Construye tu
destino
Manifiesta tu yo íntimo y realiza tus
aspiraciones
Por
Wayne W. Dyer
¿Cuántas
veces, en un momento de desesperanza o de desconsuelo, te has dicho:
«Necesitaría cambiar, pero soy así y no puedo hacerlo»? Todas esas veces te has
engañado respecto a tu capacidad de actuar sobre tu destino. Porque dentro de ti
tienes el poder para conseguir todo aquello que puedas desear. Para hacerlo, no
tienes más que volcarte en tu interior. Esta obra te enseñará qué tienes que
buscar en él: son sólo nueve principios, nueve pistas que no te convertirán en
alguien nuevo, pero sí que te permitirán aflorar lo mejor que, dormido, tienes
en tu interior. Principios tan sencillos como confiar en ti mismo, reconocerte
en lo que eres y mereces, ser generoso y agradecido, aceptarte como parte de un
todo, lo que hará que tú también seas ese todo. Construye
tu destino no te cambiará la vida. Pero será la indispensable herramienta para que
tú la cambies.
Séptimo
principio
Medita al sonido de la
creación
LA PRÁCTICA DE MEDITAR PARA LA
MANIFESTACIÓN
Manifestar y meditar no son cosas que puedan
ir separadas. Son corno la cresta y la base de la ola, separadas y distintas la
una de la otra, pero siempre juntas. No puedes hacerte adepto a manifestar los
deseos de tu corazón si no estás dispuesto a dedicar tiempo a la práctica de la
meditación.
La meditación es, simplemente, el acto de
permanecer tranquilo, con uno mismo, y apagar el constante monólogo que llena el
espacio interior de tu ser. Supone detener el constante bombardeo de
pensamientos y la cháchara aparentemente interminable que llena tu mundo
interior. Ese ruido interior es como un escudo que te impide conocer tu yo
superior.
Practicar la meditación sana es una forma útil
de lograr el silencio interior y de eliminar las influencias de la cháchara
constante que es producida en buena parte por el ego. La atención de la mente se
aleja de los millones de pensamientos diseminados y se centra en la conciencia
del sonido mismo. El sonido sirve como un mantra, te mantiene centrado y
silencia la cháchara.
Los mejores momentos para meditar utilizando
esta técnica de la manifestación de los sonidos repetitivos son a la salida y a
la puesta del sol. Si no estás acostumbrado a levantarte a la salida del sol, o
antes, haz un esfuerzo por establecer esta disciplina durante un período de
prueba de noventa días. Si eso te fuera imposible, utiliza el momento en que te
despiertes para la meditación del aaah. No obstante, te animo a desafiar
cualquier creencia condicionada y preestablecida que puedas abrigar relativa a
tu capacidad para levantarte antes de la salida del sol para practicar la
meditación de la manifestación. Tus convicciones sobre la necesidad de un cierto
número de horas de sueño, o sobre tu incapacidad de levantarte de la cama, o de
atesorar el sueño más que ninguna otra cosa, o cualquier otra razón similar, son
el resultado de tus condicionamientos, y a menudo no representan más que
excusas.
Lo que quieres es convertirte en una persona
disciplinada. A primeras horas de la mañana, y particularmente antes de la
salida del sol, es el mejor momento del día para despertarse. El silencio
permite sentirse cerca de Dios. Es el momento en que tu mente y tu corazón se
sienten más claros y están menos distraídos. Puedes percibir la energía de la
curación y las soluciones en el silencio de primeras horas de la mañana, sobre
todo entre las tres y las seis de la madrugada. Utiliza cosas específicas para
animarte a despertarte durante estas horas, sabiendo que el tiempo empleado en
una meditación de la manifestación te proporcionará mucho más descanso que unas
horas más de sueño.
El sol es una gigantesca fuente de energía
para nuestro planeta y todo lo que crece en él. Cuando empieza a salir, por la
mañana, la energía que rompe la oscuridad es la más intensa. Es el momento ideal
para empezar tu meditación de la manifestación. Te recomiendo buscar un lugar
cómodo donde sentarte, sin necesidad de adoptar ninguna postura o posición
concreta. La postura perfecta es aquella en la que te sientas más relajado y en
paz. Si fuera posible, es aconsejable hacerlo al aire libre, aunque esto no es
en modo alguno una exigencia. Junta suavemente los dedos índice y pulgar de cada
mano. Cierra los ojos y dedica aproximadamente veinte minutos a esta práctica
matinal.
