Cada alma crea
la ilusión en cada momento gracias a sus intenciones.
Por tanto, la ilusión está viva en cada momento en todas
aquellas experiencias adecuadas que has tenido con
vistas a la purificación de tu alma.
La ilusión es
maleable. Pero esto no significa que aquello que se ha
creado juntamente con la ilusión no posea independencia
de las almas individuales que han participado en su
creación. Significa que no existe una percepción que no
pueda ser purificada, lo mismo que tampoco existe
intención alguna que no pueda cambiarse o sustituirse
por otra.
En la base de la
ciencia espiritual se encuentra el hecho de comprender
de qué manera la ilusión ha llegado a ser, cómo
funciona, las dinámicas que subyacen a ella y el papel
que desempeña en la evolución del alma.
Permite que la
personalidad se desmarque de la ilusión y pueda, por
tanto, contemplarla con la perspectiva adecuada, es
decir, pueda verla en acción. Y ser capaz de vivir en
ella y no sentirse afectado por ella.
Cuando
experimentamos miedo, cólera o celos nos encontramos
ante una ilusión modelada para traer conocimiento a
aquellas partes del alma que requieren purificarse.
Tales cosas no existen en realidad. Y es por eso que
perseguirlas no proporciona poder. El amor es lo que
existe entre las almas, y eso es todo lo que hay. Al
comprender eso, la personalidad es capaz de conservar el
conocimiento en la ilusión, aceptar conscientemente la
purificación que ofrece y contribuir a la curación de
otros. El poder de la comprensión y del conocimiento es
idéntico en ambas situaciones.
La ilusión tiene
poder sobre ti cuando no eres capaz de recordar que
constituyes un espíritu poderoso, que ha tomado sobre sí
la experiencia física con el objetivo de aprender. Tiene
poder sobre ti cuando te sientes empujado por los
deseos, los impulsos y los valores de tu personalidad.
Tiene poder sobre ti cuando atemorizas, odias, produces
pena, montas en cólera o explotas de rabia. No tiene
poder sobre ti cuando amas, cuando abres compasivamente
tu corazón a los demás, cuando tu creatividad fluye sin
freno llena de alegría en el momento presente. En otras
palabras, la ilusión no tiene poder alguno sobre una
personalidad que se haya alineado plenamente con su
alma.
“Entender
que el azar es simplemente una ilusión nos permite
cambiar nuestra realidad, y superar la conciencia
robótica”
(Kabbalah). |