El gran
Paderewsky ocupó una suite en un prestigioso Hotel,
durante una de sus temporadas en Concierto. Era la
costumbre del maestro, el practicar un par de horas cada
mañana en el magnífico instrumento que había traído con
él. La tercer mañana de su estadía, una mujer muy
enojada entró a la oficina del gerente y dijo: "Alguien
está martillando sobre un viejo piano de lata todas las
mañanas en la habitación del frente. Este es el tercer
día. Me está volviendo loca y a menos que usted lo
detenga me iré inmediatamente del hotel".
El asombrado
gerente replicó: "Pero madam, es Paderewsky en persona".
La señora casi se desmayó de la sorpresa y dijo:
"¡Paderewsky! Oh, ¡eso es diferente! Por supuesto, no
tenía ni la más leve idea. Adoro la buena música. Yo
también soy una excelente intérprete. Por favor, no diga
nada al respecto".
El gerente del
hotel se divirtió mucho al notar que después de aquello
y durante el resto de la estadía de Paderewsky, la buena
mujer mantenía la puerta de su departamento
completamente abierta e invitaba a grupos de amigos cada
mañana mientras él practicaba.
Aprende a
apreciar el real valor de las cosas. No admires cosas
por el simple hecho de que otras personas lo hacen o
porque tal actitud es considerada "correcta". Distingue
qué te gusta realmente. Distingue lo que realmente
quieres. Sé honesto contigo mismo. Puede ser que tus
gustos necesiten ser mejorados, pero si es así, ponte a
mejorarlos con honestidad y sin auto-engañarte.
No
hagas cosas sólo porque están de moda hacerlo. La
honestidad es el primer paso en el
auto-desarrollo. |