¿Cómo definimos
el éxito? Ciertamente, los trabajos tienen éxito cuando
su huella es seguida por un amigo y un enemigo por
igual. Uno puede atravesar la vida con valentía cuando
los fuegos-guías iluminan el camino, cuando los peligros
en sí son parte del diseño del Velo de la Madre del
Mundo.
Las energías
sutiles no están aceptadas en la vida diaria. Y cuanto
más lejos va la humanidad, con más crueldad abusa de las
fuerzas inferiores que conquista.
Descubriremos la
evidencia de la acción de las energías sutiles en la
vida diaria. Es asombroso que las manifestaciones más
notables de estas energías no llamen la atención. A
menudo la gente ve y oye cosas extraordinarias, pero las
entierran con su rechazo mental. ¿Cuán poderosa
tiene que ser una manifestación para que el ojo humano
la perciba? Cuando el hombre ve y nota un
fuego, encendido por sí mismo y sin consumir, decide que
es electricidad. Cuando oye la vibración de una cuerda
en el aire, o el repicar de una campana donde no hay
nada, piensa vagamente en las ondas del sonido. Cuando
ve estrellas de colores cerca de él, por supuesto, sale
corriendo a ver un oculista. Cuando ve formaciones en el
espacio, piensa en el polvo de los meteoritos. Cuando
recibe objetos del espacio, sólo sospecha en su vecino;
su imaginación no puede ir más lejos. Casi nunca presta
atención a las manifestaciones dentro de su propio
organismo. Sin embrago, es de estas pequeñas
observaciones que se construye una gran experiencia. Las
opiniones no se deben imponer por órdenes, pero deben
pasar a través de los propios canales de la energía
psíquica. Observemos de cerca.
En
la vida diaria debemos refinar la agudeza de nuestro
entendimiento de las energías sutiles, pues en éstas
reside el
futuro. |