Vemos que el Sol se mueve a través del
cielo todos los días. A pesar que nuestros sentidos registran ese
movimiento, nuestra mente sabe que no se está moviendo y que la
Tierra está rotando sobre su propio eje (y nosotros junto con ella),
a miles de kilómetros por hora. Sabemos, en realidad, que somos
nosotros quienes nos movemos y que el movimiento del Sol es una
ilusión.
Es muy fácil caer en la trampa de una
ilusión. Todos sabemos -por ejemplo- que el dinero no compra el
amor, o la felicidad. Sin embargo, muchas personas viven la ilusión
de mejorar su calidad de vida, contar con más tiempo para ellas, o
alcanzar la felicidad, a través del dinero. Incluso usted, más de
una vez habrá pensado: “El dinero no hace la felicidad... pero
cómo ayuda!”. Aunque sintamos que el dinero trae felicidad...
esa sensación es una
ilusión.
Comprender una ilusión no es tan
sencillo. Un niño pequeño no puede hacerlo. Se necesita conocimiento
y haber alcanzado un cierto grado de desarrollo
personal.
“El arte de vivir no consiste en preservar una
particular forma de felicidad, sino en permitir que la felicidad
cambie de forma, sin decepcionarnos del cambio. Porque a la
felicidad, como al niño, debe permitírsele crecer” -Charles
Langbridge Morgan.
“La enseñanza que perdura no se
transfiere de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón” -Howard G.
Hendricks.
Cuando ya me haya ido
Cuando ya me haya ido amor,
búscame en el horizonte,
búscame en el tenue ocaso
y me encontrarás con el lucero.
No te canses, no me
olvides,
sólo... búscame.
Piensa en aquel arroyo,
búscame en el agua fresca
siéntela cerca de ti
y sentirás mis labios, mis besos
cuál fruta tierna y fresca.
No estés triste, no llores, solo
recuérdame.
Recuérdame en la sonrisa de un niño
en la inocente brisa
que se transforma en vendabal.
Recuérdame en las flores,
en la fuente de agua viva,
en el vuelo de un ave,
en la luz de un candil encendido.
Cierra los ojos y escucha tu
corazón
él, te abrirá el cofre de los
recuerdos,
él, me traerá de vuelta a ti,
él, te recordará que te amé, te amo y te
amaré.
Cuando me haya ido amor,
no mueras conmigo,
vive por mí y por ti, hónrame así.
Nunca olvides que estoy
contigo,
tomándote de la mano,
aunque solo la sientas como una
brisa
besándote y acariciándote
aunque no lo creas.
Cuando me haya ido amor,
no desesperes, no llores,
búscame en tu corazón
y allí me encontrarás
solo para ti,
eternamente .
La magia... de tomar
conciencia
Así como tu estilo de vida es un fiel
reflejo de tu manera de pensar, sentir y actuar, el estado en que se
encuentra el mundo es un reflejo del pensar, sentir y actuar
colectivo. Cada uno de nosotros tiene una gran responsabilidad: la
de identificar y replantearse (permanentemente) la manera de pensar,
sentir y actuar. Hablamos de la responsabilidad de “tomar
conciencia”... o, en un sentido muy profundo, la de encontrar la
propia misión.
El gran reto de encontrar la misión,
consiste en hacerlo solo: nadie puede decirle al otro cuál es el
sentido de su vida, ni justificar su existir. Cada uno, por sí
mismo, debe encontrarlo... Esta búsqueda es muy difícil y muchos la
abortan. Pero, aunque el resultado pueda percibirse como “mágico”,
todo el proceso es -en realidad- un ejercicio muy
específico.
“Creer que nuestro trabajo es
terriblemente importante, es uno de los síntomas que nos muestran
que el colapso nervioso es inminente” -Bertrand
Russell.
...Namaskarams
Juan Angel
Moliterni
|