Introducción
Saludos, queridos, Yo
Soy Kryon del Servicio Magnético.
Desde sus asientos
aquí, permitan que el viento de la verdad sople a través de
este salón, porque el mensaje que han oído es el mensaje del
Espíritu, no de un ser humano; es el colectivo que les habla,
igual que lo hace ahora. El tema es el poder del ser
humano.
¿Es posible que lo que
ustedes piensan realmente pueda cambiar algo dentro de ustedes
o, aún mejor, dentro de otros, porque ellos ven lo que ustedes
han creado? ¿Es posible que la consciencia de un grupo de
seres humanos cambie algo que está en otro lugar? ¿La Física
misma de algo, en algún otro lugar?
La respuesta es sí.
Muchas veces les hemos hablado de la mecánica de esto, pero
quiero darles algo más para pensar. No es magia; no es
pensamiento ilusorio. Tiene que venir de algún lugar dentro de
ustedes que suele ser un misterio. Es un misterio que deseamos
aclarar, y que desea aclararse, y hemos estado trabajando con
ustedes durante 26 años: el Dios interior.
El poder reside dentro
de ustedes porque son una pieza de la Fuente Creadora del
Universo. El Dios interior es un tema que ha reaparecido una y
otra vez desde los primeros antiguos del planeta, que
estudiaron lo etéreo. Es la conclusión a la que llegaron hace
miles de años, antes de que hubiera alguna religión
organizada: que dentro de ustedes está el Creador. Los
indígenas de esta región lo sabían. Si ustedes observan sus
profundas ceremonias, lo primero que hacían era saludar a sus
ancestros. Sus ancestros no solo llevaban la sabiduría del
pasado, de los antiguos, sino de la Madre Naturaleza, de Dios
mismo. No es un mero tema ilusorio; esto es real.
Y les diré algo: el
grado de éxito que tendrán, ya sea en cambiarse a sí mismos o
a lo que los rodea, por medio de la compasión, ese grado
dependerá total y completamente de cómo trabajan con este
concepto del Dios interior. Si no hay energía adentro que sea
creadora, entonces todo lo que están haciendo es solo
palabras. Es casi como si lo tiraran por el aire, esperando
que funcione.
¿Puedes sentarte allí
un momento y sentir dentro de ti un despertar la eternidad? Lo
que quiero decir es: alma antigua, tú sabes que eres antigua.
Le hablo a los más jóvenes aquí presentes, o escuchando
(leyendo) en cualquier lugar: ustedes saben que son antiguos.
Tan antiguos que literalmente participaron en la creación del
planeta. Han estado aquí una y otra vez y lo sienten. Saben y
sienten una sabiduría de los antiguos del pasado que es
ustedes; ya lo dije antes: ustedes son sus propios
antiguos.
Y entonces si están de
acuerdo con esto y lo ven como una posibilidad, dirán que lo
único que posibilita eso es que ustedes se enganchen en el
sistema, un sistema hermoso de creación y regreso, de
benevolencia de amor, enganchados en él, son parte de él.
Dentro de ustedes existe un motor espiritual que pide ser
descubierto, y antes de poder implementar cualquiera de estas
cosas, les pedimos que vayan allí y lo reconozcan, que lo
crean, incluso que se digan a sí mismos: “Querido Espíritu
dentro de mí, te agradezco porque soy parte de ti y del
sistema, y por medio de ese sistema mi consciencia es parte de
Dios. Soy el creador de mi propia vida, soy el creador de las
energías de este planeta; soy Dios”. Y algunos de ustedes van
a reaccionar y decir: “Eso no suena correcto; suena egoico”.
No lo es; ¡que ustedes reclamen el amor de Dios no es ego!
¡Eso es poder! Eso es el poder en el amor.
Una y otra vez les
hemos pedido que consideren si el hombre en la silla es un
hombre en una silla o si está canalizando. Y si esto de verdad
proviene del otro lado del velo, debieran sentirlo. Y si no lo
sienten, debieran preguntar si es correcto y está bien, ¡y dar
su permiso para sentirlo si está allí! Todo su cuerpo
está esperando que den instrucciones para sí mismos.
Es así como ha sido siempre, ¡eso es libre
albedrío!
Tienen libre albedrío
para meterse en una caja de su propia realidad y nunca abrir
la tapa, e irse de aquí sin haber oído nada. Es su libre
opción, no se los juzga cuando se van. Lo hemos dicho antes:
salen con el mismo número de ángeles amorosos que desean tomar
su mano; tal vez ustedes nunca den su permiso -o tal vez sí.
Este es un buen momento para que vean eso. El libre albedrío
es hermoso; no les requiere que se afilien a nada; solo les
pide su permiso para ver lo que está allí. Permiso para ver lo
que hay: ¿es mucho pedir? Y si hicieran eso ahora mismo:
“Querido Espíritu dentro de mí, permíteme con mi biología,
¿esto es verdad o no?”. Con eso suele comenzar una luz, un
despertar, una toma de conciencia, llámenlo como deseen. Hay
algunos sentados en estas sillas, en este salón, como mi
socio, y en todo el planeta, que pueden hablar del momento en
que hicieron eso. ¿Es esto real? ¿Hay más?
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