Efectúa unas pocas respiraciones profundas y
prolongadas, consciente de la pauta de tu respiración y de lo que experimentas
cuando se llenan tus pulmones. Dirige luego la atención hacia el chakra raíz o
base (el centro del sexo), y desplázala por el pasaje entre el chakra raíz y el
chakra del tercer ojo. Piensa en él como en un canal que ha quedado obturado, y
piensa en el espacio del tercer ojo como una abertura que ha permanecido sellada
durante mucho tiempo, y que ahora te dispones a abrir con tu energía etérea
interna. Respira ahora más profunda y prolongadamente, llenándote los pulmones
y, al exhalar el aliento pronuncia en voz alta el sonido de aaah,
poniendo en ello tanta emoción y volumen como puedas.
Centra tu atención en despejar el canal con
este sonido de aaah. Mientras practicas la meditación del aaah,
añade a tu imagen mental aquello que te gustaría crear o manifestar,
desvinculándote por completo de cómo aparecerá en tu vida. (En el octavo
principio he explicado con detalle la importancia de no plantear demandas acerca
del cómo.) Lo que debes hacer es centrar la atención en la sensación que
experimentarás cuando ese deseo se manifieste en el mundo concreto de tu
vida.
Mientras meditas durante aproximadamente
veinte minutos al principio del día, repite durante todo el tiempo el sonido
aaah como un mantra. No obstante, hazlo únicamente en voz alta y con
emoción durante aproximadamente el primer tercio del tiempo. Dirige tu atención
arriba y abajo del pasaje entre el chakra raíz y el chakra del tercer ojo,
utilizando el sonido de aaah. Luego, centra la atención en el tercer
chakra. Ahora vas a abrir el tercer ojo.
Con la energía interna que experimentas por el
sonido de la creación que resuena dentro de ti, abre el tercer ojo en tu imagen
mental y lanza la fuerza creativa a través de él hacia el mundo de la forma.
Imagina que se libera de tu interior y se extiende hasta tal punto que rodea el
mundo y los objetos que deseas. Puedes confiar plenamente en que esta energía
conectará con la energía universal que es la fuerza de Dios, y que esta enviará
el objeto de tu deseo a tu mundo inmediato. Esto debe hacerse de acuerdo con los
nueve principios de la manifestación que se explican en este libro, lo que
significa tener ausencia de duda, una confianza completa, un amor incondicional
y saber que este poder de atracción está dentro de uno y en todas las
cosas.
Gradualmente, empezarás a experimentar una
sensación abrumadora de bienaventuranza y paz en el sonido de la creación. Luego
sentirás la necesidad de bajar el volumen. Durante aproximadamente el siguiente
tercio de la meditación matinal pronuncia el sonido aaah cada vez con
mayor suavidad. Mantén centrada la atención sobre el tercer ojo, que ahora está
abierto y envía esta energía creativa, y sobre la sensación de que tu deseo se
está manifestando. Si te sientes distraído o tu atención se desplaza, regresa al
tercer ojo y a la sensación de la manifestación que se materializa para ti.
Recuerda que no estás pidiendo nada, que no te estás diciendo a Dios cómo
realizar este trabajo, estás experimentando, en el tercer ojo, la fuerte
sensación de saber, y la bendición de este sonido repetido de una forma cada vez
más tranquila.
Durante el último tercio de tu meditación
matinal, repite el sonido de aaah para ti mismo, en silencio, como un
mantra, y mantén la atención centrada en el tercer ojo y en la gloriosa
sensación de gratitud que ya estás experimentando por aquello que vaya a
manifestarse en tu vida. Una vez que hayas dedicado aproximadamente de veinte a
treinta minutos a esta meditación de la manifestación, habrás terminado con tu
sesión matinal.
Los objetos de tu deseo pueden ser ilimitados
y abarcar toda la gama de la potencialidad humana. Algunas personas han
utilizado esta meditación para manifestar paz para sí mismas y aquellas personas
que aman, para centrarse en una curación o para encontrar una pareja. Otras la
han utilizado para cuestiones tales como vender una casa, conseguir un ascenso
en el trabajo, superar una adicción, atraer dinero o lo que sea. Las
posibilidades son ilimitadas. He recibido cientos de cartas de personas que
describen el éxito que han tenido con la práctica de esta meditación, cuando
utilizan los nueve principios con integridad.
Si has llegado en tu lectura hasta este punto,
has demostrado tu interés por aprender a convertirte en un manifestador
espiritual. Si sabes que el poder para manifestar está dentro de ti, realiza
cada mañana esta antigua práctica de repetir el nombre de Dios en un ritual
similar al de un cántico, con la atención centrada en la sensación y en el
tercer ojo. Lo que estás haciendo en realidad con la meditación aaah
matinal es resonar con las palabras «En el principio existía la Palabra y la
Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios». El acto de la manifestación es
el principio de algo que está siendo creado en tu vida. La palabra es Dios, que
es como decir que el sonido aaah es el sonido de Dios.
