Educando
al educador
“Es cada vez más
evidente en todo el mundo que el educador necesita ser
educado. No es cuestión de educar al niño sino
más bien al educador, pues él lo necesita mucho
más que el alumno. Después de todo, el alumno es como
una planta frágil que necesita de guía, de ayuda. Pero
si el que ayuda es incapaz, limitado, fanático,
nacionalista y cosas así, como es natural, lo que
reproduzca será lo que él es. Por lo tanto, lo
importante no es tanto la técnica con que se enseña,
sino la inteligencia del propio educador.
La educación en
todo el mundo ha sido un fracaso: ha producido las dos
guerras más importantes y destructivas de la historia.
Considerando que la educación ha sido un fracaso,
limitarnos a sustituir un sistema por otro me parece
sumamente inútil. Pero si existiera alguna posibilidad
de cambiar el pensamiento, el sentimiento, la actitud
del maestro, entonces quizás surgiría una nueva cultura,
una nueva civilización. En medio de todo este caos, este
conflicto, desdicha y confusión, no cabe duda de que la
responsabilidad del educador es enorme, ya sea éste un
funcionario del estado, un maestro religioso o sólo el
que transmite mera información.
Así pues,
nuestro problema no es tanto el niño o la niña, sino el
maestro, el educador. Y educar al educador es mucho más
difícil que educar al niño, porque el educador ya está
definido, consolidado. Actúa de forma rutinaria, porque,
en realidad, no le interesa el proceso del pensamiento,
ni cultivar la inteligencia. Se limita a dar
información, y una persona que se limita a eso cuando el
mundo entero se resquebraja a su alrededor, sin duda no
es un educador” -Krishnamurti, Bombay
1948. |