Meditación
Diaria Aquí y Ahora Para
desarrollarse de forma armónica, hay que vivir la
vida en sus diferentes niveles. La forma más
efectiva de alcanzar la auto-realización es a
través de la
Síntesis.
El
Arte de Informar Formando... Encarnaciones de amor y luz
divinos... siguiendo nuestro trabajo de educación transformacional a
través de las redes en internet, les estamos acercando las antiguas
enseñanzas espirituales de la Kabbalah... En ellas se sugiere que
nuestro propósito aquí es ascender de los niveles más bajos de la
vida a los planos más altos... Pero con el fin de avanzar hasta el
siguiente nivel, debemos caer primero... para adquirir y generar la
energía necesaria con que impulsarnos hasta un plano más elevado...
El que podamos adquirir la energía para pasar a un plano más
elevado, y somos capaces de hacerlo, se encuentra por completo en
nuestras manos...
Comprensión del Ego Mundial
El ego mundial es una extensión del ego personal. Nos conducirá
como grupo al mismo pantano de nuestros egos personales, sólo que en
escala mucho más grande y observable. El ego mundial no existe en el
sentido físico porque se trata de una idea. No es lo que somos como
pueblo sino lo que creemos que somos como colectivo. Vuelva a
repasar las características del ego personal que he expuesto
anteriormente, y sencillamente aplique esas cualidades a la
totalidad del mundo.
El ego del mundo es nuestro falso yo, y ésta constituye la
principal característica que necesitamos reconocer. Queremos creer
que somos nuestros cuerpos físicos y que los territorios que
ocupamos son tan importantes que estamos dispuestos a matarnos los
unos a los otros con el fin de mantener esas líneas fronterizas.
Nos hemos convencido de que nuestras verdaderas identidades
provienen de nuestros antepasados, tradiciones, historias, así como
del color y forma de nuestros cuerpos. Hemos perdido de vista
nuestras verdaderas identidades debido a las etiquetas que nuestros
egos nos han asignado.
Nuestros egos se han combinado en una falsa percepción mundial de
nosotros mismos, basada en una incapacidad para conocer nuestra
verdadera naturaleza espiritual. A pesar de que todos nuestros
dirigentes espirituales nos han recordado nuestra naturaleza
espiritual y nos imploraron e incluso ordenaron amarnos los unos a
los otros, el ego del mundo ha ganado esta batalla y producido
enemistades ancestrales e incontables horrores en la larga historia
de la humanidad. Como consecuencia de escuchar al falso yo y
hacer caso omiso del espíritu, la humanidad ha vivido en un perpetuo
conflicto que ha creado sociedades regidas por la conciencia
primitiva. Como pueblo, somos capaces de crear sociedades gobernadas
por la conciencia divina que todos compartimos. Todos somos
criaturas del mismo Dios, que se manifiestan en una forma física con
atributos identificables.
Podemos trabajar individualmente en nuestros egos y hallar la
verdad de nuestro yo superior. Luego ampliaremos ese yo espiritual
al exterior, y la humanidad ya no será gobernada por los bajos
instintos y la inteligencia primitiva, seremos regidos por el
sagrado espíritu que se encuentra dentro de todos nosotros. Si eso
le parece una tarea imposible, es porque ha vuelto a caer en la
trampa del ego. El ego no quiere que crea en una posibilidad
semejante, porque significaría su abolición.
La solución espiritual para los principales problemas con que se
enfrenta el mundo es llevar a posiciones de poder a esas personas
que no están motivadas e impulsadas por su ego, sino que ven el bien
colectivo como objetivo principal. Necesitamos dirigentes que no
manifiesten tendencias dictadas por la conciencia primitiva como el
odio, la envidia, la codicia, la sed de sangre y la intolerancia,
sino que estén basadas en el amor, la tolerancia, la veracidad y la
pureza. Dichos dirigentes están emergiendo y continuarán emergiendo
a medida que consigamos superar nuestros egos personales y conocer
el verdadero espíritu de Dios. El ego del mundo quedará obsoleto al
hacernos nosotros conscientes de nuestro yo espiritual.
Su yo espiritual está esperando compartir con usted y con el
resto del mundo el conocimiento de que somos todos de la misma
esencia eterna, una extensión de Dios. En ese conocimiento está
ausente la creencia de que somos miembros de una tribu dispuestos a
matar por las diferencias físicas.
La noción de que estamos aislados los unos de los otros es de la
que se alimenta el ego mundial. Es una extensión de todos los egos
individuales que están en conflicto los unos con los otros, que
libran batallas para demostrar lo separados que están unos de otros.
En verdad, ninguno de nosotros está separado de Dios. Ninguno de
nosotros está separado de los demás. El hecho de vivir en un planeta
redondo simboliza la imposibilidad de tomar la decisión de estar a
un lado u otro.
Todos compartimos el mismo oxígeno, bebemos de la misma agua,
caminamos y vivimos sobre el mismo suelo. Y tanto si nos gusta
admitirlo como si no, todos compartimos íntimamente el continuo
cambio de átomos y moléculas de los demás. La única constante del
mundo físico es el cambio. Todo lo que se manifiesta en forma
material está cambiando en todo momento. Esta constante mutación de
los átomos significa que no existe separación en el sentido
científico cuántico ni en ningún otro. Su yo espíritu está
aguardando a que tome la decisión de hacerle conocer esta verdad a
su ego.
En la luz de Cristo, Centro Escuela
Claridad
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¡Que
las Energías de la Síntesis y la Paz, se derramen en la
humanidad!
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