El mejor momento para la meditación nocturna
es a la puesta del sol. Una vez más, cuando el sol se pone por debajo del
horizonte hay una expresión de energía, similar a una corona, que es más grande
precisamente en el momento en que el sol abandona el horizonte y en los minutos
inmediatamente posteriores a su desaparición. Practica ahora el sonido om,
que es la meditación de la gratitud. He detallado este principio de gratitud
en el noveno y último principio explicado en este libro.
En resumen, la práctica es idéntica a la
meditación de la mañana, con la excepción de que ahora no pides que se
manifieste nada. En lugar de eso, al final de la jornada, o al retirarte a
descansar, te limitas a dar gracias a la inteligencia universal que llamamos
Dios por todo lo que ha manifestado en tu vida. Respira profundamente varias
veces, tal como hiciste por la mañana, despeja el canal entre el chakra base y
el chakra del tercer ojo, y forma mentalmente la imagen de todo lo que has
recibido, para proyectar luego esa energía desde la abertura del tercer ojo.
Estás expulsando hacia el universo, que se encuentra más allá de tu cuerpo
físico, energía de gratitud, utilizando para ello las afirmaciones que he
incluido en el noveno principio, y que yo pronuncio en voz alta durante la
meditación guiada del cassette y el disco compacto titulado Meditaciones para
la manifestación.
El sonido om se pronuncia en voz alta
durante el primer tercio de la meditación para ir bajando gradualmente y
finalmente hacerse en silencio, siempre con la atención centrada en el tercer
ojo y sintiendo que la energía regresa a la fuente universal de energía que
llamamos Dios. El sonido om pertenece al mundo material. Es el sonido que
nos hace sentirnos más en nuestro hogar aquí, en el mundo material, puesto que
es el sonido esencial de toda experiencia en este mundo fenomenológico. Al
repetir este sonido te encuentras en armonía con tu entorno.
La parte final de estas meditaciones es el
último sonido que escuchas antes de irse a dormir cada noche. El primer sonido
que escuchas por la mañana es generalmente el de aaah. Es el sonido que
haces cuando bostezas o te desperezas. Se consciente de este primer sonido y
está dispuesto a reconocerlo como tu propia frecuencia vibratoria del nuevo día
que estás manifestando. No obstante, el sonido final que escuchas dentro de ti
mismo al irte a dormir puede ser una combinación de los dos sonidos, el aaah
y el om.
Quizá recuerdes que antes definí la
iluminación como la capacidad para estar inmerso en la paz y rodeado por ésta.
«Paz» es aquí la palabra clave. No es ninguna casualidad que los sonidos aaah
y om, combinados, traduzcan precisamente la palabra que significa paz o
iluminación, como en Shalom, Shaaah... loom. El sonido de aquello que
deseas manifestar y de lo que ya ha sido manifestado, equivalen a paz. Al
pronunciar estos dos sonidos para ti mismo cuando te dispones a dormir, estás
iniciando el acto de la conciencia siddhi iluminada. Formas entonces una
unidad con todo lo que es pacífico y todo aquello que se nos ofrece. Tampoco es
ninguna casualidad que el sonido fundamental de la alegría espiritual sea el de
aaah en aleluya, y es el que se encuentra en la palabra que termina todas
las oraciones, «amén».
Concluye así la práctica de la meditación para
aprender a vibrar con el sonido de crear y de la creación. Forma parte del saber
de la humanidad, y se está recuperando, a medida que avanzamos en la revolución
espiritual, y mostrando las numerosas bendiciones que puede aportar a nuestras
vidas. Prueba esta gloriosa práctica, pacífica, de meditación iluminada de la
manifestación durante un período de tres meses, utilizando cada uno de los nueve
principios explicados en este libro, y comprueba si experimentas los deseos de
tu corazón, sin haber planteado ninguna exigencia o regla a la fuerza universal
que es Dios. La disposición de permitir que se manifiesta a su entera voluntad,
de permitir que la creación se revele a sí misma, constituye el tema del octavo
principio de la manifestación. Aleluya.
Shalom.
Este es un Servicio del Centro Escuela Claridad (www.escuelaclaridad.com.ar)
a través de su Red Unión Global de Luz. Boletín editado y distribuido por Juan
Angel Moliterni (claridad@argentina.com).
Alentamos a todos a redistribuir, sin fines de lucro, por vía electrónica,
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