo viejo, a todo lo que nos ata al plano
material, dar muerte a nuestros deseos egoístas, dar muerte a nuestro
sufrimiento, a nuestros miedos,
etc.
Todo en la naturaleza y en el universo, está regido por los
ciclos de vida y muerte, donde ésta última es la renovación de la
primera. |
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"La enseñanza
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de la fuerza espiritual y no de la intensa actividad en el plano físico,
es el efecto del hombre cuando expresa lo que en realidad es, un divino
Hijo de Dios, y no el efecto estudiado de sus palabras o actos” -Maestro
Djwhal Khul. |