No
creéis ningún conflicto entre extraviaros y
permanecer centrados. Flotad. Si sentís miedo de
extraviaros, entonces existe más posibilidad de
que lo hagáis... porque aquello que intentáis
suprimir adquiere
importancia.
Aquello que tratáis de
negar se vuelve muy atractivo. Así que no creéis
ninguna condena a extraviaros. De hecho, id con
ello. Si acontece, dejad que suceda; no tiene
nada de malo. Pasa por algún motivo. A veces
incluso extraviarse es bueno.
Una persona que realmente
quiera permanecer centrada no debería
preocuparse por centrarse. Si os preocupáis, esa
misma preocupación jamás permitirá que os
centréis, porque la preocupación nunca puede
estar centrada... necesitáis una mente no
preocupada, relajada. De modo que extraviarse
está bien, no tiene nada de
malo.
Dejad de luchar con la
existencia. Detened todo conflicto y la idea de
conquista... rendíos. Cuando uno se rinde, ¿qué
se puede hacer? Si la mente se extravía, id; si
no va, también está bien. A veces estaréis
centrados y a veces no. Pero en lo más
hondo siempre permaneceréis centrados porque no
hay preocupación. ¿Me seguís? De lo contrario,
todo puede convertirse en una preocupación.
Entonces extraviarse se convierte en una
especie de pecado que no se ha de cometer... y
así se vuelve a crear el
problema.
Jamás creéis una dualidad dentro de
vosotros. Si decidís
ser siempre sinceros, entonces habrá una
atracción hacia lo no sincero. Si decidís ser no
violentos, entonces la violencia se convertirá
en el pecado. Si decidís ser célibes, entonces
el pecado será el sexo. Si tratáis de estar
centrados, extraviaros se convertirá en el
pecado... ese es el modo en que todas las
religiones se han convertido en
estupideces.
Aceptadlo, extraviaros... no hay nada de
malo en
ello.