Resulta fácil asociar la
“valentía” con acciones heroicas, como llevar un mensaje a través de
las líneas enemigas, o entrar en una casa en llamas para salvar a un
niño. Pero algunos de los actos de valentía más sobresalientes son
mucho más privados... y se realizan -silenciosa e interiormente-
cuando tomamos las decisiones más importantes de nuestra
vida.
Hace falta tener mucho
valor para aprender de los errores, aceptarlos y enfrentar cambios
profundos. Hace falta valentía para mostrarse sincero con uno mismo,
para examinar los motivos más profundos y liberarse de las excusas,
que nos impiden ser leales a la mejor faceta de nuestra persona.
Hace falta ser valiente, para comprometerse “realmente” con el
aprendizaje y convertirse en una persona en
transición.
“Acercaos al
abismo, les dijo. Tenemos miedo, respondieron. Acercaos al abismo,
les dijo. Se acercaron. El les empujó... y salieron volando”
-Guillaume Apollinaire.
Con el
tiempo...
Con el tiempo... aprendes la sutil
diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y tomar un
alma.
Con el tiempo... aprendes que el amor no significa apoyarse
en alguien y que la compañía no significa
seguridad.
Con el tiempo... empiezas a entender que los besos no son
contratos, ni los regalos promesas.
Con el tiempo... aprendes que estar con alguien porque te
ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver
a tu pasado.
Con el tiempo... te das cuenta que casarse solo porque “ya me
urge” es una clara advertencia de que tu matrimonio será un
fracaso.
Con el tiempo... comprendes que solo quien es capaz de amarte
con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la
felicidad que deseas.
Con el tiempo... te das cuenta de que si estás al lado de esa
persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente
acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo... te das cuenta de que los amigos verdaderos
valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.
Con el tiempo... entiendes que los verdaderos amigos son
contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá
rodeado solo de amistades falsas.
Con el tiempo... aprendes que las palabras dichas en un
momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante
toda la vida.
Con el tiempo... aprendes que disculpar cualquiera lo hace,
pero perdonar es solo de almas grandes.
Con el tiempo... comprendes que si has herido a un amigo
duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser
igual.
Con el tiempo... te das cuenta que aunque seas feliz con tus
amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste
ir.
Con el tiempo... te das cuenta de que cada experiencia vivida
con cada persona, es irrepetible.
Con el tiempo... te das cuenta de que el que humilla o
desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas
humillaciones o desprecios multiplicados al
cuadrado.
Con el tiempo... aprendes a construir todos tus caminos en el
hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer
planes.
Con el tiempo... comprendes que apresurar las cosas o
forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como
esperabas.
Con el tiempo... te das cuenta de que en realidad lo mejor no
era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese
instante.
Con el tiempo... verás que aunque seas feliz con los que
están a tu lado, añoraras terriblemente a los que ayer estaban
contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo... aprenderás que intentar perdonar o pedir
perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas,
decir que quieres ser amigo... ante una tumba... ya no tiene ningún
sentido... Pero desafortunadamente... SOLO CON EL
TIEMPO...
Y como aun es tiempo... mando muchísimos saludos a
todos... para los que ya no estamos juntos, por todos los momentos
buenos y malos que nos tocó vivir... y a todos con los que ahora
estoy pasando momentos geniales... Gracias por estar
aquí... |